Capítulo 27

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POV.ANASTASIA

Toda la maldita noche, pase pensando en lo que ocurrió con el señor Grey, casi que tenemos sexo en el pasillo. Pero que va a querer él con una virgen como yo alguien sin experiencia. Estoy muy confundida hay dos vocecitas que me atormentan, una me dice que entregue al señor Grey, y otra me dice no alto detenten ni lo pienses. Esto me está volviendo loca.

Suspiro.

Aunque todavía no entiendo qué ve en mí... No tiene sentido. O solo soy un capricho.

Creo que mejor me daré una ducha, para relajarme, camino al baño y me quito toda la ropa, me meto a la ducha y abro la llave de él agua cae en mi cuerpo cubriéndome por completo, la imagen de Christian acariciando mi cuerpo viene a mi mente, siento mi cuerpo caliente.

No, ¿que estoy haciendo?
El corazón deja de latirme y mi respiración se acelera. Ya se me han disparado las hormonas.

¿Cómo es posible que me afecte tanto?

Tiempo después de haber batallado con mi calenturiento cuerpo, ya estoy lista para ir a desayunar, antes de regresar a Seattle.

Asistir a la cumbre de empresarios fue muy gratificante ya que aprendes mucho y conoces gente con muy buenas anécdotas.

Escucho que tocan la puerta y me acerco a abrirla.

¿Quién podrá ser?

Abro la puerta y veo a un joven.
—Buenos días, disculpé ¿es usted es la señorita Steele? —pregunta

Asentí

—Si, dígame en que le puedo ayudar.

Me miro y sonrio. ¿Qué extraño?
—Me pidieron que le entregue este ramos de flores a usted— dice entregándome las flores.
—Muchas gracias— lo mire algo sorprendida.

—Señorita que tenga buen día.

Veo que se retira.

Observó el gigantesco ramo de rosas blancas y ahora que lo pienso quién me lo podría haber enviado, reviso si tiene alguna tarjeta o nota  y la encuentro encima de una rosa, entonces la empiezo a leer.

Buenos días, señorita Steele, quería pedirle disculpas por mi comportamiento de anoche espero que me pueda disculpar , buen día.

CHRISTIAN GREY.

Sonrio. El recuerdo del beso de ayer vuelve a obsesionarme. No he pensado en otra cosa en todo el día.

Observo detenidamente el ramo de rosas y es muy hermoso, creo que no debió hacerlo, al final de cuentas yo también lo bese.
Me encaminó al vestíbulo y veo a Sawyer, el me espera en el auto junto con Alex. Subo al auto y me acomodo en el asiento. En todo el camino solo me la he pasado mirando a la ventana y aún estamos a 3 horas de llegar a Seattle, observó el paisaje desde la ventana es muy bonito se ve increíble el bosque.

—Anastasia— la voz de Sawyer me saca de mis pensamientos.

Volteo a verlo.

—¿Sí?

—Creo que nos están siguiendo— dice, lo miro con preocupación.

—¿Quién? — pregunto. Alarmada.

—Es un Mercedes negro con los cristales tintados. —murmura sin perder de vista la carretera —al principio no le preste mucha atención, pero después de unos cuantos giros me doy cuenta de que el Mercedes sigue detrás. Se mantiene a una distancia prudencial, a una veintena de metros, lo justo para no perdernos de vista.

Me froto la cara con preocupación.

—¡No puede ser posible! –exclamo asustada— Sawyer ahora que aremos.

Lo miré.

—Tranquila Anastasia, déjame a mí, intentare rebasar con cautela— murmuro.

Suspiré. Esto no estaba bien. El miedo intenta apoderarse de mi cuerpo.

¡Maldición!

—Está bien —respondí.

—Asegúrate de que este bien ubicado tu cinturón de seguridad Anastasia. —ordena.

Lo miré y asentí.

—De... acuerdo. —respondí nerviosa.

Coloque mis manos en el cinturón y revise que estuviera bien abrochado, ahora mi mayor miedo era el que nos puedan secuestrar, o incluso hasta matar. Sawyer sigue conduciendo, pero de un momento a otro somos golpeados en la parte trasera del carro, haciendo que me mueva bruscamente.

Siento que el auto pierde la estabilidad y empieza a derrapar por la carretera.

¡Joder!

Me senté bien, y sostuve el cinturón de seguridad.

—Ana —escuche a Sawyer, levante un poco mi cabeza y lo mire —cúbrete por favor.

Asentí.

El auto recupera la estabilidad y nuevamente somos impactados desde atrás sin pensarlo el carro empieza a dar vueltas en el asfalto, la carretera esta mojada lo que provoca que este resbalosa como para poder estabilizar y avanzar.

—SAWYER —grito.

Siento el impacto que el carro se da sobre la baranda, estoy aturdida y golpeada intento levantar la cabeza para mirar a los chicos, pero no tengo fuerzas. Siento correr algo caliente por un costado de mi rostro, alzo mi mano temblorosa y me toco la mejilla veo mis dedos y hay sangre.

—ANASTASIA, por favor no te duermas intenta quedarte despierta— escucho a Sawyer.

—Señorita Steele resista por favor —habla Alex.

—Chicos —susurro bajo.

No he levantado la cabeza, las fuerzas no me dan para nada más. Siento mi cuerpo pesado todo me da vueltas quiero cerrar los ojos, aun la sangre sigue cruzando por mis mejillas. Esto es malo, no quiero morir aquí.

Por favor que alguien nos ayude.

—ANASTASIA... ANASTASIA...—la voz de Christian se escucha a lo lejos.

—¿Christian? —susurro.

—Nena ya estoy aquí— muevo mi cabeza un poco y lo vi ante mí, su mirada era de preocupación.

Sonrio y me dejo llevar por la oscuridad.

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