Prescripción 68: Sweet Buns

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—Ah... —Yugyeom se levantó del sillón y miró por el gran ventanal de su sala.

Habían pasado dos semanas más desde que lo habían dado de alta y él no tenía absolutamente nada qué hacer en casa... Tampoco tenía nada qué hacer afuera. Yugyeom se había enterado que era un cirujano pediátrico, al igual que su padre, lo cual lo había hecho sentirse muy orgulloso de sí mismo, pero a los cinco segundos le habían dicho que no podía ir a trabajar porque había perdido su licencia... ¿¡Cómo carajos pasaba eso!?

Sus días habían pasado estresantemente lentos, Jungkook lo visitaba seguido y pasaban la tarde sólo hablando de cualquier cosa, otras veces sólo salían a caminar y otros días jugaban video juegos en la sala... No se quejaba, su amigo realmente se estaba esforzando en ayudarlo a retomar su vida, pero a Yugyeom se le estaba haciendo muy difícil sobrellevar aquella situación, los médicos le habían dicho que recuperaría todos sus recuerdos con el tiempo, que era natural que se encontrara en aquel estado, su cerebro había sufrido mucho daño en aquel accidente, le habían dicho que era un milagro que estuviera vivo y en tan buena forma, nadie esperaba que el pelinegro saliera de aquella con vida. Aún así, él no se sentía afortunado.

—Necesito aire —se dijo a si mismo, caminando hasta la puerta y disponiéndose a dar una larga caminata para despejar su mente.

No sabía a dónde estaba yendo... literalmente, Yugyeom no sabía a dónde carajos estaba yendo, no había salido solo desde que le dieron de alta, siempre estaba acompañado de Jungkook y éste era quien lo guiaba. Él simplemente caminaba por las calles, dejándose guiar por sus piernas, las cuales parecían muy cómodas mientras se desplazaban por la ciudad.

—¿Uhm? —su vista se posó en una bonita pastelería.

El pelinegro se acercó hasta la colorida vitrina y observó los hermosos dulces y pasteles que estaban expuestos sobre lindos platos con adornos, sonriendo al ver el bonito pastel de chocolate y los panecillos dulces, aquellos se le hacían especialmente llamativos a pesar de ser los más simples.

—¡Oh, cariño! —una regordeta mujer se acercó a él con una sonrisa, haciendo que se enderezara y la mirara confundido— Cuánto me alegra verte por aquí —tomó sus manos y las movió con alegría, había dejado su bolso en el piso sólo para hacer aquello.

—Ho-hola... —Yugyeom se limitó a sólo hacer una pequeña reverencia con su cabeza, aquella mujer evidentemente lo conocía.

—Extrañaba verlos juntos por aquí —dijo aliviada—... son más dulces que mis panecillos, querido —la mujer apretó su mejilla y él parpadeó varias veces, sorprendido por aquella repentina acción. Aparentemente era un cliente frecuente en aquella pastelería. Su mirada volvió a fijarse en los panecillos de la vitrina antes de dirigirse una vez más a aquella dulce mujer.

—¿"Vernos"? —preguntó, pero ella no pareció escucharlo.

—Vamos, pasa —tiró de su brazo y lo hizo adentrarse en el colorido y bonito lugar, el dulce aroma de los postres golpeó sus fosas nasales y lo hizo sentir extrañamente nostálgico—, ¿Por qué te ves tan delgado? —bufó mientras se pasaba detrás del mostrador— Anda, escoge lo que quieras, va de mi parte —instó con su mano, indicándole que se apurara y él titubeó.

—Uh... —se apoyó en la madera del mostrador y cerró sus ojos, su cabeza había empezado a dar vueltas. Aquella molesta jaqueca que lo había estado molestando cada vez que su cerebro le indicaba que se había esforzado mucho volvió a atacarlo y él sintió que perdía su equilibrio.

—¿Estás bien? —la regordeta mujer se le acercó y él negó débilmente con su cabeza, sosteniendo su frente con una de sus manos— Toma asiento, lindo... —soltó preocupaba y él le hizo caso.

Rice Ball (GOT7 - YugBam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora