Capitulo: 98 ¿Porqué nunca se lo exigí kevin?

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Con el paso del tiempo terminamos de comer y de ver la película, tomé lo que estaba sucio y aproveché para ir a lavarlo mientras los demás sacaban los juegos de mesa y un par de bolsas de con cosas para picar, finalmente nos decidimos por uno y pese a no era la gran cosa a comparación de los otros, decidimos empezar por jugar Halli Galli.

- No entiendo, ya es la tercera o cuarta vez que pierdo -empezó a mirar su mano- ¿tendré algo mal?

- Simplemente eres lento o aun no entiendes el juego -rió por la mala racha de su hermano- una de dos.

- Mmm... -Tomaspensó por unos segundos- ¿No pueden ser ambas?

- ¡Tomas! -cómo era posible que luego de 4 juegos no fuera capaz de decirnos que no entendía la dinámica, nos echamos a reír-.

- En verdad no sé que me estresa más -cruzó sus brazos y nos observó- que Tomas no entienda aun el juego o que siempre estoy apunto de ganar hasta que Tn mágicamente se vuelve más rápida que yo.

-  Hey, Hey, Hey, dentente ahí -pedí tiempo fuera con mis manos logrando carcajadas de parte de ellos- No es mi culpa ser más veloz que tú.

- Hmp...no es justo -hizo un puchero- por lo menos déjame ganar una vez.

- De acuerdo, hahaha lo pensaré.

- Oh maldición, se acabaron las galletas, ¿chicos recuerdan si había más?

- ¡Si!, están en la bolsa sobre la mesa de la cocina.

- Oye Tomas, ¿quieres que te enseñe cómo jugar?

- Por favor -junto sus palmas suplicando-.

- Si, de verdad he estado muy distraído y me pierdo con facilidad.

- Tranquilo -sonrió- ya veras que es demasiado sencillo.

- Bien, en ese caso yo iré por las galletas y por algo de soda -se levantó de su sitio para irse a la cocina-.

- Espera Deborah -me levanté al igual que ella- voy contigo, tengo algo... de sed...

De un momento a otro comencé a ver todo borroso, sentí calor en mis mejillas he instantáneamente pude sentir como mi cuerpo dejaba de responder. Tomas fue rápido y se levantó sosteniéndome en sus brazos, con sumo cuidado me ayudo a sentarme nuevamente en el sofá mientras recobraba mis fuerzas.

- ¡Tn! -José y Mario se sorprendieron al procesar lo que acababa de ocurrir-.

- ¡¿T-Tn te encuentras bien?! -Deborah se acercó a mí y se sentó a mi lado- Por Dios, ¿qué te ocurrió?

"... Tú no estás pasando por ninguna situación de estrés en este momento..."

- ¿Eh?

- ¿Tn desde cuando sientes que lo de las náuseas y mareos comenzaron con más... frecuencia?

- Pues... -no estaba muy segura- un aproximado podría ser por la fecha de tu cumpleaños.

- A ver... -se puso en cuclillas frente a mí- ¿no te has puesto a pensar que has confundido el tema de tus nervios con... otra cosa? -en ese instante José y Deborah se vieron, al parecer pensaron en lo mismo-.

-Tomás podrías explicarte -siendo sincera estaba completamente segura a lo que se refería, sin embargo, necesitaba oírlo de alguien más-.

- Lo que Tomas quiere decir es que existe la posibilidad de que todo esto se deba -suspiró- a un embarazo -me quedé estática, sabía perfectamente que existía esa opción-.

- Oye Tn, tu sabes que no indago en tu vida amorosa y respeto tu vida privada, pero en este caso creo que es necesario preguntar esto -se veía nervioso como si no supiera como decirlo- Kevin y tu... ¿ustedes usaron algún tipo de protección cuando tenían relaciones?

-  Por supuesto que... -mis ojos se abrieron como platos instantáneamente, rayos- no. Creo que nunca ocupamos.

- ¿Y tomas pastillas? -tragué saliva, desde que lo dejé con Christopher fui dejando de lado las pastillas-.

- No...

Deborah fue a la cocina para traerme un vaso con agua para que lo bebiera, luego de todo lo que tenía que procesar me vendría bien, los chicos sabían perfectamente que sin protección alguna las posibilidades de embarazo eran demasiado altas para mí, nunca deje que un hombre se opusiera a ocupar preservativo, siempre los ocupe con Christopher cuando éramos pareja y con Adam en su momento, pero yo... ¿por qué nunca se lo exigí Kevin?, él ocupaba protección con Annie por lo que no era algo a lo que el se negara si se lo pedía. Desde el principio de nuestra relación y de nuestro primer encuentro sexual nos dejamos llevar por el momento y desde entonces nunca se nos paso por la cabeza el tema de que podía quedar embarazada, sé que cuando hicimos el amor en la noche de bodas fue algo que nos tomó por sorpresa ya que no era algo que tuviésemos planeado, sin embargo, de ahí en adelante siguió pasando y nunca nos sentamos a conversar sobre cuidarnos... ¿acaso... Kevin y yo no le tomamos el peso al asunto porque no nos importaba que un bebé entrara a nuestras vidas?, quizás, inconscientemente, siempre supimos que podía pasar un embarazo si no ocupábamos algún tipo de protección, pero pese al acceso que teníamos para usar un método preventivo elegimos vivir nuestras vidas y dejar que el destino se encargara de darnos ese pequeño rayo de felicidad si se nos daba la oportunidad.

- Vale, entiendo -miró a Jose- ¿Qué hora es?

- Son alrededor de las ocho... -buscó en su bolsillo y observó su móvil- las 20:10 para ser exacto.

- Bien, gracias -se levantó de su sitio- ¿Mario podrías llamar al Dr. Lopez?

-Claro, no hay problema.

mi peligrosa obcecionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora