mi peligrosa obcecion

Capitulo: 66 ¿Kevin lo sabia?

- Eso puede justificarla a ella, sin embargo, ¿Qué te justifica a ti? -mi mirada de resentimiento era notoria, había estado tanto tiempo arrepentida de lo ocurrido con Kevin esa noche por el daño que le había hecho a mi novio cuando en realidad Adan desde ese día se acostaba con ella cuantas veces quería-.

- Y-Yo sé que esto se ve mal, debí decírtelo e intentar solucionar las cosas. Discúlpame por esto, no pensé bien las cosas, en verd-

- ¡Lo que menos quiero es escucharte ahora! -exploté- ¡No fue solo una vez sino varias veces!, te pedí que nos viéramos y me dijiste que no podías por trabajo, sin embargo, te la pasas bien teniendo sexo con Danna en tu horario de almuerzo.

- Tn... -se veía sumamente arrepentido. Bajé los hombros, necesitaba salir de aquí cuanto antes. Suspiré-.

- Mira Adam, yo puedo perdonarte, pero... no te garantizo que deje de ser borde contigo durante un tipo -lo miré fijamente a los ojos. Dudé un poco y me acerqué a él- pasaron muchas cosas y a fin de cuentas creo que lo más justo es escuchar, no seremos los mejores amigos, pero por lo menos podremos hablar sin problemas cuando nos encontremos.

Me fui del lugar dejando a Adam inmóvil en ese lugar, la razón de mi actuar al acercarme a él fue para depositar en sus manos las Joyas que se le habían quedado a Danna en ese Hotel, me estaba haciendo la fuerte, claramente me dolió lo ocurrido y pese a lo que hice yo... no se comparaba a lo que había hecho él. Caminé algo perdida por los pasillos, la cabeza me dolía de una formar agobiante, necesitaba irme de la empresa y volver a casa para descansar, toda la información recibida me había dejado agotada y sinceramente no estaba con el ánimo para tener más problemas. Estaba cerca de la salida que tenía más cercana, estaba tan metida en mis pensamientos que había estado ignorando todo a mi alrededor desde que bajé todas las escaleras hasta la segunda planta, cuando estaba por bajar a la primera planta me topé de frente con alguien a quien no deseaba ver.

- Vaya Tn -me sonrió sínicamente- que casualidad encontrarte por aquí, no es algo habitual verte por aquí.

- Puedo decir lo mismo de ti Annie -procuré acelerar mi paso para bajar las escaleras, sin embargo, una mano agarrando mi brazo impidió que siguiera avanzando-.

- Oye, aun no me dices qué es lo que haces aquí en la empresa.

- No quiero ser grosera, pero no es algo que te incumba. Así que yo no me meteré en tus asuntos y tu trata de no meterte en los míos -me volteé, no quería de ningún modo seguir esta conversación-.

- Wow que carácter, a poco te enteraste de lo de Adam y Danna -a penas escuche que pronuncio lo anterior quedé estática, esto...debía ser una broma- Al parecer di en el clavo.

- ¿Cómo es que...?

- ¿Cómo es que yo lo sé?, sencillo. Al día siguiente de tu matrimonio salí de mi cuarto para devolver mi llave a recepción y cuando iba caminando por el pasillo vi como Adam salía con una chica de su habitación -mi boca se abrió, estaba atónita, ¿cómo era posible que ella lo supiera todo este tiempo?- Los seguí hasta recepción y fue entonces cuando vi que se trataba de Danna.

- ¿Jamás le comentaste algo a alguien? -mis músculos se estaban tensando, estaba estresándome poco a poco-.

- No, no lo creí necesario -soltó mi brazo dejándome libre- además era algo que me esperaba, le pregunté a Kevin por Danna y él me comentó que entre Danna y Adam hubo algo cuando ella vivía aquí, era de imaginar que quisieran revivir esa llama adolescente.

Ignoré por completo el hecho de que siguió hablando, " Kevin lo sabía, desde siempre supo que algo así podría pasar entre ellos dos y no me advirtió", estaba hecha furia, no podía entender porqué no fue capaz de contarme toda la historia como lo hizo con esa rubia irritante. Era injusto, me sentía traicionada, ¿no era posible no decirme esa parte de la historia?, necesitaba y quería llegar a casa pronto, debía hablar las cosas con Kevin si o si esta tarde, no me importaba si todos en el apartamento me escuchan llorar o gritar, lo único que me importa verdaderamente es poder decir cómo me siento después de todo lo que he aguatando y me he enterado, definitivamente no me iba a quedar callada, hoy no.