Prescripción 16: Princess Penguin.

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Yugyeom sintió cómo el tailandés bajaba lentamente de la motocicleta y él apretó el casco contra su cabeza. "Entonces seré gentil", le había dicho... ¿¡En qué demonios estaba pensando!? ¿En qué momento se había vuelto loco? ¿acaso el cerebro no daba avisos 24 horas antes de ir totalmente berserker? Porque si no era así, entonces iba a montar una queja... No sabía a dónde, no sabía a quién, pero lo haría... No podía tolerar su propia estupidez.

¿Escuchaste eso, grandote...?

Iban a demandarte por mal ensamblaje.

Yugyeom se aseguraría de dejar una carta detallada sobre sus quejas en la iglesia.

—¿No vas a bajar? —preguntó BamBam, sacándolo de sus quejas internas hacia la religión y la ciencia.

—Bajar, claro... Eso estaba a punto de hacer... —sacó su casco y sacudió su cabello para luego volver a subir su mirada y notar cómo el tailandés comenzaba a alejarse a paso rápido hacia el centro comercial. Al menos así no vería su rostro enrojecido.

Yugyeom alcanzó al mayor cuando llegaron a la feria del centro comercial, pero aminoró el paso cuando estuvo a corta distancia de éste, sonriendo sin que el otro lo notara al pensar que su propia ropa se veía adorable en él. Se las había arreglado para conseguir unos pantalones de la talla de BamBam entre sus cosas, pero ese suéter color crema que había tomado tenía mangas muy largas para sus brazos así que apenas y podía ver sus dedos al final de estas, al igual que el cuello, era un corte en "v", tan ancho que se deslizaba por la tersa piel del mayor, dejando ver un poco más de su espalda de lo que en realidad debería. Aquella prenda era un poco holgada incluso para Yugyeom así que BamBam parecía a punto de perderse dentro de la tela y eso, al coreano, le parecía extremadamente encantador... ¿Era algún tipo de fetiche nuevo? Bien, no estaba seguro, pero lo agregaría a su queja.

Yugyeom se detuvo de golpe al ver cómo BamBam se paraba en su sitio y casi lo hacía chocar contra él, realmente no estaba prestando atención al camino. El tailandés señaló a una tienda y Yugyeom se volvió a verla, asintiendo al recordar por qué habían ido al centro comercial desde un principio.

Chaeyoung le había pedido que pasara por su regalo de aniversario para Mina, le había dado la dirección de la pequeña ebanisteria del centro comercial, la que estaba junto a la tienda de relojes. La de cabello corto había encargado un regalo para su novia y ya que no quería que lo viera le pidió a su mejor amigo que pasara por él y que lo mantuviera en su casa hasta que fuera el momento de entregárselo... Lo gracioso de todo es que el aniversario de la pareja coincidía con el cumpleaños del pediatra.

No le tomó mucho tiempo pasar por el encargo de su amiga, el encargado de la tienda le pasó un bonito paquete envuelto en un papel azul con unos bonitos pingüinos y un gran moño en medio, Yugyeom se sorprendió por el peso que tenía para su tamaño y luego se encogió de hombros, era una ebanisteria después de todo, sería algún tallado en madera así que eso justificaba el peso.

Se volvió a ver al tailandés que esperaba afuera de la pequeña tienda y le hizo una seña con su cabeza mientras se acercaba a él.

—¿Quieres comer algo? —le preguntó mientras miraba a su alrededor.

—Claro —respondió con entusiasmo al recordar que aún no desayunaban.

Para evitar futuros tropiezos, Yugyeom comenzó a caminar al lado del tailandés en lugar de ir atrás; entablaron una relajada conversación sobre sus suposiciones sobre aquel regalo misterioso que acaban de recoger y cada uno soltó sus apuestas, BamBam apostó a que sería un joyero artesanal y Yugyeom apostó a que sería una caja de música, después de todo, había que justificar el peso, y, a menos de que Chaeyoung metiera 1000$ de joyería en el supuesto joyero por el que BamBam apostó, entonces no sé justificaría el peso de aquella cosa.

—¿Qué quieres perder? —preguntó el tailandés, inclinándose sobre la mesa que compartían mientras apoyaba sus brazos en esta, mirando sonriente al pensativo coreano.

—Te propongo algo... —sobó su mentón— Si tú ganas, cumpliré el deseo que me pidas, dilo y lo haré... Pero si yo gano tú harás lo mismo, ¿te parece justo?

—Perfecto —BamBam asintió de acuerdo y Yugyeom sonrió.

—Bien... Veamos quién ganó entonces...

—¡No podemos abrirlo! —BamBam puso su mano sobre aquel regalo mientras lo veía alarmado.

—Volveré a la tienda y les pediré que lo empaquen otra vez, no es la gran cosa —sacó la mano del mayor con delicadeza de encima del moño y lo arrancó como si disfrutara de cada segundo.

El tailandés, a pesar de querer impedir que que el más alto rompiera el bonito envoltorio, miró con atención como éste lo destrozaba y sacaba aquel peculiar regalo.

—¿Qué mierda es esto? —Yugyeom observó confundido aquel extraño pingüino de madera y BamBam lo volteó en su dirección para poder verlo bien.

—Se abre, mira —tomó al pingüino por la boca y la levantó, el extraño animal era la caja.

Yugyeom metió su mano en la boca del pingüino y sacó un pesado espejo de mano, era de metal con bonitos bordados en el marco que bordeaba el vidrio y en el mango.

—"Mi más preciado regalo" —leyó BamBam en el reverso del espejo mientras Yugyeom veía el frente, volteándolo luego de escuchar al tailandés y leyendo la inscripción en la parte trasera también.

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Ambos hicieron mueca de asco y devolvieron el espejo a la boca del extraño pero adorable pingüino de madera. Chaeyoung se había ganado el premio al novio del año sin siquiera ser un hombre... O al menos le había ganado a los dos supuestos adultos que estaban sentados uno frente al otro, en la feria de aquel centro comercial, haciendo muecas de asco por el cursi regalo que la coreana le haría a la japonesa. Era simplemente demasiado para ellos.

—¿Eso significa que los dos perdimos? —preguntó BamBam mientras el mesero les traía lo que habían ordenado.

—Supongo que sí... —Yugyeom se encogió de hombros mientras le ponía la pajilla a su bebida.

—¿Aún harás lo que te pida sin importar lo que sea?

—Sólo si tú haces lo que te pida sin importar lo que sea... —Yugyeom alzó una de sus cejas y BamBam hizo un puchero—. Te dejaré empezar —dijo mientras daba una mordida a su sandwich—, ¿qué quieres hacer primero?

BamBam observó al recién descubierto pingüino de madera y luego vio la comida frente a él, sintió cómo algo se revolvía en su estómago y dudó por unos segundos si hablar o no.

—¿Recuerdas cuando éramos niños y prometiste que iríamos a jugar al parque? —dijo en voz baja y Yugyeom dejó su comida a un lado para observarlo fijamente—... Bueno... ¿Quieres ir al parque? —preguntó algo avergonzado y Yugyeom sonrió.

—¿Tú quieres ir al parque? —lo vio asentir y sonrió aún más— Entonces eso es lo que haremos.

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(CheesyNote: y vengo aun más tarde a dejar esto, válgame... Me despido rapidito porque el sueño me está matando, mañana subo otro cap. Les dejo diez besos sonoros en sus orejitas y diez abrazos aplastantes en cada una de sus rodillitas) Saranghae 💚

Rice Ball (GOT7 - YugBam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora