Capitulo: 30 Wouh Chicos!

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Si salir de la sala fue una odisea imagínense el salir de la casa pasando por ese mismo lugar, al salir de mi cuarto caminamos cuidadosamente hasta las escaleras, Klen bajó un par de escalones para hacerle señas a Kevin, gracias a Dios él comprendió el mensaje y llevo a Annie junto a Deborah, quien ya había llegado a calmar a la chica, a la cocina, cuando observamos que entraron allí bajamos sigilosa y velozmente por la escalera hasta estar fuera de casa, nos apuramos en subirnos al auto del mayor y en un dos por tres, ya nos encontrábamos lejos de allí.

- Saben, no lo pregunto porque lo piense, pero -Klen me observo- ¿todas las mujeres son así de estéricas?

-  No me mires a mí, puedo tener mis momentos, pero dudo que me comporte de esa forma.

- Igualmente Annie es una chica muy apegada a Kevin, pese a los ligues que tenga él, ella siempre está presente sabiendo cómo es él.

- ¿Qué crees que pase?

- La verdad no lo sé -Mario se acurrucó en el asiento- a veces pienso que Kevin de igual manera la mima mucho, la trata igual y a la vez no como a las demás.

- ¿Cómo es eso que mencionaste al final?

- Deborah y él eran amigos de la preparatoria, como Annie era amiga de Deborah fue fácil para ella conocer a Kevin, con el tiempo se convirtieron en amigos, después en amigos con beneficios si se le puede decir así y hasta el día de hoy nuestro hermano puede salir con otras chicas, pero la que siempre está de punto fijo es ella.

- Así que es como su favorita -no esperaba que él tuviese sentimientos sinceros por ella-.

- Aunque eso no quiere decir que le guste o algo así, simplemente ella es la que conoce sus gustos, lo que le desagrada, sus buenos y sus malos momentos.

- ¿Yo creen que con lo que paso hoy se cancele la cena? -ambos soltaron una carcajada al oír mi inocente pregunta, la verdad quede marcando ocupado, ¿qué era tan divertido? -.

- Primera regla que debes saber, lo que nuestro padre diga se hace -estacionó el auto cerca de un local de comida rápida- él jamás cancelaria un plan suyo por problemas ajenos a él.

- Así que será mejor que vayas mentalizada a la cena con tu prometido, ya que ahora iremos a almorzar algo delicioso y luego iremos a unas tiendas para ver algo que puedas usar en la tarde.

- ¿Cómo? -me asombre ante su plan- ¿Iremos a comprar?

Ambos me sonrieron y salieron del auto, me abrieron la puerta y me extendieron sus manos para bajar, al estar fuera me explicaron la idea que tenían sobre esta tarde, no pude evitar reír al ver que tenían todo organizado y pensado, al terminar de oírlos los tomé del brazo y nos adentramos al local de comida rápida que se hallaba frente a nosotros, cuando ya escogimos nuestra mesa nos dedicamos a pedir nuestro almuerzo, Mario pido poco ya que pensaba que se llenaría con facilidad y como quedo con hambre nos pidió brochetas de carne que Klen y yo teníamos a montón. Fue un almuerzo entretenido que realmente valió la pena, cada uno pago su cuenta, salimos del local y nos fuimos a ver las tiendas que estaban en el sector como lo habíamos acordado, nunca había pasado por mi cabeza que los chicos me acompañarían a ver un traje para ocupar hoy en la cena, Mario me dijo en una ocasión que siempre que yo quisiera salir a comprar ropa él me acompañaría sin importar qué y eso me daba risa puesto que realmente decía la verdad, muchas tiendas tenían cosas muy lindas y llamativas, desde calzado, accesorios hasta la ropa misma, habían trajes precioso de una y dos piezas, me encontraba muy indecisa para elegir solamente uno, salimos de esa tienda y entramos a una más pequeña, al estar dentro los chicos se asombraron al igual que yo, los conjuntos eran únicos y eran de un diseñador conocido para ellos, emocionados me dijeron que debía elegir algo de aquí, no me quedaba de otra, les sonreí y fui en busca de mi prenda favorita.

mi peligrosa obcecionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora