Prescripción 24: Stupid

629 95 24
                                    

—Buen trabajo, doctor —dijo uno de los internos luego de que Yugyeom sacara sus guantes y soltara un suspiro. El coreano no sabía que sería asistido por uno de los estudiantes en sus rotaciones y que aquella cirujía se tornaría en una clase. Si él fuese el paciente, no estaría muy complacido.

—Igualmente —le devolvió la sonrisa al interno mientras sacaba la mascarilla de su rostro y procedía con su gorro quirúrgico.

A Yugyeom no le molestaba ser asistido por los internos, no hace mucho había sido uno y aquellas oportunidades también solían emocionarlo, pero aquel día en específico tenía un poco de prisa por terminar con su trabajo y tener que explicar cada cosa que hacía lo retrasaba, sin contar la tensión extra de todos los ojos que lo miraban inescrupulosamente... Sí, por eso no hacía cirugías a menudo.

Luego de asearse y sacar su uniforme, Yugyeom corrió por el pasillo, esperando que nadie más lo retrasara, llevándose una sorpresa al entrar a su consultorio y ver aquella peculiar escena.

—Ya veo... —Chaeyoung se volvió a la puerta luego de que Yugyeom se quedara parado allí— No puedo dejarlos solos ni cinco minutos, la verdad.

—Ahm... —Yugyeom entró y miró al avergonzado tailandés sentado detrás del escritorio— ¿Hola?

—Uhm... —su mejor amiga se acercó a él y, de un momento a otro, lo olió como si de un sabueso bien entrenado se tratara— ajá... Cogieron —le dijo casi en un susurro y el más alto se atragantó con su propia saliva.

¿CÓMO DEMONIOS LO HACÍA?

—Tú —la de cabello corto señaló al mayor en aquella habitación y éste se asustó por el repentino gesto—, tu novio, ¿terminaste con él? —preguntó, haciendo a BamBam titubear por unos segundos, pero viéndolo asentir— Bien.

Chaeyoung se cruzó de brazos y volvió a ver a su confundido mejor amigo que estaba parado detrás de ella, una vez más, miró al tailandés que tenía al frente, para luego mirar, casi instantáneamente, al pelinegro. La de cabello corto se paró de lado, teniendo a Yugyeom a su derecha y a BamBam a su izquierda, cada uno en un extremo opuesto del consultorio, dejó escapar un suspiro. Le hizo una seña con su cabeza al de piel morena para que se acercara y así lo hizo, aunque seguía igual de confundido y avergonzado.

—¿Qué se supone que son ahora? —preguntó sin tapujos y sintió cómo ambos se tensaban. Vaya, ¿qué tan tontos podían ser aquellos dos? La gente normal definía su relación y luego cogía, no al revés, ¿qué era esto? ¿Algún pase para la putería? No señor, Chaeyoung no dejaría que Yugyeom se metiera de lleno en otra relación tóxica, ella escucharía sus respuestas y si no la convencían... Pues, se aseguraría de que aquello no pasara de aquel día.

—Yo... —la coreana se sorprendió al escuchar al tailandés hablar primero y se volvió a verlo— yo... —BamBam miraba a sus zapatos, evidentemente avergonzado— yo... —Chaeyoung ladeó su cabeza mientras esperaba por su respuesta, comenzaba a creer que había roto al mayor— No lo sé... —dijo sinceramente y subió su mirada— No lo sé, pero... —Chaeyoung se volvió a su derecha al notar que el tailandés no la miraba a ella sino al coreano y observó cómo éste le devolvía la mirada fijamente— la verdad ni siquiera sé si sea buena idea pensar en estar con alguien más cuando acabo de... escapar... de otra persona, pero... —Yugyeom sonrió levemente y Chaeyoung frunció su ceño— pero, justo ahora, siento que es lo correcto y quiero intentarlo... Si tú también quieres.

Aquella conversación había sacado completamente a la de cabello corto de la ecuación, era como si no se encontrara en medio de ambos y ellos estuvieran en su pequeño mundo. Aunque había sido completamente ignorada... Chaeyoung sonrió.

Rice Ball (GOT7 - YugBam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora