Prescripción 7: Routine

758 119 39
                                    

Yugyeom corrió escaleras abajo ya que Jinyoung había tomado el elevador y él había estado evitándolo, no quería que le preguntara por qué iba hacia el salón de terapias, sobre todo a esa hora.

El coreano llevaba tres semanas sobornando a la fisioterapeuta alemana, Hilda, con postres caros de una dulcería europea que se encontraba cerca de su residencia. La rubia tenía gustos costosos y Yugyeom había estado complaciéndolos con el único motivo de que le cediera a su paciente. Hilda había estado firmando los reportes sobre las terapias de BamBam pero en realidad era el pelinegro quien se encargaba de estas... Aunque debido a lo ocupado que estaba en todo el día con sus propios pacientes, había tenido que pedirle al tailandés que llevaran aquello en la noche, cuando su turno acabara, así también se evitaba algunos cuántos problemas.

—Lo lamento —dijo luego de dejar sus cosas en el piso y acercarse al tailandés—... Hubo una emergencia y tuve que quedarme más tiempo, no...

—Está bien —BamBam sonrió amablemente y miró al más alto, guardando su móvil en su mochila—. Soy yo quien debería disculparse por hacerte venir aquí luego de que termines con tu trabajo.

Yugyeom suspiró aliviado y se acercó al tailandés para comenzar con sus ejercicios. El coreano realmente estaba poniendo sus manos en el fuego por el de piel morena, no sólo estaba haciendo el trabajo de Hilda de a gratis mientras ella tenía tres días a la semana libres y totalmente pagados, además de estar gastando su propio dinero en llevarle postres casi cada día, postres que eran demasiado caros para el tamaño que tenían, es decir... ¡Él podría hacer algo mucho más grande por menos dinero! ¡Maldito minimalismo! También podían suspenderlo por tomar un trabajo que no era el suyo, atender a un paciente que no entraba en su especialidad y tomar los espacios del hospital a altas horas de la noche, luego de que su turno hubiera acabo. Sí, se metería en un problema si alguien lo descubría, pero hey... Era BamBam.

El coreano había intentado decirle al tailandés varias veces quién era, había pensado mil maneras de decirle la verdad pero no había podido, o, mejor dicho, no quería. Luego de la segunda semana de terapia del de piel morena él había decidido no decirle nada, al menos no por lo pronto. Yugyeom quería recuperar la amistad de BamBam, sí, pero también quería comprobar una cosa... Yugyeom quería saber si podía ganarla una vez más.

—¿Estás bien? —preguntó BamBam mientras Yugyeom le prestaba sus brazos como apoyo.

—¿Eh? —lo miró confundido.

—Te ves algo cansado —señaló y se detuvo.

—Oh... —parpadeó varias veces para luego sacudir su cabeza con una sonrisa— No es nada...

—¿Seguro estás bien con esto? —lo interrumpió otra vez— es decir, tienes mucho trabajo y además vienes aquí sólo porque yo no quiero ir con Hilda... No tienes que forzarte si...

—¿Quién es el doctor aquí? —dijo en un suspiro.

—Tú, ¿pero que tiene eso qué...?

—¿Crees que soy lo suficientemente tonto como para hacer algo para lo que no tengo fuerzas ni tiempo? —alzó una de sus cejas— ¿Quién fue el que cayó a una fosa e intentó escapar luego de una cirugía, con su fémur fracturado?

—... —BamBam hizo un puchero— bien —soltó mientras torcía sus ojos. No podía discutirlo.

...

Yugyeom llegó a su departamento alrededor de las dos de la mañana, introdujo la llave en el cerrojo y pasó directamente a la cocina. Dejó su bolso en una de las sillas en la barra y posó su mano en la nevera, suspirando al darse cuenta que de nuevo había olvidado hacer las compras, tomando el cartón de jugo de naranja que quedaba de la última compra de Chaeyoung y sirviéndose un vaso.

Rice Ball (GOT7 - YugBam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora