Cap 68

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Dos años de legislatura, un año y medio después del terremoto.




Miró por la ventana hace un sol explendido, un dia maravilloso para cumplir uno de mis sueños, casarme con Inés, el amor de mi vida.

No ha sido fácil llegar hasta aquí, muchas lágrimas vertidas, mucho dolor, palabras hirientes todo eso queda atrás por que al final dicen que el amor lo puede todo.

Me miró en el espejo de mi habitación, estoy perfecta con el traje de novia, mi pelo recogido, maquillaje precioso, con unas ganas tremendas de verla.

Por la obertura de mi traje deja ver un poco mi pierna, la abro un poco ahí está la pequeña cicatriz, la que me recuerda el infierno vivido en México, paso mis dedos por ella, lágrimas que quieren salir al recordar, quito de mi cabeza los malos pensamientos y pensamientos y pienso que también es la parte favorita de Inés cuando me hace el amor, le gusta besarla, acariciarla para quitarme los fantasmas que aún quedan y de vez en cuando quieren salir.

-Mami!!! Mami!!!

La puerta se abre apareciendo tras el mi niño vestido con traje y pajarita, su pelo rubio y rebelde se acerca a mi y me abraza.

-Estas muy guapa mami.

-Tu si que estás guapo estas hecho un hombrecito.

Lo miro y me vuelvo a emocionar, acaba de cumplir los cuatro años, ya no tiene esa lengua de trapo, habla por los codos, es muy inteligente y pensar que casi lo pierdo, esos meses sin el, sin ella, sin vida.

-Mami por que lloras?

-Lloró de felicidad amor estoy muy feliz.

-La abuela también dice lo mismo.

-Esta llorando?

-Y el abuelo Pepe también es un llorón.

-Jajaja.

-Y mami Inés quiero verla.

-En nada la veremos, ella nos está esperando en la Moncloa.

-Vamos a vivir ahí ahora, mami Inés me dijo que si.

-No te gusta?

-Si es muy grande, una habitación muy muy grande, pero está también me gusta.

-Algunas veces vendremos.

-Alex estas aquí te estaba buscando.

Entra Vero con Carla en brazos, ella como mi mejor amiga será mi dama de honor, Vero deja en el suelo a la niña y está corre al lado de su primo, las dos van vestidas igual, monisimas.

-Estas guapísima Malú Inés cuando te vea va a querer quitarte la ropa.

-Vero los niños....

-Están jugando, anda ven aquí.

Me agarra entre sus brazos y me estrecha a su cuerpo.

-Por fin pequeña por fin.

Mi padre y mi madre están abajo esperándonos esta todo apunto, es la hora  de subir a los coches y marchar a los jardines de la Moncloa para por fin decir el si quiero.

En un coche irá mi madre con Vero mi hermano y los niños, yo detrás con mi padre el que me acompañará del brazo el encargado de entregarme a mi amada.







Mis padres caminan nerviosos por el gran salón, todo está ya preparado, los invitados van llegando, todos por el jardín los camareros ofreciendo bebida y canapés.

Me metí en mi despacho necesitaba un poco de tranquilidad, de sosiego entre tanto extres, enciendo el portátil, cuando Irene entra.

-No pensaras ponerte a trabajar el día de tu boda.

-No sólo iba a revisar el correo.

-No puedes dejar de pensar como presidenta unas horas, si Malú se entera.

-Si tu no se lo dices.

-Algo tendrás que darme a cambio.

-Jajaja eres idiota Irene.

Cierro el portátil, Irene tiene razón no puedo estar pensando en trabajo, aunque lo hago para relajarme y quitarme todos los nervios.

-Relájate Inés todo va a salir bien ya veras, por cierto estas hermosa, Malú cuando te vea....

-Tengo muchas ganas de verla, no me ha dicho como es el traje.

Irene y Lorena como mis mejores amigas iban a ser mis damas de honor, Pablo el hijo de Irene con Carla y nuestro hijo Alex llevarían las arras y los anillos.

Mi Alex, cuando lo veo lo feliz que es siempre una sonrisa, un beso y un te quiero, pensar que casi lo perdemos.

-Chicas chicas ya están de camino.

Entra Lorena alterada al despacho.

-Ya es la hora amiga.

Saliamos las tres mis padres sonrien al verme, todo esta dispuesto los  invitados se van sentando, mis amigas se dirigen al altar mi padre me agarra del brazo pisamos el jardín , la alfombra roja la que me llevara al lugar, los invitados se levantan a mi paso, me sonrojo, me entra vergüenza ser el centro de atención, una cámara y un fotógrafo, no hay exclusiva, aunque sea una boda de interés pública no quiero que sea un circo, todos tendrán las mismas imágenes y las mismas fotos.

Vamos caminando, escucho como me llaman guapa, mi padre me lleva orgulloso del brazo, esta emocionado aguantando las lágrimas.

Llegamos al altar allí el juez a los lados mis dos amigas y Veronica y José, sonreimos todos Veronica me agarra la mano.

-Estas guapísima Inés, estoy muy feliz que por fin lo hayáis logrado os lo mereceis.

Me doy la vuelta al escuchar la música otra vez los tres niños delante Alex a un lado con Carla y Pablo cogidos de la mano, Alex lleva los anillos, a mitad del camino como un niño que es al verme empieza a correr hacia mi.

-Mami mami!!!

No puedo dejar de sonreír por su espontaneidad, lo cojo en brazos el se agarra a mi cuello.

-Estas muy guapa mami.

-Gracias amor pero ahora ves corre como mami.

Me da un beso y vuelve a correr hacia Malú que acaba de salir al jardín del brazo de su padre, ya no puedo evitarlo y mis lágrimas corren por mis mejillas, Irene me tiende un pañuelo y con mucho cuidado voy limpiando mis lágrimas mientras Malú va avanzando, tengo tantas ganas de tenerla cerca que se me hace largo el camino.

Llegan primero los tres niños, cada uno va con su madre y Alex se pone a mi lado cogiendo mi mano orgullosos los dos miramos enfrente, la vemos acercarse a nosotros, ya solo un paso no podemos de dejar de mirarnos de sonreír, Sus ojos brillan, Alex coge la mano de Malú y la junta con la mia que hace unos segundos estaba con la de él, entrelazamos nuestras manos, tengo muchas ganas de besarla y lo hago, no nos podemos resistir, junto mis labios a los de ella, un beso lento, tierno y con mucho amor en el terminamos el beso juntando nuestras frentes sonriendo como dos auténticas bobas enamoradas como el primer día.

Nos damos la vuelta sin soltarnos en cada momento, sin dejar de mirarnos, mientras el juez empieza la boda el habla y nosotras nos miramos.

No puedo dejar de pensar en todo este tiempo que ha pasado hasta hoy, se que ella también le ha venido a la cabeza, su mano aprieta la mía, se sigue culpando muchas veces de que lo nuestro se fuera a la mierda, yo también la culpe no lo niego, con el tiempo entendí que la vida te da muchas pruebas y esa fue una de ellas, nos enseño que lo nuestro es mucho más fuerte, nuestro amor puede mover muros, nos lo demostró dos meses después del terrible terremoto, cuando piensas que todo está en su sitio la vida empieza a girar al revés.

 Primera DamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora