Capítulo 86

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POV.ANASTASIA

Observo a Alex y a Teddy, que se hacen gesto raros. Sonrio, no entiendo que se dicen ellos, pero entre ambos se entienden tan perfectamente. Me siento tan orgullosa.

Me agacho y me acomodo en la alfombra donde ellos están jugando.

—Hijos míos— acaricio sus mejillas.

—Dada... —balbucea Alex.

—Ahh...—grita Teddy moviendo su osito.

—Escuchen hijos, sé que no recordaran esto, pero igual se los diré— acaricio sus cabecitas— cuando la vida se ponga dura y se sientan solos, recuerden que significan todo para mí. Mi propósito en la vida es amarlos y protegerlos con todas mis fuerzas. No importa cuantos años pasen nada puede cambiar mi amor por ustedes. Siempre serán mis hijos. —sonrio con satisfacción.

Unos golpes en la puerta me distraen de mis pequeños retoños. Esta se abre y aparece Lupita.

—Anastasia.

—Nana. —veo que me muestra unos pequeños gorros. —que tal te agradan

Asiento con una sonrisa.

—Son hermosos, ¿tú los tejiste?

—Claro que sí, todo por estos retoños— la veo acercarse y ponérselos.

—Les han quedado muy bien— digo mientras los observo.

—Todo les queda perfecto. —comenta.

Asiento con la cabeza y me levanto para escoger la ropa que les pondré a los gemelos. Hoy ya que en la noche tenemos una cena donde los Grey. En estos meses Christian y yo hemos aprendido mucho de nuestros hijos. Nos dimos cuenta de que los gemelos sacaron el mismo color de ojos que mí. Y tienen el mismo cabello que Christian.

Los gemelos tienen un poco de los dos. Alex es muy inquieto cuando tiene hambre y Teddy en cambio es muy tranquilo todo se lo toma con paciencia.

En la comida Alex no es muy glotón, pero Teddy si lo es. Yo los se distinguir uno del otro, aunque son una copia exacta. Vuelta Christian el sí tiene problemas para distinguirlos, pero con el tiempo aprenderá. También le pedí a Christian, que se mudara a mi casa en la primera semana cuando salí del hospital el, llamaba cada 5 minutos en todo el día y ni de decir que en la noche también.

Preferí evitar eso de que este intranquilo. Nuestra relación va muy bien debes en cuando nos enojamos, pero en la noche ya se solucionan los problemas. Pues el sexo es la excusa perfecta, para dejar de estar enojados, a veces ni a eso llegamos, cuando el enojo es mayor, he despertado algunas veces y no lo he encuentro en la cama, entonces lo se observar por la ventana me he dado cuenta de que hace ejercicio, corre una hora por todo el jardín.

No me agrada que estemos enojados y decido conversar con él, sé que es un maniático del control. Se que tiene miedo de que suceda algo, pero siempre ando con dos guardias, él me dijo que era mejor y lo hice para evitar discusiones.

Ahora me pide que sean tres, no le veo algo lógico para mí, está siendo paranoico.
Pero ese día que subió al cuarto lo primero que hice fue besarlo y pedirle que no esté enojado conmigo.

Le hice ver que no me agradaba lo de tener más guardaespaldas. Después de todo al rato ya no estábamos enojados. Creo que en una relación para que funcione siempre debe de haber comunicación es lo más importante, pero a veces se nos olvidaría esa pequeña parte. Miro la hora y me apresuro vistiendo a los gemelos.

—Por favor, Lupita ayúdame vistiendo a Alex. —le pido ya que en cualquier momento puede llegar Christian.

—Claro dime cuál es su atuendo? — pregunta le muestro cual es para que se lo ponga a Alex. Tiempo después ya están listos solo hay que esperar que Christian llegue. Me pregunto cómo es que ha tardado. ¿Qué será que está haciendo?

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