Prescripción 12: German cake

771 110 25
                                    

Yugyeom caminó felizmente por el pasillo del hospital y le dedicó una gran sonrisa a su apática mejor amiga que caminaba como un zombie, algo común en ella todos los lunes por la mañana.

—¿Por qué tan feliz? —preguntó con desgano mientras acomodaba su uniforme.

—¿Eh? —Yugyeom parpadeó varias veces y luego sacudió su cabeza— ¿Cambiaste tu peinado? Te ves muy bien...

—No... —lo miró con su ceño fruncido— Me peino igual todos los días para venir al trabajo, gracias por nunca notarlo... —bufó— Tú... —se acercó a una distancia indecentemente corta de su cuello y respiró con fuerza— Uhm... Ajá... Habla —lo señaló— El tailandés, ¿Cuando fue? ¿No te dije que no hicieras...?

—¿Cómo lo haces? —se quejó sorprendido— En serio, me asustas —rio y entró a su consultorio—. Deja de verme así —suspiró—, no hicimos nada... Bien, sí, pero sólo nos besamos, no pasó nada más... ¡Es la verdad! —bufó al ver que su mirada se hacía cada vez más pesada— Lo llevé a su casa y todo quedó allí, ya deja de verme así —pidió mientras tomaba asiento—. Sé lo que estoy haciendo, deja de preocuparte por mí...

—Uhmjumm... —Chaeyoung se cruzó de brazos y le dedicó una última mirada antes de salir del consultorio.

Yugyeom dejó escapar un pesado suspiro y se reclinó en su asiento; la verdad es que no sabía lo que estaba haciendo, pero no se arrepentía de lo que había ocurrido la otra noche, sabía que BamBam tenía novio y, por lo que entendía, él estaba muy enamorado de aquel sujeto, pero no podía evitarlo, simplemente se sentía bien, y sabía que el tailandés sentía lo mismo.

La vista del pelinegro se posó en una cabellera rubia que se asomaba por su puerta con sigilo... Una definida mano con uñas de color carmesí se hizo visible cerca del marco de la puerta mientras empujaba un pequeño empaque de color rosa por el piso, Yugyeom se inclinó en su escritorio para poder ver mejor y ladeó su cabeza confundido. El pelinegro se acercó a la entrada del consultorio y se agachó para recoger aquel bonito paquete, tenía un fuerte aroma frutal, asumía que era algún fuerte perfume femenino, uno muy potente. Tiró del rojo listón y pudo ver un elegante trozo de pastel de chocolate, lo reconocía de aquella elegante pastelería alemana... Oh no.

Observó la tarjeta con dedicatoria que sólo tenía un nombre en ella, "Hilda", escrito con una bonita caligrafía corrida, con un corazón suplantando el punto de la letra "i". Yugyeom tragó fuerte mientras cerraba la puerta con delicadeza. Aquello era un problema inesperado.

...

—Gracias por ayudarme... —dijo Jinyoung mientras se sacaba el tapabocas de la cara y tomaba un respiro.

—Sólo hice mi trabajo, Hyung —Yugyeom asintió, sin volverse a ver al mayor—. Es mi paciente también...

Yugyeom sacó sus guantes y los desechó, acababan de salir de una larga y complicada cirugía que les había tomado seis horas completar. Jinyoung le había pedido a Yugyeom que lo asistiera en aquella tarea, pues aquel niño era uno de los pacientes del pediatra y Yugyeom estuvo más que complacido de ayudar.

—Has estado evitándome... —Jinyoung habló de la nada y Yugyeom se volvió a verlo por primera vez desde que habían salido de la cirugía.

—No, no es así —sonrió levemente— ¿Por qué lo haría? —preguntó sinceramente, el pelinegro no tenía motivos para evitarlo, si bien quedar enredado con él en el tipo de situaciones en las que solía hacerlo lo dejaba descompuesto, Yugyeom no tenía ningún tipo de intención de evitar a Jinyoung.

—Jaebum y yo terminamos... —dijo de golpe y Yugyeom se quedó paralizado en su sitio— Hace tres meses... —agregó y Yugyeom sólo pudo asentir.

Rice Ball (GOT7 - YugBam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora