POV.CHRISTIAN
Sacudo mi cabeza borrando los malos recuerdos que me atormentan. Me levanto del mueble dirigiéndome a la ventana. Suspiro complacido por tener a la vista la única razón de seguir adelante. Cierro los ojos sintiéndome un poco cansado. Unos golpes en la puerta me distraen.
—Adelante —respondo. La puerta se abre y observo a Lupita y a Sawyer, ingresar a la habitación.
—Buenas tardes, señor Grey— saluda Lupita. Agacho la cabeza.
—Buenas tardes, señora Lupe— me siento tan avergonzado que es difícil mirarla a la cara.
—Buenas tardes, señor Grey —dice Sawyer mientras se acerca a Anastasia.
—Buenas tardes, señor Sawyer —respondo incomodo — yo me retiro para que puedan estar con Anastasia —digo abriendo la puerta para salir.
—Gracias— dice la señora Lupe, mientras deja su bolso en la silla que esta junto a la cama de Anastasia. Salgo de la habitación y me apoyo en la pared a esperar. Suspiro.
Sawyer y Lupita, antes de marcharse me dejaron dos contenedores de comida, les agradecí mucho su gesto. Dijeron que tenía que comer ya que mi apariencia a cambiado mucho y estoy adelgazándome demasiado. Acepté las sugerencias y me comí todo lo que me habían traído.
Las horas se pasan tan rápidamente. Las sensaciones de tristeza acarrean mi alma logrando desanimarme. Las apariencias engañan. Estoy de todo menos bien. Tengo la sensación de que el sol se ha puesto y no ha salido durante 10 días. Ana. Vivo en una noche perturbada. Tengo miedo de que no despierte.
Miedo a que no vea a los gemelos en su vientre crecer. Observo mi reloj y marcan las 11:30 pm es una noche muy fría miro por la ventana y me pregunto cómo sería mi vida si no hubiera conocido a Anastasia. Tal vez sea muy aburrida y monótona. O posiblemente triste. Ya no me veo sin Anastasia ella es mi todo, mi amor, mi vida.
Al despertar, lo primero que aria seria pedir perdón y suplicarle que no me deje que no me abandone. Camino a la silla que tengo a un costado de ella, me acomodo y sostengo la mano de Anastasia, me inclino hacia su cama y reposo mi cabeza hasta dejarme llevar por los brazos de Morfeo.
Sueño con Anastasia ella toca mi cabello suavemente, y me dedica una sonrisa. Una sonrisa de la que te llenan el alma. El sueño parece ser tan real porque siento sus dedos. Me despierto con un salto, alzando mi cabeza.
—Hola —dice Anastasia, la miro a sus ojos ella ha despertado hay emoción en mi cuerpo y otros sentimientos encontrados.
—Oh, Ana— mi voz suena ahogada. Agarro su mano, y la aprieto contra mi mejilla áspera y con barba. —perdóname por favor — es lo primero que digo.
—Señor Grey —mi cuerpo se congela al escuchar esas dos simples palabras. Niego, ¿porque ahora es formal?
—Se que me estas odiando y que posiblemente ya no me quieras ver, pero yo te amo y lo que siento por ti no tiene explicación. La llave de mi corazón y de mi alma la tienes tu en tus manos.
—Christian... —la interrumpo.
—Nena, entiendo tu odio y enfado. Ana, es que te quería para mí solo. No quería compartirte. Nunca había tenido lo que teníamos hace poco. Yo quería ser el centro de tu universo, por un tiempo al menos— digo mis ojos están nublados por las lágrimas que reprimo.
—Christian escúchame, yo también te amo. No te odio. Solo que si me enoje por todo lo que dijiste —susurra ella. Entonces esto quiere decir que si tengo posibilidades de remediar las cosas.
—No te vayas, por favor no me dejes ten un poco de fe en mí y un poco de paciencia. Por favor. Remediare todo el daño que te he causado. Por favor Cree en mi Ana. Te lo suplico. —ruego mientras la miro a los ojos.
—Está bien lo are. Tampoco me iré a ningún lado. No sabes cuánto lo he extrañado señor Grey —susurra con una sonrisa. — Ahora necesito usar el baño —dice y observó que se empieza a mover.
Me alarmo tengo miedo de que se haga daño ya que apenas a despertado
—Ana, espera llamare a la enfermera. —salgo rápidamente y encuentro a una enfermera y le explico lo que sucede. Una vez que Ana sale del baño la enfermera dice que la revisara.
—Señorita Steele. Bienvenida de nuevo mi nombre es Dana. ¿Sabe dónde se encuentra? —pregunta la enfermera.
—Si, en un hospital.
—¿Cómo se siente?
—Dolorida en algunas partes y muy sedienta.
—De acuerdo le traeré agua, pero primero revisaremos sus signos vitales—dice la enfermera.
Estoy angustiado observo como la doctora y la enfermera revisan a Ana. Miro que también le cambian el vendaje de su operación. Terminan de revisarla y dicen que todo está bien que más tarde le dan de alta.
—¿Cómo te sientes nena? —pregunto
—Un poco confundida. Dolorida y también muy hambrienta.
—¿Hambrienta? —me admiro y pestañeo con sorpresa.
—Si.
—¿Qué es lo que quieres comer? —pregunto
—No lo sé, creo que sopa estaría bien— dice, rápidamente saco mi BlackBerry de mi bolsillo y le marco a Taylor.
—Ana ya despertó, podrías traer sopa de pollo bien gracias. —Cuelgo el celular.
—¿Qué paso con Elena, la atraparon? —pregunta Ana, y me da escalofrió solo recordar ese día. El terror está marcado en mi cara.
Suspiro.
—Ana te daré los detalles después si ahora solo quiero disfrutar de tu compañía y hacerme cargo de ti.
Niega mientras se frente se frunce.
—No puedes decírmelo ahora.
Niego.
—No entiéndeme, he muerto sien veces desde el lunes —digo
—¿Qué día es hoy? —pregunta alzando su ceja.
—Sábado.
—¡Qué! —dice sorprendida.
—Estuviste en coma por 10 días y gracias a Dios has despertado pronto. Me sentí muy mal cuando el doctor nos dio aquella noticia. Mas cuando dijo que podría durar días, meses o años no sabes cómo me sentí quería morir en ese instante —digo y ella palidece por mis palabras. Rápidamente la envuelvo en mis brazos.
—No lo puedo creer.
—Hey tranquila nena ahora estas a salvo —murmuro contra su cabello.
—Lo siento mucho. No quise asustarlos a todos —dice y sus lágrimas comienzan a caer.
—Tranquila nena por favor — le digo besando su frente.
La puerta se abre, sorprendiéndonos a los dos, es nuevamente la doctora Ariana quien entra.
—Vine a recetarle unos calmantes. Los necesitara para el dolor de cabeza que debe de tener. Es muy bueno ver que está evolucionando como debe de ser, señorita Steele. —dice la doctora.
—Gracias —murmura Ana.
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Cree en mí
RomanceLa vida te enseña a seguir, adelante sin importar las circunstancias, Anastasia a pesar de ser, tan joven es dueña de una gran fortuna a ella no le interesa el amor es alguien que se dedica a su trabajo, pero el destino le tiene una sorpresa al enco...