Prescripción 54: Koala

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—Ese traidor acaba de... —BamBam miró hacia la puerta, aún no se lo creía. Había pasado todo el rato con Jungkook, lo había perdonado, y ahora el muy maldito lo apuñalaba por la espalda... What???

El tailandés se volvió a ver a su novio, éste lo miraba fijamente con una extraña expresión que lo hizo preocuparse, era raro ver a Yugyeom con algo que no fuera una enorme y hermosa sonrisa en sus labios.

—¿Por qué somos tan malos en esto? —preguntó al ver la mancha de pintura en el pecho del menor— ¿Estás bien? —frunció su ceño.

—Sí —el pelinegro se levantó y caminó hasta donde estaba el más bajo, BamBam notó que llevaba sus puños cerrado y no borraba aquella extraña expresión de su rostro.

—Estás actuando extraño —soltó con sinceridad.

—¿Ah... Sí? —Yugyeom sonrió con desgano.

—Dime qué ocurre... —pidió y observó cómo el más alto apretaba sus labios.

—Ten —el pelinegro tomó la mano del mayor y posó en esta lo que BamBam consideró como un pedazo de madera sucia—. Sé que no te gustan la cosas cursis, así que estuve pensando en mil maneras de cómo hacer esto... —suspiró— descarté cenas, viajes, postres, paseos, fuegos artificiales... Eres un sujeto difícil, la verdad, ya no podía simplemente pensar en una manera lo suficientemente buena para pedírtelo —asintió, BamBam había bajado su vista hacia la cosa en su mano y tragó fuerte—. Esperaba el momento perfecto, pensé que sólo llegaría así que seguí esperando... Ese tipo de momentos no llega... O al menos no los ví venir —rio, abriendo la pequeña caja en la mano del mayor y sacando el bonito anillo—. Lo escondí en cada rincón de la casa, no sabes cuántas veces tuve que escabullirme y buscar un nuevo escondite por temor a que lo encontraras, simplemente no puedes dejar tus manos en un sólo lugar, Bam, incluso consideré tragármelo —se burló, notando que la sorpresa en el rostro del mayor se hacía más grande—. Realmente quise esperar, en serio, pensé que me estaba apresurando, que quizás te asustaría si sólo llegaba y te entregaba un anillo, que saldrías corriendo si te proponía matrimonio cuando apenas llevábamos unos pocos meses... Era una locura —sonrió—. El problema es que mientras más lo pensaba más seguro estaba... Estoy seguro de que quiero estar contigo sin importar qué... Estoy muy seguro de que eres la persona con la que quiero pasar mis días. Sólo pude confirmarlo más cuando terminamos, la verdad es que los días sin tí no se sienten iguales, Bam, no se siente bien, no se siente correcto —asintió—. Así qué, ¿Te casarías conmigo? —preguntó al final.

BamBam observó el anillo en las manos del coreano y respiró hondo... ¡Vaya que lo había tomado con la guardia baja! Él definitivamente no estaba esperando una propuesta de matrimonio. Sus propias manos comenzaron a temblar así que apretó sus puños, volviéndose a ver a Yugyeom fijamente, aquel hombre iba a matarlo un día, sí, de un infarto, fulminante, realmente lo haría.

—Sí —soltó casi en un susurro, sacando una sonrisa del menor.

—No pude escucharte —mintió descaradamente.

—¡Acepto, imbécil, acepto! —bufó— sí quiero casarme contigo, por un demonio, ¿Eres sordo? —el rostro de BamBam quemaba de lo rojo que se había puesto.

Yugyeom tiró suavemente de la mano del mayor, sacando el guante que llevaba para protegerse de los proyectiles de pintura y colocando el lindo anillo en su dedo anular con una pequeña sonrisa en su rostro. BamBam observó su mano por algunos segundos antes de abrazarse al cuello del coreano y juntar su labios en casto beso, suave, lento, superficial y lo suficientemente poderoso como para hacerlo sentir que aquella calidez que podía sentir al rozar los labios del menor se esparcía por todo su cuerpo de la manera más placentera. Aquel era otro nivel de felicidad que BamBam jamás había experimentado, ¿Podría su corazón recordar esa sensación dentro de muchos años? Él esperaba que sí, aunque quizás no fuera necesario, el tailandés sabía que, al lado de Yugyeom, aquella sensación sería más que recurrente... Quizás llegara a superarla, ¿Quién sabe?

—¿Desde cuándo lo tienes? —preguntó, aún abrazado al más alto.

