Capítulo 3

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POV. ANASTASIA

Mis dedos presionaban el borde de la ventana del auto. Estaba ansiosa por llegar a la nueva casa. Tantos minutos después, llegamos a una gran entrada. El auto se detuvo y rápidamente bajé, asombrada por lo que veía. Era una hermosa casa con un gran jardín, este lugar se sentía bien. Cerré los ojos y sentí la brisa golpear mi cara, escuchando el trinar de las aves. Era genial, pero un nudo se formó en mi garganta al recordar por qué estaba aquí.

—Bienvenida —dijo Sawyer a mi lado con voz tranquilizadora.

—Gracias —respondí con una pequeña sonrisa forzada.

—¿Qué tal? ¿Te agrada el lugar? —inquirió mientras observaba los alrededores.

—Sí, es muy bonito —respondí intentando no sucumbir a la gran tristeza que me embargaba. Tenía que concentrarme y no inundar mis sentimientos.

—Genial, también cuenta con una piscina y algunas canchas para hacer deporte —añadió fascinado—. Bueno, hay que llevar las maletas a las habitaciones —murmuró Sawyer recogiendo el equipaje y dirigiéndose a la casa. Yo me quedé estática mirando la puerta, con un nudo en el estómago.

—¿Quieres comer algo? —me preguntó Lupita sorprendiéndome. Negué con la cabeza, sin ánimos de probar bocado por el dolor que me oprimía.

—Sabes que debes alimentarte, no puedes estar con el estómago vacío —insistió con mirada severa, y resignada, acepté.

 Ya ni modo de negarme.

—Está bien Lupita, gracias —dije y la abracé con fuerza, conteniendo las lágrimas—. Bueno, voy a recorrer la casa y ver mi habitación —murmuré mientras caminaba hacia la puerta con pasos pesados. 

Ella sonrió levemente y asintió.

—De acuerdo, cuando esté listo te busco para que comas —dijo mientras desaparecía por una puerta.

Recorrí la casa y puedo decir que era muy grande. Los colores, los muebles, todo era muy bonito, no pensé que papá habría comprado esta mansión. Ingresé a una de las habitaciones y me quedé sorprendida al mirarla, era hermosa, con paredes blancas, grandes ventanas y muchas cosas más. Sentí una punzada en el pecho al recordar cómo solía soñar con este tipo de cosas junto a mis padres.

Terminé de acomodar toda mi ropa en el armario, gracias a Dios fue fácil, todo estaba ordenado con sellos. También acomodé algunos de mis libros y otras cosas más. Me acerqué al balcón y miré el gran paisaje que tenía ante mis ojos. El sol golpeaba mi cara mientras el viento movía mi cabello. Escuché que tocaban la puerta y volteé con los ojos hinchados.

—Adelante —la puerta se abrió y era Lupita.

—Mi niña, aquí están las tostadas —sonrió cariñosa, pero su sonrisa se desvaneció al ver mi rostro afligido.

—Muchas gracias nana, se ven deliciosas —le dije con voz apagada mientras sostenía el plato.

—Tienes que comer todo, prohibido dejar algo en el plato — me advirtió con mirada comprensiva y salió de la habitación. Perfecto, ya con lo que me dijo, ya me dejó todo en claro.

Sonreí tristemente.

Después de haber terminado de comer, decidí escoger algo para cambiarme, quería darme una ducha. Sawyer dijo que quería hablar conmigo de algo importante, esperaba que no fuera nada malo. Eso me había estado intrigando mucho y aumentando mi ansiedad.

Una vez que me cambié, sequé mi cabello y decidí bajar al estudio. Sawyer ya se encontraba ahí. Él me miró con semblante serio.

—Anastasia —me llamó con voz grave.

—Sí, ¿qué es eso importante que me tienes que decir? —pregunté con curiosidad y un nudo en el estómago. Me sentía ansiosa.

—Bueno, la policía estuvo investigando sobre el accidente de tus padres y nosotros también — susurró cauteloso sin apartar su mirada de la mía.

—¿Qué ocurre? Dime ya, Luke —advertí, algo insistente y nerviosa.

—El accidente que ellos tuvieron fue ocasionado, los frenos fueron cortados... a ellos los asesinaron. Todo está en este folder —me sorprendí y él me entregó un folder azul. Algo dudosa lo abrí con manos temblorosas.

—¿Qué? Esto no puede ser verdad, Sawyer —negué y me tapé la boca ahogando un sollozo— dime que es mentira, ¿por qué lo harían? —pregunté al borde del llanto, sintiendo un hueco en el pecho.

—Aún no sabemos quién pudo hacer eso y por qué lo hicieron —su preocupación y mi miedo hicieron que todos mis sentidos se activaran. Yo no recordaba que mis padres tuvieran enemigos.

—Sawyer, júrame que vas a buscar a los responsables y les harás pagar esto que han hecho —advertí intentando no sonar desecha— ellos eran mis padres, no tenían que morir. Los culpables deben ir a la cárcel —dije molesta mientras me recuperaba de este mal momento.

—Lo haremos, buscaremos las pruebas necesarias, pero tú no puedes salir de casa sin guardaespaldas, no sabemos si a ti también te buscan, es recomendable que estemos atentos a todo, Anastasia —advirtió mientras guardaba el folder con rostro tenso.

—De acuerdo lo haré, no me arriesgaré, pero que sea solo un guardaespaldas —murmuré algo incómoda y asustada por la terrible revelación.

—No, nada de eso —me regañó mientras rascaba su cabeza con preocupación— serán dos, no sabemos con qué clase de gente nos enfrentaremos y no me perdonaría si te llegara a suceder algo. Les prometí a tus padres que te protegería y eso pienso hacer —dijo serio mientras miraba una foto de mis padres con determinación.

—Lo siento, no quiero dar problemas —me excusé algo sonrojada y avergonzada.

—Tranquila, no lo haces, estamos para apoyarte siempre —sonrió comprensivo.

—Gracias enserio, muchas gracias, Sawyer —dije muy sincera, con el corazón encogido por el dolor, pero agradecida por su compañía.

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