Lee Donghae
Han pasado tres semanas desde que no la veo y mucho menos hablado con ella. Intente llamarla a mi teléfono nuevamente, pero salía apagado todas las veces que intente llamar. ¿Donde demonios se había metido? Quiero intentar al menos saber que sucedió aquel día. Quiero saber él porque se fue y no me dijo nada. No creo que solo lo hizo por impulso, no le veo una persona fácil, ella no es así, estoy cien porciento seguro.
—Donghae— me habla Leeteuk al entrar a la pequeña oficina que tenia en el segundo nivel de la casa, a unas tres habitaciones de la mía.
—¿Sí?—respondí.
—Oye... ¿te encuentras bien?
—Si. ¿Por que?
—Llevas varios días algo... raro.
—Bueno...— suspire—. Lo que sucede es que...— vuelvo a suspirar—. Desde que mi madre me vino a ver aquel día en la mansión, me quede algo incomodo. Se que ella tenia razón, ella nunca crió un hijo pandillero...
—Donghae, Donghae...— me interrumpió—. ¿Quién dijo que eres un pandillero? Tu madre nunca quiso decir eso. Tu madre es la mujer más noble y amable que conozco.
—No la conoces bien— negaba con mi cabeza.
—No necesito conocerla bien, como para saber que es una gran persona.
—Luego de como ella me habló, pude entender el por que mi padre me saco de la casa y me prohibió dirigirle la palabra.
—Y entonces... ¿Te arrepientes de hacer lo que estas haciendo?
No sé que responderle. Me arrepiento solo de una cosa, de no proteger lo que más amaba. Me arrepiento de que se haya fijado en un tipo como yo. ¿De que vale tener mucho dinero, sino puedo proteger a las personas que más quiero? No vale de nada. Jamas me podré perdonar haberla metido en todo este lío.
Lee Jieun
Hace tres semanas que vine a vivir en la mansión de la señora Cha. Todos me tratan muy bien, incluso se ofreció en pagar una mejor escuela para Hanah. Al principio me negué rotundamente, pero luego termino convenciéndome. Lo único que no me agrada de todo esto, es que su escuela es a las afueras de la cuidad. Quedamos en que todos los fines de semana podría tomarlo libre para ir a visitarla. Hanah desde que recibió la noticia de su escuela, estuvo muy feliz, así podría conocer más niñas de su edad. La señora Cha ha sido tan amable conmigo, no me puedo quejar de la decisión que tome al venir a trabajar en la mansión.
—Jieun— pronuncio la señora Cha bajando las escaleras.
—¿Si?— respondí en seguida—. ¿Necesita algo?
—Si. ¿Podrías venir a mi habitación un momento?
Asentí, sonriéndole tiernamente.
—Claro, la acompaño.
Hice un movimiento con mi mano, indicándole que iba detrás de ella.
—Gracias, cariño.
¿Cariño? Es la primera ves que me llamaba de esa manera.
Subí las escaleras detrás de ella, preguntándome que será lo que necesitaba.
—Jieun, mañana en la tarde viene mi hija a visitarme y como sabrás ahora mismo tu estas utilizando su habitación. ¿Será que podrás mudarte a cualquiera de las otras habitaciones?
—Claro, no hay que pedírmelo. Usted es mi jefa, usted manda y yo obedezco.
Le sonreí.
—¿Jieun?
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Enlazado a ti
أدب الهواة¿Como dos personas de mundos totalmente diferentes, pueden estar enlazados? El, un pandillero con dinero. Ella, una simple sirvienta. DongHae un chico rudo, pero con sentimientos. Desde que su novia falleció en medio de un intercambio de tiros con...