Cap 57

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Anillo, casarnos, esas habían sido sus palabras, habían salido de su boca sin querer y yo me había emocionado, no podía esperar un mes hasta volver en México, no me importaba en estos momentos la manera de pedirlo, había dado el paso y eso es lo que me importaba.

La saque arrastras de casa, nos metimos en el coche oficial, el viaje hasta la Moncloa se me iba hacer eterno, pero no podía quitarme esa sonrisa tonta de enamorada.

Al llegar a la Moncloa la volví a sacar arrastras del coche, tirando de su mano que no solte hasta llegar a su despacho.

Empecé a buscar la dichosa cajita, Inés estaba apoyada en el marco de la puerta con los brazos cruzados y sonriendo.

-Vas a dejar de burlate de mi y me vas a decir donde está la puñetera caja!

-Es que es muy divertido pareces una niña el día de reyes.

-Anda tonta no me hagas sufrir más!

-El que esta cerrado con llaves.

Intento abrirlo sin éxito, claro me acaba de decir que esta cerrado, la emoción me puede.

-Las llaves Inés?

- Me las he dejado en casa con las prisas.

-No!!!

-Si....

-Pero pareces tonta, ahora vamos y volvemos de hoy no te escapas chavala.

-Jajaja mira boba.

Me enseña las llaves.

-Dame.

-Ven tu.

-Inés....

-Lula....

-Me voy a enfadar.

-Eso quiero.

Muerdo mi labio inferior esta quiere jugar  sucio voy hacia ella y cuando voy a quitárselas se las esconde detrás y me roba un beso.

-Ehhhh...

-Que....

No me deja hablar por que me besa sin piedad, ataca mi boca adentrando su lengua en mi boca buscando la mia jugando con ella, en un descuido le robo las llaves, las alzó al aire en señal de triunfo.

-Has hecho trampa!

Me dice con cara de molesta.

-Es lo que hay amor.

Corro a la mesa, estoy tan nerviosa que me cuesta atinar, entre los nervios y la cerradura tan pequeña, y por supuesto ella riéndose de mi, al final lo consigo la abro pero no hay nada.

-Aquí no hay nada Inés!

Me cruzó de brazos indignada.

-Busca impaciente que lo quieres todo hecho.

Muevo un poco los paleles de dentro del cajón y ahí está la cajita, la cojo y me siento en el sillón presidencial mirando por todos lados la caja.

-A ver si ahora no la abres después de la paliza que me has dado.

-Toma.

Se la entrego a ella que me mira sin entender.

-Que haces?

-Hazlo bien, pídemelo, es lo que querías.

-Pero cómo, no se.... Estoy bloqueada... Llevo un mes pensando..

-Solo pídelo Inés, el lugar, el momento no importa, no necesito nada más solo escucharlo de tu boca.

Inés mira la cajita  le tiemblan las manos, me mira luego la cajita, otra vez a mi.

 Primera DamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora