Me fui directo a mi casa, la bicicleta se me tambaleaba y caí casi llegando a mi casa. Me quede sentada y tratando de controlarme.
La cabeza nuevamente comenzaba a retumbarme.
-¿Te encuentras bien? -levante la vista y la hermosa cara de la madre de Jos estaba frente a mí.
-Sí -me levanté de golpe y eso hizo que me mareara. La madre de Jos me tomo del brazo.
-Te llevaré a mi casa. -dijo algo preocupada.
-No, no quiero molestar. -No es ninguna molestia -levantó mi bicicleta y me ayudo a llevarla hasta su casa. La dejo afuera y entramos.
La pequeña cabaña lucia increíble muy hogareña, luces tenues colores claros y opacos, los muebles combinaban con el color ladrillo de las paredes, una chimenea muy linda y una hermosa lámpara colgante en medio de la sala, todo muy lindo.
-Decoró muy bien su casa -me senté en un pequeño sillón.
-Gracias, me gusta decorar -me dio un vaso de agua. Un gatito negro comenzó a pasarse entre mis piernas, quise tocarlo pero me gruño.
-Se llama Luka. No es muy amigable, es de Jos.
-Cada cosa se parece a su dueño -creí que Mariana se molestaría, pero se río a mi comentario.
-Ma, ya llegué -la hermana de Jos entró y se me quedó viendo mientras dejaba su bolso en la mesa. Era igual a él, solo que en mujer
-Eres July.
-Sí -dije algo apenada.
-Jos tiene una fotografía tuya.
-Fer.
-Es verdad.
-No te metas en las cosas de tu hermano.
-¿Te quedas a cenar?
-Ah, es qué no quiero molestar.
-No es molestia, verdad ma.
-Para nada, es un gusto tenerte aquí. La mamá de Jos comenzó hacer la cena y yo únicamente pedía que Jos no llegará.
-Ya veo porque mi hermano se fijó en ti, eres muy linda.
-Gracias -Fer era muy intimidante, tiene la misma mirada que Jos.
-¿Te ha hablado de mí? -No mucho, casi no habla de nada, pero yo ordeno su habitación y encontré una foto tuya entre sus cosas.
-¿Qué foto? -yo nunca le he dado ninguna foto mía.
-Estás sentada en el césped, por el fondo diría que estabas de picnic - Esa fotografía me la tomo el año pasado Alonso y la tenía en mi habitación.
-Ah, esa.- Mariana sirvió la cena y comencé a comer la carné. -está muy buena.
-Gracias. -la pequeña familia de Jos era muy agradable cuanto quisiera tener una madre como la suya, estoy segura de que mi madre hubiera sido tan cariñosa como Mariana. Me sentía tan bien con ellas que no quería irme de aquí, no sé cómo Jos prefiere estar en otro lugar.
Escuché la puerta abrirse y luego cerrarse con brusquedad. Cuando Jos entro al comedor se quedó rígido con una mirada sombría y la mandíbula tensa.
-¿Qué haces aquí? -se dirigió a mí con furia.
-Yo, yo la invité - hablo Mariana con temor. ¿Ella le tiene miedo?
-July, sal.
-No, mamá la invito no tienes por qué meterte.
-Tú no te metas -me tomo del brazo y me jaló con brusquedad hasta llevarme a la puerta.
-Jos, suéltame, me lastimas. -trate de soltarme pero él me agarraba con más fuerza.
-Jos suéltala -intervino Mariana - más que como una orden era una súplica.
-No tienes ningún derecho, carajo ¿Por qué se meten en mi puta vida? Ya estoy harto de ustedes.
-¡Jos! Ahora no -grito Fer. Yo no sabía qué hacer ni que decir. Jos tomo mi mochila y abrió la puerta, pero Fer la cerro. Jos con la otra mano la empujo.
-Jos -supliqué.
-No tenías por qué venir -susurro con los dientes apretados. Sus ojos se tornaron negros.
-Hijo, suéltala. -No me llames hijo. -Jos tenía un hedor a alcohol.
-Ya me tienes harta -Fer me tomo del otro brazo y jalo de mí. Jos me sostuvo con fuerza que creí que me quedaría sin brazo, gemí ante el dolor. -¿No quieres que July sepa la clase de basura que eres?
-Cierra la boca.
-No, ella no te merece, tú no mereces ni el estiércol de Luka -Jos me soltó y elevó su mano, pensé que golpearía a Fer, pero la que salió herida fue Mariana.
-¡Basta! - protesté. -Jos ya basta. -me tiré al suelo a ver a Mariana, pero Jos me jaló del brazo y me sacó de la casa
-Suéltame Jos, quiero ver como esta.
-No eres nada de ella, no tienes por qué preocuparte.
-Pero es tu madre ¿qué ocurre contigo?
-No es asunto tuyo-grito. - vete de aquí -tiro mi mochila.
-No puedo creer que me haya enamorado de un monstruo.
-Entonces aléjate - su mirada no mostraba ni una pisca de arrepentimiento, era fría.
-Eso haré -dije apenas audible. Tome mi bicicleta y pedaleé lo más rápido que pudo. Cada que me alejaba más mi corazón pesaba más.
Entre a la casa y me encerré en mi habitación.
🌠🌠💫💫
¿Piensan que Jos está exagerando? Hombres quien los entiende 😂 No olviden dejar su voto y comentario 😘
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Hasta que las estrellas se evaporen (Terminada)
Teen FictionEl dolor que sientes no es como el fuego que puedes apagar con un poco de agua. El fuego se extiende por todo el cuerpo dejándote vulnerable a él, no puedes pensar en otra cosa más que en el sufrimiento mismo. Dejándote derrotado en el suelo mientr...