Cree en mí

Capítulo 36

POV.CHRISTIAN

—Dime ¿Qué ocurre Elliot? 
—Te llamaba para saber si puedes tener una noche enfrente de la tv, dame la oportunidad y mira el beisbol conmigo. —murmura con una pizca de entusiasmo.

—Suena como un plan— digo pensándolo, hace tiempo que no me reúno con mi hermano. No creo que este mal si lo hago hoy. 

—Entonces ¿Qué dices? —pregunta
—Está bien —afirmo — ¿a qué hora nos vemos en mi casa? —pregunto mientras reviso mi reloj.
—Te parece a las 8:00pm porque el juego inicia a las 8:30pm— murmura.

—Perfecto entonces hasta la noche hermano mayor —murmuro y cuelgo el celular.

Se que ya no debería recordar a Anastasia, pero me pregunto si ella aún sigue enojada conmigo. No puedo ocultar lo preocupado que me siento por causa de Elena, ahora mi prioridad es mantener segura a Anastasia, pero manteniendo mi distancia.
La tarde me la he pasado revisando papeles y balances miro la hora en mi reloj son las 7:40 decido irme ya a casa para esperar a mi hermano.
—Buenas noches, señor Grey— saluda Gail al verme entrar en la cocina
—Buenas noches, Gail— devuelvo el saludo mientras abro la nevera y saco una botella de agua.
—Dígame ¿Qué va a querer que le prepare para cenar? —pregunta mientras me observa.
—Gail, hoy mi hermano vine y desearía que nos consiga snack y bebidas luego cenaremos yo le dejo a su criterio la cena. —digo saliendo de la cocina.

Miro a Gail quien asiente y sonríe.
Ya llevamos una hora viendo el partido y hay un buen marcador.

—Vamos equipo— grito animado mientras observo batear.

—Eres un amargado, pero puedes ser divertido hermano menor.

Fruncí el ceño mirándolo, Elliot en verdad era el colmo.

Mientras seguimos observando el partido somos interrumpidos por el sonido de un celular, observo a Elliot que lo contesta.

—Si, dime nena que ocurre ¿Kate estas borracha con quien estas? con Mia y Ana en que bar estas ok ya voy para allá. —dice mi hermano ¿Qué acaso escuche mal Elliot dijo Ana? maldición solo espero no haya bebido de más.

—Hermano vamos al bar FIFTY. —dice levantándose del sofá.

Esta es una oportunidad para ver a Anastasia, la cual no pienso desperdiciar.
—Si, vamos —murmuro

Elliot se llevó a Mia y Kate y yo vuelta estoy buscando a Anastasia, camino hacia fuera del bar y a lo lejos veo a Ana y a un tipo están forcejeando no lo pienso ni un minuto y me dirijo a ellos con mis manos empuñadas a mi costado.

El enfado me consume. Detesto que otro hombre que no sea yo le pongan una mano encima a Anastasia.

—Creo que la señorita ha dicho que no— empujo con fuerza al tipo, mi voz está cargada de ira.

Miro a Anastasia que se desmorona en mis brazos ha bebido demasiado, así que la levanto y la acuno en mi pecho la llevo fuera al auto, Taylor me espera con la puerta abierta consigo meterme con ella en la parte de atrás. Ella murmura algo incoherente y me abraza como hiedra, duerme en mis brazos mientras viajamos a su casa.

Yo ya sabía que ella no me aria caso cuando le aconsejé de no beber, pero ella es una mujer muy necia y terca. Suspiro. Tengo unas repentinas ganas de ponerla sobre mi rodilla, palmearla y luego follarla, por haber bebido de esta manera.

¡Que mierda estoy diciendo! Concéntrate Grey.

—Chris... Christian... ¿por qué... quieres que me aleje de ti...? — murmura Ana con dificultad. La miro y acaricio su rosada mejilla.

—Para protegerte —susurro

Al llegar a la casa de Anastasia me doy cuenta de que es demasiado grande.

Taylor me abre la puerta y se dirige al timbre de la casa, en eso sale el guardaespaldas de Anastasia a él lo recuerdo de la cafetería.

—Buenas noches— nos dice

—Buenas noches— respondo y se da cuenta de que Ana está en mis brazos.

—Anastasia ¿Qué paso...? —pregunta sorprendido.
—Esta borracha y dormida— le explico.
—Le advertí que no tomara mucho, le dije que me quedaría a esperarla, pero es necia.

—Eso parece —murmuro mientras observo a Anastasia que sigue dormida.

Al menos en algo si coincidimos sobre ella, es una chica necia, él se acerca para que le pase, pero ella no se separa de mi me tiene bien sujetado con sus brazos.

—Creo que no quiere soltarle, y si no es mucho pedirle por qué mejor no la deja usted en la cama señor Grey —dice ¿acaso me conoce el? ¿Por qué confía en mí?

—De acuerdo.

Hago lo que me pide, aunque no muy seguro me dirijo junto con él, a la habitación de Anastasia al entrar me doy cuenta de que es muy acogedora y amplia.

Suavemente deposito a Ana en su cama, pero cuando estoy por dejarla ella me jala y me agarra otra vez apretándome fuerte como hiedra, el joven se sorprende.

—En verdad lo lamento no sé qué ocurre con ella— dice algo apenado— creó que sería mucho pedirle que se quede con ella hasta que lo suelte — dice mientras me mira.

¿Qué está diciendo? no puede ser cierto. Me rasco la barbilla, debatiéndome entre hacerlo o no hacerlo. Lo pienso y no hay salía.

—Lo are, pero debo avisarle a mi guardaespaldas— murmuro.

El me mira y sonríe.
—No se preocupe señor Grey, yo hablare con Taylor. —dice mientras sale de la habitación ¿de dónde conoce a Taylor?

No sé qué hora fue que me quede dormido a noche, pero lo que sí puedo asegurar es que no tuve pesadillas, y por lo que veo ya estoy liberado.

Ana duerme plácidamente su respiración es lenta y tranquila.

Me levanto con cuidado de no despertarla y bajo por las escaleras observo que es una casa muy bonita, al llegar a la sala aparece el tipo de anoche.

—Buenos días— saludo

—Buenos días, señor Grey, me presento soy Luke Sawyer— dice.

—Mucho gusto. — digo mientras lo observo.

Pienso que ya es hora de irme necesito llegar a mi departamento y alistarme para ir a la empresa. Busco mi celular ya que planeo llamar a Taylor para que me venga a buscar, pero me admiro cuando lo veo salir todo arreglado. ¿A qué hora llego?

—Buenos días, señor Grey— me saluda él.

—Buenos días, Taylor creo que es momento de que nos retiremos— murmuro
—No pero antes por favor pasen a desayunar la comida ya está servida— dice Sawyer interrumpiéndome.

—Gracias no quisiera incomodar— digo mientras observó las escaleras.

—No hay problema así que síganme por favor —dice mientras caminaba

—Está bien gracias— digo mientras lo seguimos, entramos a una gran cocina y ahí se encuentra una señora ella nos saluda muy amablemente.