—Listo —Yugyeom guardó todo lo que había preparado en su mochila y se apoyó en la encimera, soltando un pesado suspiro y aguantando su rostro con ambas manos, aquello realmente se estaba saliendo de control.
Aquel era el quinto día que BamBam y él habían pasado encerrados en aquel hotel, el tailandés sólo había podido poner un pie afuera de aquella habitación cuando iba a ver a Jackson, el resto del tiempo estaría atrapado allí, Mark y su equipo tenían miedo de que el chino pudiera seguirlo sí salía así que preferían que se mantuviera allí mientras llevaban a cabo la investigación, Yugyeom entendía que eran medidas de seguridad y estaba de acuerdo pero... ¡BamBam se estaba volviendo loco! El mayor apenas y podía dormir, incluso cuando Mark y su equipo se iban, dejándolos solos, el tailandés pasaría toda la noche en vela pensando en maneras de hacer hablar al chino o tratando de armar lo cabos sueltos, incluso se había levantando una madrugada, tomado papel y lápiz y se había sentado a escribir todo lo que recordaba que Jackson le hubiera dicho en el pasado sobre su trabajo... Yugyeom pasó al menos tres horas escuchándolo hablar sobre las visitas que hizo a uno de los almacenes de químicos, al edificio en remodelación que se suponía sería una nueva sucursal y varias de las farmacias al nombre del chino antes de poder lograr que BamBam se durmiera.
Sumado a todo eso, el hombre se negaba a comer cualquier cosa que no fueran aquellos panecillos dulces, la comida del hotel ya lo tenía harto y cada vez que la mujer del servicio a la habitación llamaba a la puerta el tailandés saltaría en su sitio del susto y agarraría su pecho como si fuese a darle un paro cardíaco, razón por la cuál ahora Yugyeom se encontraba en su propio departamento, empacando comida recién hecha para el mayor, quien debía empezar a comer otra cosas aparte de esos dulces. Yugyeom se incorporó y se miró a sí mismo, tantas idas a aquella pastelería lo habían hecho ganar algo de peso, BamBam y él terminarían aquella investigación rodando hasta la salida del hotel si no se detenían... Aunque el coreano sólo podía encontrar al mayor cada vez más adorable, BamBam ya era bastante delgado así que un poco de peso extra no le hacía mal.
Sin ánimos de perder más tiempo, Yugyeom tomó sus cosas y se dispuso a volver al hotel de nuevo, subiendo a su motocicleta y revisando su vibrante móvil antes de ponerse en marcha, frunciendo su ceño al leer el mensaje de Mark y rodando sus ojos. "Usa la entrada trasera, el personal del hotel te dejará entrar. Los hombres de Jackson están al frente". Perfecto, ahora también debía escabullirse para entrar al maldito hotel... Jackson realmente iba a lograr sacarlo de sus cabales. Soltó el milésimo suspiro del día, acomodó su casco y se puso en marcha de mala gana, llegando al hotel en poco tiempo y escabullendose por la parte trasera, cruzándose de brazos al entrar al elevador y prometiéndose mentalmente que realmente mataría al chino con sus propias manos si la policía no lograba acabar con todo aquello en los próximos tres días... Sí, tres días, eso era lo máximo que aguantaría su paciencia.
—¿Bam? —llamó al tailandés al no verlo al entrar y dejó las cosas encima de la cama.
—¡Gyeom! —el mayor salió corriendo del baño, con una toalla amarrada a su cintura y se acercó al más alto— los hombres de Jackson están abajo... —soltó con sus ojos mi abiertos, pero Yugyeom no estaba viendo su cara precisamente— Oye... Aquí —el tailandés chasqueó sus dedos y señaló su propio rostro, indicándole que le prestara atención.
—Ajá... —lo miró a los ojos— Los ví, Mark me escribió hace un rato —miró la puerta del baño abierta y de nuevo al tailandés— ¿Tomabas un baño? —preguntó.
—Sí, estaba a punto cuando... Hey... —el tailandés comenzó a reír cuando el más alto lo levantó y comenzó a caminar de vuelta al baño— ¡Kim Yugyeom! —soltó en una carcajada antes de que el coreano los encerrara a ambos en el baño y abriera la ducha.
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Rice Ball (GOT7 - YugBam)
FanfictionDonde BamBam es trasladado a emergencias pero no deja de golpear a los doctores y deben llamar a alguien para controlarlo. -¡Aquí está!. -Hola, pequeño... -aquel alto hombre le dedicó una blanca y perfecta sonrisa- Soy el doctor Kim, de pediatría. ...