Capítulo 68

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POV.CHRISTIAN

Anastasia, se ve preciosa extrañaba su cuerpo, sus caricias, su calidez. Sonrio al verla encima de mí. Ella suele ser todo un misterio si se lo propone. Podría decir que nuestra historia no es la más bonita ni la más perfecta, simplemente es nuestra y con eso me basta. No sé si estamos hechos el uno para el otro, pero si hemos llegado hasta acá es porque seguimos eligiéndonos cada día, y eso es como estar hechos el uno para el otro.

Ahora mi único deseo de esta noche es la de estar en sus sueños y el de quedarme en ellos.

-En que piensa señor Grey - Ana acaricia mi mejilla mientras se frota sobre mis pantalones. Es una completa traviesa. Sonrio

-En que quiero sentirte en lo más profundo de tu ser, que tus uñas dejen marcas en mi piel, que tus gemidos sean mi melodía de esta noche y muchas noches más. -Ana se sonroja.

-Eres un pervertido sin remedio. -se queja.

-Supongo que si -la tomo de los hombros y me giro quedando encima de ella.

Beso, lamo y muerdo su cuello, ella se retuerce mientras torturo a sus senos.

¡Joder! ese simple sonido que sale de su boca hace que tenga una erección siento como mis pantalones estorban junto ahora.

-Ah, sí... si... Christian -gime ella me separo un momento para quitarme los zapatos y el pantalón.

-Espera un segundo nena.

-No, no Christian.... -protesta

-¿Qué quieres nena?

Se muerde el labio y me dedica una sonrisa.

-A, ti -dice me acerco, después de deshacerme de mi ropa, no pierdo tiempo y de un tirón me deshago de sus bragas.

-Ahora voy a comprobar como sabe usted señorita Steele. Si no lo recuerdo mal, es usted una rara y delicada exquisitez. -sonrio.

-¿Qué me vas a hacer? -pregunta cautelosamente

-Oh nena yo nunca desvelo mis planes. -me subo a la cama y me coloco de rodillas entonces separo sus piernas despacio.

-Espera Christian- Ana se ha dado cuenta de lo que pienso hacer.

-No lo are nena

-Oh... Christian por favor -suplica mientras froto la tela de mi bóxer sobre su vagina.

-Mmm.... está expuesta señorita Steele -deslizo mis dedos sobre su clítoris, dibujando pequeños círculos, sin apartar mis ojos de los suyos.

-Chris... Christian...

Se retuerce y gime.

-Nunca dejas de sorprenderme, estas tan húmeda -murmuro y comienzo a lamer su sexo sabe exquisita tal como lo recordaba.

Su cuerpo es un templo sagrado para mí.

-¡Oh, Christian!

Sonrio satisfecho.

-Lo se nena yo también lo disfruto -entonces soplo un poco en su parte más sensible.

-¡Ah...! ¡Por favor ¡- suplica ella retorciendo aún más por la excitación.

-Di mi nombre -le susurro, mientras meto y saco mis dedos de su húmedo sexo.

¡Joder!

-¡CHRISTIAN! -grita ansiosa que apenas la reconozco como mía.

-Otra vez nena- la mire.

La sonrisa de ella se hizo presente, y yo continúe

-¡CHRISTIAN!,CHRISTIAN! -grita con fuerza.

-Eres mía nena. Lo eres.

Vuelvo a darle atención a su clítoris con mi lengua y ella gime una vez más, su cuerpo se tensa y sé que está por venirse.

-Si así... oh, Christian -la veo cubrirse la boca con su mano

-Vamos nena dámelo -digo y se corre gritando mi nombre. -Eres mía señorita Steele.

Rápidamente me quito los boxes y la penetro con fuerza.

-¡Ay! Cuidado- susurra entonces decido quedarme quieto temo lastimarla.

Estoy muy inquieto la necesito, necesito a esta hermosa mujer.

-¿Estas bien nena te hice daño?

Niega

-No tan fuerte... deja que me acostumbre -dice ella, se me había olvidado de que hasta poco era virgen, así que debo de ser cuidadoso para no lastimarla.

Empiezo a moverme muy lento salgo y entro cuidadosamente.

-Lista nena.

-Ahora si muévete por favor- me mira a los ojos.

-¿Esta segura nena?

Asiente con una pequeña sonrisa.

-Si, hazlo. -responde.

Empiezo a moverme más rápido ella gime y es música para mis oídos. Ella comienza a coger ritmo con sus caderas en cada envestida que doy, es delicioso. Me hace feliz tenerla en mis brazos ella es mi perdición. En un movimiento enrolla sus piernas en mi cuerpo y me sigo hundiendo en ella una y otra vez hasta que siento que su cuerpo comienza a tensarse.

Su interior aprieta mi pene.

Yo también estoy por correrme. Ella se deja ir gritando mi nombre muy fuerte. Me quedo quieto y me vierto en su interior gritando su nombre.

-¡ANA... NENA! -grito y me derrumbo en su lado.

Cuando me recupero bien del orgasmo acurruco ha Anastasia, en mi pecho y la cubro con las sabanas. Acaricio su cabello, y la miro fijamente. No tengo ni idea de que hora es a su lado el tiempo pasa muy rápido.

-Me gustó mucho, mi cuerpo deseaba el tuyo -susurra y besa mi mano.

Oh mi pequeña niña.

-Que puedo decir mis ganas de ti no se quitan, se acumulan.

-Es una revelación muy grande señor Grey. -sonríe.

-Lo es -acaricio su mejilla- ¿estamos bien ahora? -pregunto

Asiente.

-Si, lo estamos señor Grey- sonríe. Me siento tan aliviado. Me agrada este momento de paz.

-Podría pasarme la vida contemplándote, Ana -murmuro y beso su frente. Ella me mira y besa mi pecho muy despacio.

-Te... amo... Christian Grey -musita ella enfatizando cada palabra mi emoción es grande.

-Yo. También... te amo... Anastasia Steele -digo sonriéndole. -No pienso dejar que te vayas nunca -murmuro viéndola a los ojos.

-No quiero marcharme nunca. No me dejes marchar nunca -musita medio dormida.

-Tenlo por seguro que no lo are -susurro.

Supongo que nuestra historia comienza cuando ninguno de los dos soñaba en conocerse, terminan encontrándose en el instante menos esperado, pero en el momento indicado.

Acaricio la mejilla de Anastasia ella duerme tranquilamente, cubro nuestro cuerpos desnudo antes de dejarme llevar por los brazos de Morfeo.

Cree en míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora