EPÍLOGO

377 22 1
                                    

Lee Jieun

Donghae ha estado fuera de Corea por algunos meses. Lo extrañamos demasiado, perdón, lo extrañábamos muchísimo. Ha Eun pregunta por el todo el día. Aveces tomaba mi teléfono a escondidas para llamarlo por video llamada mientras está trabajando o en el peor de los casos durmiendo. Ella no lo entendía ¿que más podía hacer? Es solo una niña de 4 años que extraña a su padre. Cada día qué pasa es aún más difícil para mi, aunque Hanah busca la manera de hacerme sentir mejor.

—Mamá ¿cuándo papá vendrá?— pregunto Hanah trayéndome un vaso con helado de chocolate para Ha Eun y para mi.

—Asumo que pronto, aún no terminan las negociaciones en Estados Unidos.

—Lo extraño— dijo con tristeza.

—Lo se...— la abrace—. Yo también lo extraño.

—¿Llamo a papi?— pregunta Ha Eun con un bocado de helado en su boca.

—No mi amor, no se puede.

—Ay...— se quejó haciendo pucheros.

Sabía perfectamente que ambas lo echaban de menos 6 mucho más yo. Dormir para mi es un problema, no consigo como dormir con facilidad. Las noches sin él se sienten tan frías. Muchas de las veces Ha Eun y Hanah, duermen conmigo para hacerme compañía, y se lo agradezco con el alma.

—¿Que les parece si vamos al parque?— pregunté luego de un rato.

Hanah pareció pensarlo un poco, pro Ha Eun no lo pensó, si no ir actuó con rapidez.

—¡Piscina!— gritó dando saltos en el sofá.

—Pecesita...— la baje hasta quedar sentada nuevamente—. Usted acaba de salir de un resfriado hace algunos días atrás, así que no es bueno ni conveniente que te estés mojando.

Entristecida por negarle a su idea, cedió.

—Está bien, mami.

—¿Y si mejor nos quedamos viendo películas y comiendo palomitas?

—¡Dulces!— exclamó Ha Eun emocionada.

— Es una buena idea...— dije a Hanah, pero ahora me volví a Ha Eun—. Pero dulces, no.

—Mami, uno— levantó uno de sus deditos refiriéndose a un solo dulce.

Bueno a eso no me podía negar. Uno no haría daño. Nunca le dejé comer dulces, así que de ves en cuando no está mal darle uno.

—Está bien, pero solo uno ¿de acuerdo?

—¡Si!

Ha Eun y Hanah salieron a buscar las películas cuando la señora Wang vine hacia mi.

—Señora...— me llamó—. Perdone que la moleste, tiene llamada de su esposo.

—Señora Wang, usted nunca molesta, así que no diga eso— le sonreí y Elma me devolvió la sonrisa—. Y referente a Donghae, dígale que lo llamo en un minuto, pero que lo llamo por video llamada.

—Como ordene, señora.

—¡Eh!— levante mi dedo—. Llámame Jieun, por favor. Me siento vieja cuando me llama señora.

—De acuerdo, lo siento si la ofendí.

—No se preocupe.

Hizo una reverencia y se marchó.

Lee Donghae

Recogía todos los documentos en la oficina para colocarlos dentro del maletín. Hace algunos minutos había llamado a mi casa para saber de Jieun y mis hijas, pero la sirvienta me dijo que Jieun me llamaría en un minuto por video llamada. Coló que el último documento en el maletín y al cerrarlo entra la llamada a mi teléfono.

Enlazado a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora