Rice Ball (GOT7 - YugBam)

Prescripción 14: Perfume

Yugyeom puso otra de las hojas contra la luz de la lámpara de mesa y soltó un pesado suspiro, toda la tinta estaba corrida. No había manera. Se volvió a ver al mayor y notó que éste estaba tanto o más estresado que él.

—Lo siento, están arruinados... —se disculpó al ver que el tailandés lanzaba la hoja que tenía en sus manos con algo de frustración.

—¿De qué hablas? —sonrió débilmente— Ayer pudieron meterte preso por mi culpa y aún así volviste por esto —señaló la inútil carpeta de papeles desteñidos—. No tenías que hacerlo y aún así fuiste...

—Pero ya no sirven de nada —suspiró el coreano—... Ni siquiera puedo devolverlos en este estado —hizo una mueca al darse cuenta que los del ministerio tendrían que dar aquella carpeta por perdida definitivamente.

Yugyeom y BamBam habían pasado toda la noche separando papeles, leyendo sobre la tinta desteñida por el agua, tratando de arreglar las hojas que se habían dañado o pegado a otras, pero sentían que habían perdido su tiempo, sólo pudieron salvar unas cuantas, pero todas era básicamente inútiles, no tenían nada que sirviera.

Yugyeom llevó su mano a una de las desteñidas hojas que había soltado a un lado y de nuevo intentó leer algo en las borradas letras, era realmente difícil pero debía intentarlo.

BamBam suspiró al verlo ojear varios documentos al mismo tiempo, en busca de algo, y trató de detenerlo, ya no tenía caso.

—Espera... —el coreano tomó su brazo al sentir que intentaba detenerlo y comenzó a apuntar con su índice a una de la hojas— aquí... —entrecerró sus ojos para enfocar mejor su vista— Un inversionista... —dijo con su ceño fruncido, sintiendo cómo el tailandés se abalanzaba sobre su brazo y miraba a la hoja también— Uhm... Wa... Wang Industries —dijo al final y BamBam soltó su brazo.

—¿Estás seguro? —preguntó, mirándolo fijamente, rogando en su interior que no fuera cierto.

—¿Los conoces? —señaló a la hoja, refiriéndose a la compañía, al ver la sombría expresión en la cara del mayor.

—Te... Tengo que irme... —BamBam se levantó rápidamente y Yugyeom lo siguió.

—Son las dos de la mañana, BamBam, ¿por qué de repente quieres irte? —tomó su brazo e intentó tirar de él, pero el de piel morena seguía intentando caminar a la puerta— ¡BamBam! —lo llamó una vez más y éste se volvió con su cabeza gacha— ¿Conoces a esas personas? —lo vio asentir levemente— ¿No es eso bueno? Tienes otra pista, es información, Bam, ahora tienes un nuevo lugar en donde buscar... ¿No es eso lo que querías?

—Sí —BamBam apretó sus puños y tomó un gran respiro. Iba a necesitar muchas explicaciones.

—Vamos a dormir por ahora, ¿bien?

El coreano llevó al mayor hasta el cuarto de invitados y le dejó algo de su ropa para que durmiese más cómodo, se sentía algo confundido por la actitud del mayor, aquel nombre lo había hecho actuar de manera extraña y aunque él no entendía por qué, o qué demonios tenía que ver el tailandés con aquella compañía, no le preguntaría más, pues no parecía querer hablar sobre el tema.

—Oh... Espera —dijo BamBam cuando Yugyeom se dispuso a ir a su propia habitación—. Olvidé devolverte esto ayer... —BamBam sacó el suéter de Yugyeom de su bolso y se lo aventó—. Gracias.

—No hay de qué... —le dedicó una sonrisa e hizo su camino a su cuarto.

Yugyeom aventó el suéter que BamBam le había devuelto a la cama y se dispuso a sacar su propia ropa para poder dormir, cuando estuvo a punto de desabotonar sus pantalones, se detuvo y observó su prenda, a él le gustaba dormir en ropa interior, pero, por algún motivo, el hecho de tener a BamBam en la habitación contigua lo había obligado a sentir una infundada vergüenza por dormir como le gustaba en su propia casa... ¿Tenía eso algún sentido?