CAPÍTULO 9

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Lee Jieun

"Y yo, ¿te intereso?"

Demonios, Jieun. Que demonios estas pensando? Ponte a trabajar en ves de estar pensando en ese tipo.

—Señorita Jieun— llamo una de mis compañeras de trabajo.

—Si, dígame, señora Nam— respondí dejando de limpiar la mesa.

—La señora la anda buscando.

—¿A mi? ¿Por que?

—Realmente no lo sé, pero...— se acerco un poco a mi para susurrarme algo más—. ¿Usted hizo algo que a la señora le enojara?

—¿Que?— dije algo asustada—.Claro que no, no hecho nada.

—Entonces, será mejor que valla a donde ella, no la haga esperar. Sabe como se pone cuando no van rápido a sus pies.

—Si, lo sé.

—Bien, me retiro.

—Gr... Gracias señora Nam.

Me pare frente a las escaleras y me repetí miles de veces antes de subir que este seria mi ultimo día en esta casa. Chae Yeon prepárate para mantenerme. Estoy acabada. Quisiera estar cien metros bajo tierra en este momento. No quiero subir estas escaleras. ¡Maldición!

—¡Lee Jieun! ¡Donde demonios te metiste mocosa!

¿Mocosa? Pero que rayos le pasa a esta vieja. Sinceramente no sé como estoy trabajando con esta mujer. La detesto demasiado.

—¡Lee Jieun!—volvió a gritar. Podía escuchar sus fuertes pasos sobre la loza, los tacones la delataban.

—¡Ayá voy señora!— le grite mientras subía las escaleras a toda prisa, aunque sin querer ir a donde ella.

Camine por el pasillo hasta que la vi salir de la habitación de Chae Yeon.

—Tu, ven aquí de inmediato, mocosa pobretona.

Resople del coraje para mis adentros. Ahora quería asesinarla. Con que derecho me tiene que llamar así. ¿Aun no recuerda que mi padre era muy amigo de su esposo?

—¿Que se le ofrece, señora?— hable con voz un poco seca.

—¿Que se me ofrece?— pregunto con incredulidad—.¿Donde demonios llevaste a mi hija anoche?

—¿Disculpe?

—No te hagas la que no sabes, sabes perfectamente que la llevaste a una discoteca.

—Perdóneme, pero en prime...

No pude pronunciar la palabra completa cuándo sentí que mi rostro se viro de golpe. ¿Me había abofeteado?

—Estas despedida.

—Disculpe, pero creo que estoy contratada por su esposo— dije con suma arrogancia.

—Y a mi que me importa si mi esposo te contrato, aquí también mando yo.

—¡Mama!— dijo Chae Yeon, saliendo del baño de su habitación.

—Tu no te metas, estas castigada. No saldrás de esta habitación hasta que yo lo diga.

Esta vieja de verdad estaba enferma. No solo es odiosa, sino que también es detestable en todos los sentidos. Como el señor Jung puede tolerar este tipo de persona en su vida. Chae Yeon definitivamente no salió a ninguno de los dos.

—¿Que esta pasando aquí?— pregunto el señor Jung, quien acababa de llegar.

Lee Donghae

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