Primera Dama

Cap 41

Irene no daba pie con bola igual que yo, ya llevabamos como cuatro cafés y tan solo eran las doce de la mañana, me sentía torpe, todo se me caía de las manos, el dolor de cabeza era insoportable parecía que nos iba a, estallar, claro quien nos manda salir de juerga, beber como locas y después a trabajar sin dormir y con una resaca de mil demonios.

Irene tenia la cabeza encima de la mesa y sus manos en ella.

-Recuerda que no vuelva a beber nunca en mi vida.

-Y tu recuerdame que no salga más con tu cuñada es muy mala influencia.

-Jajaja Vero es mucha Vero todo lo hace a lo grande.

-Si pero la muy cabrona me ha dado la noche.

-Y eso?

-Los tíos seguían liados en la pley, nosotras borrachas pérdidas , les dije que se quedarán en casa y a mala hora.

-Jajaja que pasó?

-La última parte que era follar no pude! Sabes por que?

-Me lo vas a contar de todas maneras.

-Estaba muy cachonda Inés a mi estar borracha me pone, pero aquellos dos en el sofá, madre mía la que dieron!

-Jajaja!!

-Si tu ríete pero a la próxima te los llevas tu.

-Gritan?

-Lo siguiente Inés lo siguiente, me daba vergüenza hasta que Pablo lo escuchara, no se como los vecinos no se quejaron.

-Por que no tienes vecinos irene.

-Si los llego a tener viene la policía.

-Exagerada.

-No exagero tia es verdad mira que nosotros somos escandalosos pero estos.

-Jajaja...

-Ni puta gracia Inés, esta mañana menuda vergüenza tenía de verles la cara pero ellos como si nada.

-Joder con mis cuñados y no lo parecen.

Nos volvimos a tomar otro café entre los papeles mientras me contaba los acontecimiento, era muy gracioso verla como le cogia vergüenza al contarlo.

Unas cuantas horas antes.

Como te había dicho seguían enganchados a la pley, nosotras íbamos bastante perjudicadas pero ellos dos no iban menos, la mesa estaba repleta de cervezas y cajas de pizza, los dos se lo habían montado bien, menos mal que los críos son unos benditos.

Les monte el sofá cama José no estaba para conducir y Vero ya sabes y a que mala hora no los metí en un taxi.

Pablo y yo nos metimos en nuestra habitación, el alcohol me pone como una moto, cerré con pestillo, me daba morbo tener gente en el salón y yo ponerme a follar como un conejo, tire a Pablo en la cama, nos besabamos sin piedad, Pablo me pedía calma.

-Leona calma nos van a escuchar.

-Tu no dejes mi boca sin nada a si no gritaré.

Pero no nos dio tiempo, fuera en el salón parecía una jauría de leones, intenté concentrarme en lo mío pero sus gritos no dejaban concentrarme, escuchaba a Vero gemir y no se cuantas cosas más, a Pablo se le pasaron las ganas, yo me frustre, ahí estábamos los dos tirados en la cama desnudos mirando al techo y de música de fondo sus gritos.

No paraban, no daban un segundo de tregua, ni siquiera podíamos dormir, me levante enfadada poniéndome encima algo de ropa.

-Donde vas cariño?

-A decirlos a estos que paren de una vez.

-Déjalos....

No le hice caso y salí como una exalacion, pare de golpe en la puerta y Pablo de tras, ahi estaban los dos encima de mi mesa follando, no podía dejar de mirar, me puse más cachonda puse mi mano en el paquete de Pablo y este crecía, lo agarre de la mano necesitaba desahogarme, nos metimos en el baño, al final pegue unos de los mejores polvos, pero de mi cabeza no se me iba la imágenes de ellos dos copulando, lo peor fue verlos por la mañana como si nada, Pablo y yo  encendidos de vergüenza, desayunando en la misma mesa donde habrían restos de fluidos.

Momento actual.

-Jajaja que fuerte por tu culpa voy a imaginar cuándo los vea.

-No se si es por la resaca pero hoy me veo con mucho trabajo.

-Lo tienes Irene hace tiempo que deberíamos haber contrado alguien, llevas demasiada carga, si ganamos las elecciones te necesito a mi lado, ya se que no quieres pero te necesito como vicepresidenta, confío en ti, quiero alguien como tú.

-Lo se, me lo he pensado y aceptaré pero no podré ser portavoz.

-Si a eso quiero llegar, necesitamos alguien para el gabinete de prensa.

-Tiene que ser alguien de confianza Inés y a estas alturas no me viene a nadie a la cabeza.

-Yo si que tengo a alguien en la cabeza y creo que podría incorporarse de inmediato.

-No se Inés ahora mismo todas las campañas empezadas a punto de las elecciones no queda nadie bueno, es como los fichajes de fútbol de invierno coges lo que nadie quiere.

-Tu teoría es buena Irene pero esta vez podemos tener la suerte de cara, la conoces y es buena en su trabajo.

-No Inés no, ella no, no me jodas que estas pensando en Lorena pero tú eres tonta!

-No grites Irene la cabeza.

-Se me ha pasado la resaca y todo de pensarlo Lorena no Inés ya me encargo yo hasta que encontremos algo.

-Irene para a pensarlo, es el trabajo perfecto de ella siempre lo ha hecho bien.

-Hasta que te traicionó, parece Mentira que sea yo quien te lo recuerde, joder Inés tan solo hace unas horas de todo el lío que nos metió y ya quieres meterte en otro!

-Lorena lo ha dejado...

-Eso es lo que ella dice, no me digas que la muy indecente te ha llamado para pedirte trabajo?

-No.... No sé atrevería Irene después del daño que me ha hecho.

-Por eso para que mierda quieres empastrarte mas que se joda.

-No tiene trabajo, ella lo necesita y nosotras a ella.

-En serio Inés tu te has dado un golpe en la cabeza o algo, en serio estás pensándolo en serio?

-Si, es la mejor opción, es la mejor en su trabajo.

-Y en mentir, en engachar, en follarse al marido de su mejor amiga, quieres que siga diciendote cosas por lo que Lorena es buena.

-No me ha quedado claro Irene, tenemos que pasar pagina.

-Sigo pensando que eres tonta llevas un día tranquila y ya te lo quieres complicar.

-De todas maneras no creo que acepte.

-Si tiene un poco de dignidad no lo hará pero a saber esta tía es capaz de todo.

-Si habláramos con ella igual la convencemos que vamos de buen rollo.

-Yo no pienso hablar con ella conmigo no cuentes.

-Iré yo.

Me levanto cogiendo mi bolso y las llaves del coche.

-Donde vas?

-Hablar con Lorena.

-No puedo contigo, vamos iré yo también no voy a dejarte sola no me fio de ella.

Subimos a mi coche, veinte minutos y aparcamos un par de calles de su piso, nos plantamos en su puerta, tampoco sabíamos si estaba en casa,solo esperaba que no hubiera vuelto con Alberto, escuchamos unos pasos, miraron detrás de la mirilla debió de sorprenderse al vernos.

Abrió la puerta, me miraba y luego a Irene sin entender nada, su aspecto era horrible, nunca antes la había visto así, se notaba que no había dormido, los ojos hinchados de llorar, en otro momento la hubiera abrazado pero no me salia.