Capitulo: 76 Te vez demasiado linda Tn.. y demasiado deseable

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- ¿T... Tn qué haces en esa posición? -su cara comenzó a tomar color y claramente no podía hacer nada más que verme- Si alguien te v...

- Nadie me verá Kevin, eres el jefe -me senté en el sillón- nadie abrirá la puerta si es que tu no lo autorizas.

- P... Pero de todas formas -su mirada me demostraba deseo- debo asistir a una reunión, pueden venir a buscarme y...

- Kevin..... -desbotones absolutamente todos los botones dejando visible mi brasier- ¿Estás seguro... de que no quieres que juguemos?

- Es que... y..yo... debo trabajar -se acercó hasta quedar en frente de mi- quizás lo mejor sea dejarlo para después.

- No creo que quieras eso -pasé mi mano sobre su pantalón en su ya notoria erección- algo me dice que tu también quieres jugar conmigo y tal vez... -fui poco a poco bajando el cierre y sacando su miembro fuera de su bóxer- deba empezar yo.

No le di tiempo para hablar, tomé su duro y palpitante miembro entre mis manos iniciando movimientos de arriba abajo, Kevin no opuso resistencia alguna y solo observaba como me ocupaba de él, comencé a masturbarlo lentamente y de a poco fui aumentando la velocidad de mis movimientos, su cara estaba llena de deseo y su respiración entrecortada me dejaban ver lo excitado que se encontraba en esta situación. Estaba sumamente concentrada en la vista que tenía, ¿y cómo no estarlo?, ya estaba por pasar al siguiente nivel cuando sorpresivamente ocurrió lo que me temía.

" TOC TOC TOC "

Kevin miró hacia la puerta preocupado y solo atinó a decirle a la persona que no abriera aún, yo me levanté de mi lugar y fui por mi abrigo para esconderlo detrás de las cortinas de la enorme ventana que había. Kookie solo se limitó a guardar su pene adentro de su pantalón y en arreglar su camisa, por mi parte me adelanté a su actuar y sin arreglarme la falda ni la camisa me metí bajo su escritorio, por obvias razones Kevin abrió sus ojos como platos al verme acomodada ahí, con tan poco tiempo tuvo que resignarse a mi decisión y se sentó en su silla frente al escritorio dando la orden para que la persona pudiese entrara. Era Pedro.

- Oye Kevin, al parecer papá también vendrá a la reunión...-levantó su mirada de los papeles y miró a mi esposo- ¿te ocurre algo?

- N-Nada, es solo que estoy algo nervioso por la reunión, eso es todo -no le presté atención a su conversación y seguí con mi trabajo. Una vez más saqué su miembro fuera, pero en esta ocasión pesé mi lengua por todo el contorno de este-.

- Tranquilo, lo de las reuniones se te da muy bien -sonrió- la verdad es que todos creen que fue una estupenda idea el que quisieras trabajar aquí.

- Que bueno es oír eso... -era imposible aguantar más, no pude contenerme y sin pensarlo metí su virilidad completamente a mi boca a la vez que empezaba a masturbarlo nuevamente, sus piernas se tensaron y una vez más el calor iban a cambiar el tono de sus mejillas- ¿hay al... algo más que tengas que decirme?

- Si, ya estamos por dar inicio a la reunión así que te espero en la sala de juntas -fue hasta la puerta para irse y cerrar- No tardes.

Y dicho esto último Pedro se fue, la habitación quedó inundada en un silenció enorme por unos cuantos minutos, poco a poco los jadeos de Kevin fueron haciéndose más fuertes y repetitivos. Se recostó totalmente sobre su silla y cerró sus ojos sintiendo todo el placer que le estaba proporcionando, lentamente fue incorporándose a mí comenzando a mover su pelvis, el movimiento de mi boca y el de su cuerpo estaban plenamente en sintonía, escucharlo quejarse de esa forma provocaban que gradualmente me fuera mojando. Tanto era el calor que había en el lugar que Kevin optó por abrir su camisa dejando a la vista su cuerpo bien formado, mientras seguía proporcionándole sexo oral con mis manos tocaba su abdomen a lo que él respondía acariciando mi cabeza con delicadeza. La excitación ya nos estaba ganando a los dos, dejé lo que estaba haciendo y guardé su amigo dentro del bóxer, salí de mi escondite y me senté con las piernas abiertas quedando frente a frente sobre él, me apoye mis manos sobre su pecho y no dude en empezar a mover mi cuerpo sobre el suyo provocando que nuestros sexos rozaran con fervor obteniendo como resultado un gemido ronco de su parte y que cerrará sus ojos con fuerza.