—¿Recuerdas esa noche que echaste un vaso de agua en mi cara cuando Kook me dejó en el mueble de la sala? —sonrió ampliamente— Acabábamos de volver de la joyería, estaba en el bolsillo de mi chaqueta. Por eso tardé tanto, es difícil escoger un anillo estando algo pasado de copas.

El tailandés ocultó su rostro el en cuello del más alto y lo escuchó reír, ¿Cómo es que ese estúpido coreano podía hacerlo sentir tantas cosas al mismo tiempo? Ahora también se sentía culpable por haberle echado aquel vaso de agua en la cara cuando él sólo había llegado tarde por haber ido a una joyería en busca de un anillo de compromiso para él... Demonios, en serio lo amaba.

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—¿Bam? —Yugyeom entró al departamento y dejó la comida en la cocina, frunciendo su ceño al darse cuenta que el tailandés no estaba donde lo había dejado— Bam, ¿Dónde estás? —preguntó en voz más alta, dejando su chaqueta en el perchero de la entrada y caminando por el pasillo— Ba... —apretó sus labios al ver al mayor recostado en la habitación y guardó silencio.

El pelinegro caminó hasta la cama y se sentó con cuidado al lado de su prometido; el mayor había estado teniendo dificultades para dormir aquellos últimos días, luego de que Yugyeom le presentara a Mark, BamBam realmente había estado muy estresado, el detective le había contado todo sobre su investigación y cómo había pasado algunos años ya estando detrás de Jackson, quién era el principal sospechoso. BamBam no quería defender al chino, pero aquello lo había golpeado bajo, sobre todo luego de haber pasado meses al lado de este, escuchando cómo le aseguraba su inocencia mientras lo miraba a los ojos... ¿Ahora en quien debía creer? Es decir, Mark era un detective, pero Jackson... Jackson era un imbécil, pero, ¿Se atrevería a mentirle tan descaradamente mientras lo miraba a los ojos? ¿Se atrevería, de verdad, a utilizarlo de aquella manera? BamBam estaba negado a creer que había pasado siete años de su vida junto a un criminal... No quería creer eso.

Había sido una semana dura para el tailandés, quien no podía conciliar el sueño la mayoría de las noches, a Yugyeom le dolía no poder hacer nada para ayudarlo, lo entendía, pero era extremadamente frustrante, el mayor había estado realmente fatigado y estresado y él ya no sabía qué hacer.

—Uhm... —el tailandés se dio la vuelta y estrujó sus ojos— Gyeomie... Volviste rápido —soltó en un bostezo.

—Deberías dormir un poco más —dijo bajo.

—No... —negó con su cabeza— de hecho estoy hambriento... —sonrió.

—Bien, porque pasé por una pizza de camino aquí —aseguró, riendo al ver cómo el mayor abría su boca e interrumpiéndolo antes de que pudiera hablar—. Sí, compré esos panecillos dulces de la pastelería que te gusta —agregó notando como la sonrisa del mayor se hacía más grande.

Yugyeom le tendió su mano pero éste sólo negó con su cabeza y estiró sus brazos, haciendo que soltara una risita y se inclinara hacia él, dejando que se abrazara a su cuerpo como algún tipo de koala y levantándolo con facilidad para proponerse a ir a la cocina. BamBam había adquirido aquel hábito, de la nada había comenzado a subirse sobre el menor y a hacer que lo cargara a todos lados, ya sea a la cocina, a la sala, de vuelta a la habitación para ir a dormir, incluso, cuando estaban afuera, BamBam se subiría a la espalda del más alto sin previo aviso y haría que lo llevara caballito el resto del camino; la reacción natural de Yugyeom había sido sólo cargarlo y seguir cómo si nada con una pequeña sonrisa en su rostro, no le diría nada a su prometido, pero aquel hábito quizás le gustaba más a él que al tailandés.

Al ver que el mayor no lo soltaría, el pelinegro lo dejó sentado sobre el gran mesón de la cocina y tiró de uno de los extremos de la caja de pizza, abriendo la tapa y pasándole un trozo al sonriente tailandés que aún lo hacía mantenerse cerca con sus piernas, tomó una de las latas de gaseosa que tenía cerca y comenzó a beber su contenido mientras escuchaba a BamBam hablar sobre este reporte que Mark le había dejado en su última visita para que lo revisara.

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(CheesyNote: el segundo y último cap, creo que en los próximos dos capítulos se van a estar descontrolando las cosas de nuevo porque ya fue demasiada calma, no sé, espero que les hayan gustado y como siempre, les dejo diez besos sonoros en sus orejitas y diez abrazos aplastantes en cada una de sus rodillitas) Saranghae 💚

Rice Ball (GOT7 - YugBam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora