CAPÍTULO 55

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Lee Jieun

Cuatro meses han pasado desde que me enteré del embarazo. Cada día va creciendo más y más. Hace poco nos enteramos que tendría una hermosa niña. Estábamos muy felices por la noticia. La madre de Donghae cada día que pasaba me tenias más vigilada. Estaba al pendiente de que me alimentara, descansara y no hiciera desarreglos. Donghae se la pasaba trabajando y lo veía muy tarde en la noche. Al menos me siento un poco más tranquila por que sé que está rodeado de policías y no por ahí buscando a que lo vea ese hombre y le haga algo.

—¡Llegué!— lo escuche gritar desde la habitación.

Me levante como pude y salí de la habitación. Encontrándome a Yang Mi en el pasillo.

—Ji, DongHae acaba de llegar.

—Si, lo acabo de escuchar— reí un poco—. Siempre gritando cuando llega, ya es una costumbre.

—Siempre lo ha hecho —reímos las dos—. ¡Oh! Casi lo olvido— llevo una de sus manos a la cabeza—.  Chae Yeon está en la sala, también acaba de llegar.

Me pareció extraño que ella viniera aquí a estas horas. Normalmente me llama para venir a verme.

—¿A estas horas? Es extraño.

—Bueno la vi algo rara.

—¿De verdad?

Asintió

—Bueno iré a verla.

— Te acompañó, necesitas ayuda para bajar las escaleras.

—!Ay, por favor!— exclamé riéndome—. Solo tengo 5 meses, no es para tanto.

—Jieun, haz caso, por favor.

Suspirando con pesadez y mandando a rodar los ojos, asentí.

Me ayudo a bajar las largas escaleras en forma de espiral de la casa y allí estaba el amor de mi vida con mi mejor amiga. Estaban hablando como si ellos dos se llevaran bien. Me parece extraño verlos juntos a los dos.

—Yeon...

Ella se volvió a mi y la vi llorosa. Aquí algo pasaba.

—Hola...— dijo vagamente. Definitivamente algo pasaba con ella. Y por su forma de ser ahora mismo, es grave.

Me acerqué primero a Donghae y lo recibí con un beso y un abrazo, como siempre lo recibía. Mire el reloj de la pared y eran las 10:30 de la noche. Me senté al lado de Chae Yeon y la abracé, rápidamente comenzó a llorar. Sentí la mano de DongHae tocarme y lo mire.

—Las dejaré sola— murmuro.

Asentí rápidamente. Antes de irse deposito un beso en la coronilla de mi cabeza y se marchó. Debía de estar muy cansado, se le podia notar.

—¿Qué sucede, Yeon?

—Nos pasó lo peor que nos podía pasar.

—¿Qué? cuéntame que sucedió.

Chae Yeon sorbía su nariz una y otra ves. Estaba atacada en llanto, muy pocas veces la veía así. Siempre la llorona fui yo, pero pues esta ves era ella.

—¿Quieren algo de tomar?—pregunto Yang Mi a mis espaldas.

—Si no es mucha molestia, te lo agradecería.

—Claro, no es ninguna molestia.

—Y otra cosita más...

—Si, dime— me sonrió.

—¿Será que te puedes quedar con nosotras?—pregunté dedicándole una sonrisa.

—Claro— me sonríe—. Ahora regreso.

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