- Kookie...-me acerqué a su cara- ¿no que deberías... estar en una reunión ahora?

- N-No quiero -me sujetaba de la cintura- prefi... prefiero quedarme en esto... todo el día.

- Recuerda que también vendrá tu padre, ¿acaso... quieres que todos vengan aquí a buscarte?

- Mierda...

Vio la hora en el reloj que tenía colgado en la pared de su oficina, llevaba cerca de 10 minutos de retraso, triunfante luego de lo de Pedro y de dejarlo a medias decidí que ya era tiempo de salirme de encima suyo, Kevin se levantó rápidamente de su asiento y empezó a arreglarse la camisa junto con los pantalones, al terminar de hacerlo recibió un mensaje de Pedro.

- Es una lastima que tengas reunión -dije pícaramente burlesca- podríamos haber hecho muchas cosas aquí.

- Tn... -Kevin volteó a verme. Su mirada pervertida y excitada me lo decía todo, poco a poco fue acercándose hacía mí- Solo espera a que nos veamos de nuevo -no dejaba de mirarme al pasar su dedo dibujando la unión de mis pechos- te aseguro que no pararé, aunque me lo pidas.

- En ese caso te estaré esperando K-o-o-k-i-e.. -lo provoqué, no tenía nada que perder ya que me iría a casa-.

Me sonrió de medio lado y me dio un beso en la frente, no tardó mucho en tomar sus cosas y salir del lugar dejándome a sola en su oficina. Tragué saliva, mi corazón se aceleró al recordar las palabras de Kevin, estaba claramente advertida y sabía que por lo de recién no tendría piedad al hacerlo, una sensación de calor me inundó y una vez más las mariposas se hacían presentes, no lo pensé por más tiempo y arreglé mi falda poniéndola en su sitio al igual que mi camisa. Habrán pasado un par de minutos, arreglé mi cabello y recordé que había escondido mi abrigo tras la cortina, fui por ella en dirección opuesta a la puerta, me agaché para buscarla cuando sentí la puerta de la oficina abrirse. Al girarme quedé boquiabierta, susurré su nombre, pero él me ignoró por completo, sin dejar de observarme se aflojó su corbata y cerró la puerta con llave.

- K.. Kevin, ¿qué haces aquí? -estaba acelerada-.

- Pues... mi padre perdió su vuelo y no le quedó más que tener que abordar otro -caminaba peligrosamente hacia mí- por lo que la reunión se retrasó... dos horas.

- ¿D... Dos horas dices? -no podía levantarme del suelo, mis piernas no respondían-.

- ¿Qué pasa? -comenzó a desabrochar los botones de su camisa- ¿estás nerviosa?

- No, yo s-solo...-el tiempo llegó, se colocó en cuclillas quedando frente a frente a mí. Era una imagen que jamás sacaría de mi cabeza, intentaba no mirar su marcado abdomen, pero se me estaba haciendo muy complicado-.

- ¿Qué? -rió- ¿desde cuándo te volviste tímida? -me estaba excitando, no podía con la situación, mucho menos si al verme mordía su labio inferior-.

- Kevin... ¿Qué es lo que quieres hacer? -inició con su trabajo, tomó una pausa y enseguida abrió mi camisa dejando mis pechos a la vista, sin embargo, no se detuvo ahí y me despojó por completo de ella- ¿K-Kookie?

- Yo cumplí con advertirte Tn... ahora si me permites.

- E-Espera, ¿qué-? -me subió la falda hasta quedar a la altura de mis caderas-.

- No necesitaremos eso en su lugar -sentí mi cara arder, acaricio mi mejilla a lo que solo atiné a cerrar mis ojos - Te ves demasiado linda así Tn... y demasiado deseable también -me logré parar, pero no tuve tiempo de ir a ningún lado, Kevin se me adelantó y me dejó aprisionada contra la ventana-.

mi peligrosa obcecionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora