Capítulo 6

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Con Ariel abrimos los ojos en asombro al ver que se trataba del libro que recientemente me había hablado

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Con Ariel abrimos los ojos en asombro al ver que se trataba del libro que recientemente me había hablado.

-Vaya ya se habían tardado. Aunque.

-¿Aunque qué?

-Esto es raro, antes no funcionaba así.

-¿Entonces? - Estaba algo impaciente. Sin poder procesar lo que estaba viendo

-Siempre las chicas se peleaban por tener este libro en su poder y ahora a ti te llega de esta manera tan fácil y enviado directamente de ellos.

-Tal vez se equivocaron - quería pensar que realmente estaban equivocados ¿por qué a mí?

-No, algo estarán tramando, seguro uno de ellos quiere algo contigo o más bien darte duro contra el muro -río. Pero a mí no me dio gracia.

Cerré el libro de golpe.

-Ellos me van a escuchar -me levanté con el libro en la mano.

-Espera -Ariel me hizo sentarme. Es mejor que no te metas con ellos, créeme ellos no solo dan servicio sexual. ¿Por qué piensas que nadie los delato?.

-Bueno tendré el honor de ser la primera en hacerlo -Me paré

-¿Quieres morir? -me volvió a sentar.

-No les tengo miedo - la furia del momento hacía que mi razonamiento dejara de funcionar, quería darles su merecido.

-Es mejor que solamente dejes el libro aquí, créeme será más divertido.

-¿Qué? -¿Como que solo dejarlo? ¿Sin hacer nada? No podía solo no hacer nada.

Ariel me quito el libro de las manos y lo colocó en la mesa, me tomo del brazo y caminamos hacia la esquina de la cafetería no quería hacerlo, pero Ariel no me dejo otra opción.

-Únicamente observa.

Canela se puso de pie y camino hacia la mesa en la que estábamos, abrió el libro, luego de un rato lo cerró bruscamente y se lo llevó con sus amigos, ellos se burlaron de él.

A Ariel también le daba mucha gracia.

-Apuesto a que ellos apostaron a que no te inscribirías -no dejaba de reír yo no le encontré mucha gracia.

***

Estaba muy felizmente descansando, cuando mi padre llego abrir las cortinas de mi ventana y cantando ópera.

-¿En serio? -me metí abajo de mis sabanas.

-Es sábado -me tiro un almohadón.

-Sí, es sábado, por eso aún duermo -le tiré el mismo almohadón.

Hasta que las estrellas se evaporen (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora