Capítulo 63

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POV.ANASTASIA

Despierto desorientada no recuerdo muy bien que sucedió ayer. Solo tengo vagos recuerdos en mi mente. Tampoco se ¿Cómo fue que llegue a casa? ¡Maldición! Me remuevo un poco en la cama, hasta que me sorprendo al ver a Christian, quien está sosteniendo mi mano, me doy cuenta de que está sentado en el suelo mientras su cabeza descansa sobre el colchón de mi cama.

¿Qué hace aquí? ¿Cuándo llego? Sorprendida me permito observarlo un poco más su respiración es lenta. Siento como mi corazón se estruja. Duele mucho más mi corazón. El nudo en mi garganta me estaba matando.

Sentí que me estaba asfixiando. Mi cabeza viajo a esos tiempos en los cuales me dedicaba a sonreír junto a Christian a pasar momentos felices.

-Te amo Anastasia -susurra el dormido. Respiro hondo, porque me haces esto Christian quiero olvidarte, olvidar todo lo que hicimos juntos.

Pero es muy difícil.

Verlo aquí a mi lado hace que mis traicioneras lagrimas rueden por mis mejillas.

-Chris... Christian -susurre mientras hipaba. Lo miraba intentando controlar mis lágrimas.

-Ana ¿estás bien? -Christian despierta y sostiene mis manos con las suyas. Agache la cabeza no quería que me viera llorar. Aunque no lo veía, podía deducir perfectamente su expresión.

Levanté la mirada con pesar y me encontré con esa mirada gris con pequeños matices de color azul que en ese momento mostraban una gran tristeza. El brillo de sus ojos había desaparecido por completo.

Cerré mis ojos de golpe y los abrí rápidamente.

-¿Qué estás haciendo aquí? -pregunte mientras limpiaba mis mejillas.

-Dime porque fuiste al bosque en semejante lluvia- gruñó sin apartar la mirada de mis ojos, perfectamente puede observar sus ojeras -si me querías hacer sentir mal lo lograste -reclama mientras niega con la cabeza -no sabes cómo me sentí cuando te encontré en medio del bosque desmayada.

-Señor Grey...

-Lupita era un mar de lágrimas, no sabes cuánto me preocupe por ti tenía miedo perderte.

Niego mientras cubro mi cara con mis manos.

-No, creo que se haya sentido mal- digo mientras retiro las manos de mi cara- dime porque tendría que hacerlo ya todo está descubierto deje de mentir y de fingir señor Grey- bramo mientras la voz se me quiebra, quiero llorar y gritarle como me siento por su culpa.

Cierra los ojos y cuando vuelve a abrirlos están llenos de dolor.

-YO, NUNCA FINGI NADA ANASTASIA- grita Christian enojado sentándose en la cama y sosteniendo su cabeza agachada con ambas manos.

Los labios me tiemblan.

-MIENTES, MIENTES... POR QUE LA AYUDASTE ENTONCES -le grito llorando él tira de mi mano y sin darme cuenta estoy sobre su regazo.

Extrañaba estar en sus brazos. Me rodea con sus brazos y ha hundido la nariz en mi pelo. Yo quiero zafarme de él, mantener cierta distancia, pero me envuelve en sus brazos con más fuerza. Me aprieta contra su pecho.
Mi cuerpo es traicionero y se derrite. Aquí es donde quiero estar.
Este es mi hogar. Vesa mi pelo repetidas veces.

-No tenía opción era tu vida la que estaba en juego y preferí ser yo quien este a tu lado, sabía que la podía engañar y hacerle creer que la estaba ayudando. -declara

-Christian...

-Yo nunca te haría daño porque eres mi motivo de vivir- susurra lloro ante las palabras de él.

-Detente. Ya no quiero escucharte- susurro mientras las lágrimas bañan mis mejillas.

-¿Quieres la verdad? Te la daré

-No...

-Te la diré y espero te la graves- lo veo respirar profundamente -aún estoy dispuesto a dar la vida por ti. Aún estoy dispuesto a hacer lo que sea con tal de protegerte. -mis lagrimas volvían a caer inconscientemente quería gritar, pero no podía el nudo en mi garganta se formaba y no me lo permitía.

Todas estas revelaciones eran demasiado para mí, estoy en una encrucijada.
Me separo de golpe tengo mucho que pensar.

-Cre... Creo que es mejor que se vaya a su casa.

Lo vi negar.

-No puedo más, Anastasia por favor te necesito -murmura mirándome a los ojos no estoy muy segura de lo que está diciendo, ya que todas sus palabras resuenan en mi mente, pero es mejor así necesito estar sola.

Un golpe en la puerta nos distrae y rápidamente nos secamos las lágrimas. Veo que se abre la puerta y es Lupita

-Buenos días -nos saluda ella

-Buenos días, señora Lupe -dice Christian y ella asiente

-Buenos días, nana- susurro con la cabeza agachado soy culpable de que ella haya estado mal.

-¿Ya estas mejor Ana? -dice tocando mi frente -por lo que veo la fiebre se ha ido es mejor que desayunes no has comido nada desde ayer. -me mira seria.
Observo a Christian, quien ha escuchado todo lo que dijo Lupita, el cierra los ojos, y la ira y posiblemente el pesar barren su rostro.

-Que tengan buenos días, yo me retiro- dice Christian, pero Lupita se para alado de la puerta.

-Quédese a desayunar señor Grey -le dice ella. ¿por qué haces esto Lupita? la observo incomoda

-Se lo agradezco, pero no quiero ser inoportuno -masculla serio observándome -tengo una reunión pendiente que debo atender, gracias por su invitación- dice y sale de la habitación.

-Anastasia ven para que desayunes me preocupe mucho por ti -me reprende ella mientras observo la puerta por donde acaba de salir Christian.

-Nana no puedo más- le digo y me abrazo a ella llorando descontroladamente, ella es una persona que nunca me juzgaría, siento que me abraza y empieza a sobar mi espalda.

Me duele mi pecho siento una gran sensación de vacío. Soy una tanta. Estúpido orgullo.

-Llora si quieres mi niña no te guardes nada todo sanará después, dolerá, pero sanaras yo estaré aquí para darte el apoyo que necesites.

-Duele y mucho aquí- digo tocando mi pecho

-Lo sé mi cielo, pero tienes que darle la oportunidad de defenderse si él te ama buscara todas las formas posibles para llegar a ti, no dejes que otros destruyan lo que pueden construir juntos. No dejes que sea demasiado tarde pequeña. -aconseja mientras me sonríe

-Lo are Lupita -digo sollozando.

-Ahora vamos para que comas no quiero que adelgaces me entendió jovencita- advierte

-Si, nana -digo dándome por vencida

-Y recuerda esto Ana, no hay nada más difícil que tener que sacarse de la mente aquello que no sale del corazón.

Cree en míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora