Cree en mí

Capítulo 49

POV.ANASTASIA

Christian me ha traído a una hermosa laguna, ahora me siento un poco mejor. Observar el bosque me ha animado todo es muy tranquilo ya que solo se escucha el cantar de las aves y el sonido de el agua. 

Miro detenidamente un punto en el bosque, y me pongo a pensar en todo lo que ha pasado, como conocí a Christian, luego cuando me dijo que, no era bueno para mí y como me ha ayudado en algunas ocasiones, también cuando descubrí su cuarto de juego, y ese mismo día tuvimos sexo.

Fue realmente una locura. Claro Anastasia una locura muy excitante dice mi subconsciente mientras me señala con el dedo.

Suspiro.

Ahora ya no solo me ayuda, también se preocupa por mí, pero hay algo que no me deja en paz y que me está carcomiendo por dentro, y es saber cómo fue que él se involucró en el BDSM, me intriga mucho.

Dejo de observar aquel punto y me giro donde esta Christian, observo sus ojos fijamente quiero saber todo, el libro que había terminado leer narraba la historia de un tipo millonario con un pasado muy triste. Tengo una maraña de preguntas en mi cabeza rondando así que decido preguntar sin poder controlar mi boca.

—¿Cómo fue que entraste al BDSM?

Christian me observa, pero retira su mirada me doy cuenta de que está nervioso, creo que no debí preguntar.

Fui imprudente por la curiosidad.

—Anastasia...

—Si, no me lo quieres decir está bien yo comprendo. —susurro

Frunce el ceño y parece tener una batalla interna, pero luego levanta los ojos y me mira como si hubiera tomado una decisión.

—Una amiga de mi madre, fue quien me sedujo, entonces ella lo hiso cuando yo tenía 15 años. ¿Qué está diciendo?
—Oh. —es lo único que se me viene a la mente.  
¡Dios mío, como pudo! Tiene que ser una broma. Espero que sea eso.

—Fui su sumiso por 6 años, sus gustos eren muy especiales— dice encogiéndose de hombros.
—No pensé que sería así— respondo con sorpresa. 

—Así, que se lo que implica todo eso Anastasia. —dice mirándome a los ojos. Lo observo, este hombre que esta frente a mi... fue abusado sexualmente cuando apenas era un adolescente.

No lo puedo creer. No es correcto.

—Christian...
—Te puedo decir que no tuve una introducción al sexo demasiada corriente.

Aún tengo curiosidad de saber más y a donde llega todo esto. ¿Pueda que esto ya tenga un fin?.

—¿Y en la facultada salías con alguien? 
—No. — dice negando con la cabeza.
—¿Por qué...?
—¿Estas segura de querer saberlo? –pregunta mientras me observa

—Si. —respondo solo espero no arrepentirme.

—Porque no lo necesitaba. Solo la deseaba a ella, a nadie más. Igual si lo hubiera hecho me habría matado a palos. — dice despreocupado.

Digiero toda esta información y aun así es mucha, quiero saber más de él. Hay una parte de mí que ahora se siente celosa, por lo que ha dicho.

—¿Cuántos años tenía ella?
—Creo que los suficientes para darse cuenta de lo que estaba haciendo— susurra Christian en un amago de sonrisa.

—¿Aun sigues viéndola?

Me mira y asiente.
—Si — responde en susurro, y para nada me agrada esa respuesta entonces camino alejándome de él hacía la laguna.

Sabía que nada de esto me agradaría, pero igual ya me lo dijo, y yo se lo pedí.

Suspiro.

No debería de actuar así, maldición estoy celosa.

Observo el agua y veo muchos peces nadar son muy bonitos. De un momento a otro siento a Christian, que me toma por sorpresa y me besa, pero es un beso lento y suave, se separa y me observa a los ojos detenidamente acariciando mis mejillas.

—Por favor no te enojes conmigo— susurra de manera tierna.

No estoy enojada con él, mi enojo es con esa mujer como pudo hacerle eso a Christian.

Suspiro.

—No, no lo estoy— le digo acariciando su mejilla

Christian asintió y me dedico un amago de sonrisa hasta que me beso.

Pienso será que él y ella aun.... Anastasia no vallas por ese camino dice mi subconsciente que hace poco estaba en silencio. No seas pesimista.

—No ya lo dejamos hace mucho tiempo Anastasia, solo es una amiga nada más—me dice el, separándose de mí y jalando mi labio, esperen acaso leyó mi mente lo miro confundida.

—A caso tu...

—Se lo que estabas pensando Ana, y puedes estar calmada porque ya no hay nada— me dice el volviéndome a besar.

Bueno si el insiste entonces le creeré.

—Está bien, lo siento apenas nos conocemos no debí hacer eso— digo y Christian mueve la cabeza con expresión resignada.

—Tranquila nena. —dice Christian mientras me abraza por la espalda.

—¿Qué paso con tus sumisas?
—Se acabo todo, ya no están.
—Entonces ya no ves a ninguna de ellas. —murmuro.
—No, Anastasia. Soy monógamo.
—Ya veo. — susurro.

—¿A caso me cree señorita Steele? —pregunta.

—Si, le creo señor Grey. —respondo y el coloca su mentón en mi hombro.

Regresamos al coche, Christian, conduce por la carretera hasta que apoya una mano en mi rodilla y me la aprieta suavemente.

—¿Tienes hambre? —pregunta.
—No.
—Tienes que comer Anastasia— me dice y me aprieta la rodilla de nuevo. Supongo que no tendré remedio no.