Epílogo: Rice Ball x3

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—Uhm... —Yugyeom sobó su mentón— Uhm... —ladeó un poco su cabeza— Uhm...

—¿Vas a decidir hoy o me puedo ir a trabajar? —Jinyoung lo miró con esa expresión sutil pero ofensiva que solía darle a todo el mundo y él soltó una carcajada, amaba molestar al mayor— Estás más tarado que antes, los niños no los acomodan, por lo que veo —se cruzó de brazos, el menor sólo pudo reír más.

—Ya, ya, ya... —intentó dejar de reír— Lo siento, lo siento Hyung... —se disculpó al ver que el mayor se iría— ¿Y si mejor tomamos esta parte? —señaló un punto en el dibujo y Jinyoung pareció estar de acuerdo— Bien, llamaré a Jaebum y le diré todos estamos de acuerdo.

—Vale —observó al castaño abandonar su consultorio y él se reclinó en su asiento—... ¿No es un poco tarde ya? —se dijo a si mismo mientras subía la manga se su suéter y veía la hora en su reloj.

Luego de todo el trauma de casi perder a BamBam y a Bola de arroz, el ministerio había devuelto la licencia de Yugyeom con una enorme disculpa y muchos beneficios extra; para la sorpresa de todos, Jackson se había entregado aquella misma noche y había aceptado la culpa por todos los cargos que se le adjudicaban, Yugyeom no lo había comprendido, pues el chino incluso acepto cargos por cosas que no había hecho, tales como desarrollar el tratamiento Distensys, Jackson sólo había borrado la culpabilidad de todo aquel que pudo participar de ello y aceptado el castigo para él... Yugyeom no sabía si era por culpa o lo que sea, pero tampoco tenía muchas ganas de preguntar al respecto.

Él había recuperado su trabajo en el hospital, había sido ascendido y también se le había sido ofrecido un puesto en el ministerio, el cual rechazó inmediatamente, Yugyeom no tenía tiempo para más trabajo de oficina, su vida ya era bastante agitada en casa con BamBam manejando su propia agencia desde allí y el pequeño Bola de arroz gateando por todos lados; el tailandés y su mejor amigo habían decidido mandar al carajo a las editoriales y comenzar con su propia revista en línea, a la cuál le estaba yendo extremadamente bien, si había algo que esos dos supieran hacer era hablar y vaya que lo hacían bien. Yugyeom amaba aquello, de esa manera no era necesario que su hijo pasara interminables horas en una guardería cerca de casa o en aquella guardería del hospital en la que él mismo Yugyeom había pasado gran parte de su infancia. El coreano había reducido sus horas de trabajo considerablemente, ya no pasaba cada noche en el hospital y hacía una exagerada cantidad de horas extra cada día, en cambio, volvía a casa cada tarde, comía con su esposo y su hijo y disfrutaban de sus horas libres de la mejor manera posible... ¡Yugyeom contaba las horas cada día hasta que el reloj marcara las 4:00 pm para así poder volver a casa!

Su rutina diaria había cambiado completamente, había noches en las que Bola de arroz no los dejaba dormir para nada y despertaban en la mañana con un gran cansancio, otros días el pequeño estaría tan callado que tampoco podrían dormir ya que les parecía tan extraño que igual irían a revisar que no le hubiera pasado algo, habían días en los que el niño también estaría igual de callado pero ellos no irían a revisar porque simplemente estaban tan cansados que les valía verga y decidirían sólo dormir, aquellos días era los que Yugyeom consideraba como los más importantes en la lista de prioridades paternales, ¡Él le estaba dando un voto de confianza a su hijo! ¡Eso no lo hacía cualquiera!

El pelinegro observó las fotos en su escritorio y sonrió orgulloso antes de acomodarlas un poco; en una pequeña fila, Yugyeom tenía una foto con su padre, una con BamBam cuando sólo eran unos niños, una con sus tíos en Sokcho, la primera foto que se habían tomado con Bola de arroz al salir del hospital y por último, la foto del día de su boda con el tailandés.

Un pequeño alboroto se armó afuera del consultorio, se podía escuchar las voces de varias enfermeras riendo y hablando como retrasadas, eso le indicaba a Yugyeom que BamBam había llegado con el bebé; aquella era la manera en la que todos reaccionaban a su hijo, al principio Yugyeom pensó que sólo era orgullo y, que como todo padre, le parecía que su bebé era más lindo que todos los demás... Pero aparentemente si lo era, rayos. Bola de arroz era extremadamente adorable, el pelinegro creía que era la versión mejorada y definitva de sí mismo, no quería sonar engreído ni nada pero... Vamos, él sabía que era un tipo guapo, pero su hijo... Demonios, su hijo realmente sería la sensación cuando creciera.

Rice Ball (GOT7 - YugBam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora