Prólogo

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—¿Señorita Lee Jieun?—preguntó un hombre vestido de negro luego de abrir la puerta de mi casa.

Nunca había hecho el trabajo que les tocaba a las sirvientas, pero dada las circunstancias de que no hay sirvientas en la casa, tuve que hacerlo. Mi padre le había dado libre toda la semana, así que tuve que hacer las cosas por mí misma. Gracias a una de las empleadas, cuando era mucho más joven, me enseñó hacer todas las funciones de que ellas hacían en la casa a diario.

—Si, soy yo—respondí algo confundida.

No sabía quién era esta persona, y mucho menos los cinco hombres que lo acompañaban.

—Siento mucho ser yo quien de esta noticia.

—¿Disculpe?— respondí mucho más confundida de lo que estaba hace unos segundos atrás.

El señor saca de su gabán negro un envoltorio que al mirarlo mejor, me percato que es una carta. Me la extiende y yo la recibo mirándolo  con el entrecejo arrugado. Recibo dicha carta en mis manos y noto que contiene un logo en la esquina superior izquierda. Era el logo oficial del banco donde mi padre tenía sus cuentas de la empresa.  El banco era muy reconocido en Seúl, y mi padre confiaba mucho en ese banco, nunca tuvo problemas por muchos años ha sido un cliente muy preciado. Abrí la carta y comencé a leerla, pero de pronto tuve que dejar de leerla, algo no estaba bien.

—¿Banca rota?— dije totalmente sorprendida y confundida—. Esto debe de ser un error, esto debe ser un error del banco, no es correcto.

—Lo siento... Yo solo cumplo con mi trabajo.

Los hombres de negro que lo acompañaban, entraron a mi casa sin mi consentimiento. Intente detenerlos pero me fue imposible. Poco a poco fueron sacando todo los mueble, cuadros, cristalería, artículos de colección finos de mi padre, entre mucha cosas más de las habitaciones.  Mi pequeña hermana dormía plácidamente en su cuna, no se levanto con todo el alboroto que estaban causando esos hombres al casar todo. Aún no podía creer que estuviéramos en banca rota. Llame a mis padres pero nadie respondía, estaba muy nerviosa. ¿Como es qué esto pasa en el momento en que ellos están de viaje?  Ese hombre tenía orden de Romeo ver todo lo valioso de la casa y yo no podía hacer nada, tenía mis manos atadas, no tengo voz ni voto en nada de los negocios de mis padres.

—Espere... ¡Espere!— le grite a uno de aquellos hombres.

—Señorita, no interrumpa nuestro trabajo, le repito que solo estamos cumpliendo órdenes... Esto no es algo personal o por gusto.

—¡Se que sigue es a maldita orden! ¡Pero no pueden llevarse mis cosas!

—Lo siento señorita.

Estaba completamente alterada. Mis cosas, todo lo que compre con mi propio dinero, mis cuadros, mis artefactos electrónicos, mis pocas joyas ¿Que hago ahora?
Nos dejaron la casa totalmente vacía, sin nada que pueda sacar para vender y obtener algo de dinero. Me ordenaron salir de la casa con solo dos maletas y una mochila de espalda y por supuesto los documentos personales de nosotras. Cargaba a mi hermana de tres años totalmente dormida. Este 15 de Octubre no lo olvidaría nunca. El peor día de mi vida.

Caminaba sin rumbo, no tenía dónde ir. Tenía pocas amistades, pero la mayoría estaba fuera del país estudiando, lo que nunca pude hacer. Me arrepiento tanto de no haberme ido a estudiar, ahora era cuando más necesitaba algún estudia para poder trabajar. No se nada de negocios, nada de contabilidad, no se hacer nada. ¿Quién diría que el que tiene dinero no tiene necesidad de estudiar? Ahora no tengo casa, auto ni dinero.

No tenía donde pasar la noche con mi pequeña hermana. Lloraba mientras caminaba, sin saber qué hacer. Pero de pronto recordé que mi amiga Chae Yeon aún estaba en Seúl. Luego de llamarla quede en encontrarnos en lugar cerca de donde se estaba quedando con unas amigas del extranjero. Al llegar a donde ella pagó el taxi y me dijo que podía utilizar su apartamento, que lo utilizará el tiempo que  sea necesario. Luego de tanto discutir sobre el tiempo que estaría en viviendo en su apartamento, cedí, solo lo hice por mi hermana.  Me llevo hasta su apartamento y dejó una de sus empleadas domésticas para que me ayudara con mi hermana. La noche había llegado y se la deje a cargo luego de haberla dejado bañada y lista para dormir.

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