Prescripción 2: Sighs

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—Aquí tienes tu paleta —dijo con amabilidad mientras le tendía aquel dulce a su quinto paciente del día.

—¡Gracias! —respondió con alegría, la expresión de dolor en el rostro de aquel niño se borró tan pronto el dulce apareció ante sus ojos.

—¡Muchas gracias, doctor!

—Nos vemos el próximo mes —les dedicó una amable sonrisa y se levantó de su silla para acompañar a la mujer y a su hijo hasta la puerta del consultorio—. Tengan cuidado —se despidió y se dispuso a volver cuando una voz desesperada gritó su nombre.

—¡Yugyeom! —el pelinegro se volvió a ver a la desesperada enfermera que corría en su dirección y la atajó al ver que terminaría atravesando la pared si seguía corriendo de esa manera— ¡Ayuda!

—¿Pasó algo? —Yugyeom miró a su mejor amiga y preguntó asustado— Chaeng... ¿Qué le pasó a tu mano?

—¡Ese psicópata me mordió! —golpeó el brazo del más alto y éste sonrió— ¿Por qué te ríes?

—Es la cuarta vez en el mes que te muerde un niño, empiezo a creer que es tu culpa —Yugyeom dejó ir los brazos de su ofendida amiga y esta lo fulminó con la mirada.

—Pues ni siquiera fue uno de tus pequeños monstru... —Yugyeom tapó la boca de la pelinegra y comenzó a caminar con ella lejos de las madres escandalizadas.

—Son niños, no monstruos... —tiró de su oreja y la menor se quejó— ¿Cuál era la emergencia?

—¡Ah! —Chaeyoung pareció recordar y Yugyeom suspiró— ¡Necesito que vengas conmigo!

—¿Para qué?

El más alto no obtuvo una respuesta así que supuso que sería lo mismo de siempre. Su mejor amiga solía arrastrarlo a situaciones como esa a menudo, solía decirle que si tenía el talento suficiente para calmar a esos pequeños demonios que llegaban al hospital cada día, entonces podría calmar a un adulto promedio. Yugyeom a veces pensaba que no le pagaban lo suficiente.

—¿Qué les dije sobre correr? —Yugyeom volvió su vista a su superior y se atragantó con su saliva.

El pelinegro intentó detenerse pero su amiga siguió tirando de su uniforme así que no pudo parar. Chaeyoung simplemente ignoró al idiota del doctor Park y arrastró a Yugyeom hasta la habitación 126, dejando una de sus zapatillas en el camino.

—Aquí está—jadeó la joven enfermera mientras se pegaba contra la puerta de la habitación.

Yugyeom entró en aquella habitación y observó al sujeto que luchaba con las pobres dos mujeres y con otra persona, probablemente su acompañante. La vista del pelinegro recorrió a aquel revoltoso paciente y ladeó su cabeza un poco.

—Así que tú eres el mordelón... —sonrió y se acercó al sorprendido hombre frente a él.

...

Un pesado suspiro se escurrió por los labios del agotado pediatra mientras sentía que su cuerpo pesaba y se dejaba caer en su cómodo asiento. Había sido un día realmente agotador.

La vista de Yugyeom se posó en la ventana y miró a través de esta hacia las oscuras afueras del hospital, él tenía guardia sólo en la mañana pero se había quedado ya que un autobús escolar se había accidentado y no había suficientes doctores para atender a cada niño. Ahora sólo tendría unas pocas horas para dormir... Ni siquiera había hecho las compras, lo único que lo aguardaba en casa era una manzana, quizás muy vieja, y medio tazón de cereal que no quiso terminar antes de salir en la mañana. En aquel momento consideró empezar a hacer compras grandes en lugar de las pequeñas compras que hacía casi todos los días para ahorrarse ese tipo de situaciones.

Rice Ball (GOT7 - YugBam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora