Capitulo: 38 Con los ojos completamente abiertos de par en par

117 10 0
                                    

4 horas después...

Por culpa de la congestión vehicular tardamos más de lo esperado, logramos llegar a tiempo a la tienda antes de su receso de almuerzo, felices entramos al lugar y cada uno se enfocó en su tarea, en mi caso recogí las dos cajas que había encargado con nuevos trajes y Tomas, después de mirar por toda la tienda saco el que él solicitó, a fin de cuentas la vuelta a casa fue la larga, estuvimos atascados en el tráfico por una hora y media a lo menos, si no fuera por nuestros termos o por la colación que traíamos probablemente hubiésemos estado fatigados en aquella situación, pese al mini inconveniente nos lo tomamos de la mejor forma, pasamos el tiempo hablando y bromeando entre nosotros, gracias a la calefacción no pasamos frio y el ambiente a fin de cuentas era grato, luego de eso logramos llegar a casa con nuestras cajas. Al estar dentro de casa saludamos a las personas que se encontraban almorzando en la mesa de la sala, el estómago me empezó a gruñir sintiendo ese aroma tan característico de la sopa de Jonathan, no tardamos mucho en dejar nuestras cosas en el sofá e ir donde los chicos a sentarnos y comer junto con ellos, debo admitir que el día estaba pasando demasiado rápido para mi, Pedro llegó tiempo después que nosotros con unos amigos, lo cuales se encontraban bajando las botellas de alcohol de su auto, algunos chicos se pararon de la mesa para ir a ayudar y otros fueron con Klen a ver lo que faltaba para terminar de decorar, yo fui a mi habitación para poder hablar un poco con mi hermana sobre el asunto de mi madre, estaba un tanto intranquila ya que hoy me enteraba de la situación y además, mi madre se haría una sería de exámenes importantes para saber si era algo o no terminal.

- ¿Lo que dices es seguro? -no podía evitar sentirme nerviosa-.

- Si, completamente -se oía feliz mi hermana al otro lado de la línea- todos los exámenes más preocupantes salieron bien, mamá aún sigue mal pero no es nada severo o que atente contra su vida.

- De verdad me alegro mucho de oír eso -estaba intentando aguantar mis lágrimas de la emoción- ¿pero que hay con su diagnóstico? ¿se sabe qué es?

- Es una anemia, por suerte ya está siendo tratada y ha evolucionado muy bien en ese asunto, por lo demás pareció que lo que tuvo antes era solo parte de un cuadro viral que ya se logró resolver.

- No sabes lo contenta que me has puesto con esta noticia, te adoro demasiado.

- Ya sabes, siempre estoy para ti, a mamá la darán de alta mañana para que regrese a la casa, así que asiste tranquila a tu fiesta y disfruta.

- Tranquila, ahora más que nunca lo haré -dije por último soltando un suspiro de alivio-.

Las palabras de mi hermana siempre lograban tranquilizarme cuando pasaba por un periodo de malos momentos, por mucho que me atraía esta fiesta de Halloween no estaba segura al principio de querer participar cuando me enteré de lo de mamá, pese a ello quise seguir con el tema de los disfraces por si algún milagro llegase a pasar y para que lo chicos no se diesen cuenta, ahora que sé que se encuentra mejor puedo disfrutar la velada mucho más a gusta y menos nerviosa. Cuando el sol comenzó a caer los chicos subieron a cambiarse a sus respectivas habitaciones, Kevin aún no llegaba con Annie y eso probablemente se debía al tráfico horrible que había hoy, como no quería demorar mucho aproveche de alistarme, tanto dejar listo mi cabello como mi maquillaje, en relación al maquillaje solo delinee mis ojos en la parte superior junto con colocar algo de sombra en mis parpados, coloque rubor en mis mejillas y en mis labios solo aplique un brillo transparente, con el cabello no tarde mucho puesto que solo me dispuse a cepillarlo y alisarlo, al terminar de hacerlo saque de mi mesita de noche un flequillo falso que había encargado, me lo coloque mirándome al espejo y quedó de maravilla, incluso parecía demasiado realista. Cuando ya me encontraba sacando nuevamente las cajas de ropa hasta mi cama, sonó la puerta de mi habitación a lo que respondí que podían pasar, los que se asomaron por la puerta y entraron a mi cuarto no eran nada más y nada menos que Tomas,  Klen y Mario.

