POV.ANASTASIA
Me despierto desorientada no se ha qué hora fue que me quede dormida anoche, la luz brillante ingresa por la ventana de la habitación de Christian, él duerme aun plácidamente. Lo contemplo se ve tranquilo y sereno podría pasarme todo el día observándolo. Tengo tanta suerte de tener a este Dios griego a mi lado, necesitaba estar en sus brazos ese lugar es mi refugio él es mi refugio. Sonrio ante la idea me siento muy feliz.
Feliz por su compañía.
-Le gusta lo que ve señorita Steele- murmura Christian despertándose.
Asiento con un pequeño movimiento de cabeza.
-Mucho señor Grey- respondo con una pequeña sonrisa.
Provocativamente me acaricia el pecho con la mano, la baja hasta la cadera y me atrae hacia el suavemente. Noto su erección contra mi trasero. Alguien al parecer está muy inquieto.
-Está contento de verme acaso señor Grey -le susurro y me retuerzo contra él.
Asiente sonriente.
-No sabes cuánto - desliza la mano sobre mi estomago descubierto y sigue más abajo hasta que llega a mi sexo y con sus expertos dedos explora. Me éxito de sobremanera me gusta sus juegos.
¡Ah maldición! Él sabe muy bien como manipular mi cuerpo.
-¡Ah, Christian...!
-Hay muchas ventajas por la mañana teniéndote aquí.
-¿Has dormido bien? -pregunto ahogando un gemido mientras sus dedos siguen torturándome. Me besa muy lentamente y luego desciende por mi cuello chupando y lamiendo con delicadeza.
-Si, Oh, Ana siempre estas dispuesta para mí- dice metiendo y sacando sus dedos, desciende a mi pecho. Empieza con su tortura con un pezón y luego con el otro.
Gimo una y otra vez a modo de respuesta.
-Mmm... saben exquisitamente te deseo ahora -susurra y agarra un paquetito plateado de la mesa rasga el envoltorio. Me besa y luego frota su nariz con la mía.
-Gracias -susurro y noto confusión en su rostro- por estar aquí siempre para mí.
-Yo te agradezco por seguir conmigo - dice y lo beso intensamente.
Usa sus piernas para separar las mías, observo como se coloca el condón. Me besa y de una estocada lo tengo dentro de mí sus movimientos son lentos disfruto cada envestida de él. Después de minutos siento que mi cuerpo se contrae estoy por llegar no resisto más y me corro gritando su nombre.
Christian también se corre al instante que yo. Ah sido un buen inicio. Estamos terminando de desayunar debo apresurarme hoy tengo una reunión a las 8:00 y por nada del mundo puedo faltar. Voy a la habitación de Christian por mi bolso.
-¿Sabes puedes decir que estás enferma? Y quedarte aquí -dice Christian desde el lumbar de la puerta.
Oh es muy tentador ahora que lo pienso, pero el trabajo me llama.
Niego.
-No, Christian, no puedo. Soy una presidenta monógama con mucho trabajo que no puede entrar y salir cuando se le antoje. Deberías apresurarte -le digo y el hace un mohín de disgusto.
Se ve adorable con ese simple gesto. Sonrio.
-¿Qué puedo hacer para tentarte a quedarte? -dice en voz baja besándome repetidas veces por el cuello.
-No puedes, déjeme ir señor Grey -le digo también besándolo el vuelve a hacer un mohín y desiste.
Parece un niño berrinchudo sonrio ante tal pensamiento. Cojo mi bolso y a él lo tomo de la mano, llevándolo a la sala para irnos. Taylor nos espera, en el carro subimos y empieza a conducir por las calles de Seattle. Observo que estamos cerca de la empresa al llegar el aparca junto a la cera me despido de Christian antes de bajar.
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Cree en mí
RomanceLa vida te enseña a seguir, adelante sin importar las circunstancias, Anastasia a pesar de ser, tan joven es dueña de una gran fortuna a ella no le interesa el amor es alguien que se dedica a su trabajo, pero el destino le tiene una sorpresa al enco...