- Wow, chicos en verdad lucen fantásticos -no podía dejar de admirarlos, los disfraces que llevaban eran muy llamativos y sinceramente los hacían verse de lo mejor-.

- Por supuesto que lucimos bien - Klen dio un giro- mira, a que no esperabas que me vistiera de militar.

- Francamente no, aunque te viene mucho -observe a los chicos que tomaban posición sobre mi cama- y ustedes, Tomas un detective privado y Hobi un piloto de carreras.

- Debo admitir que el traje es muy cómodo y soportable, cuando me lo puse pensé que no soportaría bailar, pero es muy flexible -rió-.

- Bueno, por mi parte mi disfraz me gusta, es muy yo y me llamó la atención apenas lo vi en la tienda.

- Si, te queda bastante bien, y esos pantalones cortos hace que tus piernas luzcan de maravilla -se burló de buena forma Mario lo miro con cara de pocos amigos

- Me pierdes Hermano.

Todos reímos por su comentario, ellos nunca dejaban de divertirme con cada cosa que hacían y decían, los tres me ayudaron a abrir las cinco cajas y sacar los trajes, me sentí un tanto molesta al tener que descartar rápidamente uno, uno que fue de los dos que fui a retirar hoy, Tomas cumplió su palabra y tras intercambiar mensajes con Kevin, él le terminó por decir que Annie había escogido utilizar un traje de enfermera sexy, el mío también lo era pero quería evitarme problemas mayores con ella por esa razón, me quedaban cuatro trajes por escoger, el primero que quise probarme fue el de secretaria, corrí al baño para cambiarme y volver rápido con ellos, a Klen y a Mario no les gustó mucho como a Tomas puesto que opinaban que era demasiado tapado para la ocasión, me decían que debía ser algo coqueto y atrevido que llamará la atención de forma provocadora, descartando el primero volví y esta vez utilizando uno de policía, al llegar con ellos solo a los dos de antes pareció gustarle demasiado, me veían de arriba abajo por como mi pecho quedaba al descubierto y por lo corta que tenía la falda que traía, para mi mala suerte Tomaas comentó que no era buena idea ya que Kevin que iría vestido igualmente de policia, encontrando ese punto a favor agache mi cabeza y volví a cambiarme, al salir del baño los chicos se me quedaron viendo y se echaron a reír, no entendía el porqué de esa escena, les di de golpecitos a cada uno por irrespetuosos a lo que contestaron que la mayoría de las chicas irían vestidas de conejita playboy, lleve mi palma a mi cara ya que tan solo me quedaba un traje por probarme, que fue uno de los que fui a buscar por la mañana, nerviosa fui nuevamente al cuarto de baño rezando para que este me quedara bien y fuera el correcto, finalmente agarre confianza y me atreví a salir de ahí, la primera cara que vi fue la de Mario quien me miro de pies a cabeza para luego dedicarme una amplia sonrisa de aprobación mientras levantaba sus pulgares, satisfecha por el primer veredicto fijé mi fijé en los otros dos chicos, los cuales yacían atentos observándome desde la cama, por un lado Tomas estaba con los ojos completamente abiertos de par en par, lo único que percibí de él fue un sonrojo una sonrisa juguetona, por otro lado Klen solo tenía su vista en mis piernas y en el pecho, cuando se percató de mi mirada cambio de foco rápidamente a mi cara observándome de forma penetrante, lo que provocó que me sintiera algo acalorada por la situación en la que todos estábamos involucrados.

- Me gusta ese -dijo Tomas mientras seguía viéndome fijamente-.

- Yo opino igual - Klen agacho la cabeza y dudó un poco en soltar lo que tenía para decir- yo creo que ya elegimos el indicado, así que por favor cámbiate pronto a tu ropa normal, ya me he contenido suficiente con esto.

mi peligrosa obcecionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora