Cap 55

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Nunca había estado en el congreso de los diputados, sólo lo había visto por la televisión y lo que me contaba Inés, pero en persona impresionaba.

A los invitados y familiares, estabamos situados en la parte de arriba, desde mi posición se veía casi todo el congreso.

Cuando llegamos mis suegros ya habían llegado, nos saludamos con un caluroso abrazo, mi madre había hecho buenas migas con mi suegra igual que mi padre había venido de Sevilla para estar en este dia tan importante.

Vero se sento a mi lado y al suyo José con el carrito de la pequeña que por fin se había dormido.

Había llegado la hora de la investidura, los diputados de los diferentes partidos iban entrando y ocupando sus respectivos puestos.

-Mira el gilipollas....

Mire donde señalaba Vero, entraba Alberto el gran derrotado, cabizbajo no quedaba esa prepotencia que tanto le caracterizaba.

Por último entraron los diputados del partido de Inés entre ellos Irene y Lorena, las dos iban preciosas.

Cuando ya estaban todos en sus sitios se pusieron todos de pie para recibirla a ella, la mujer más hermosa del planeta Inés.

Al entrar alzó la vista, me busco con la mirada, al encontrarme nos sonreímos, siguió caminando hasta su asiento donde estaría los próximos cuatro años.

Fue recibida por todos los presentes con un sonoro aplauso del cual se puso colorada.

Juro la constitución delante de todos y después su discurso, salió en medio del hemiciclo, miró a todos los presentes y miró hacia arriba nos dedico una bonita sonrisa, miró la hoja, carraspeo para aclararse la voz.

-Señoría, señores y señoras diputadas... Perdonen pero estoy bastante nerviosa, voy a  ser breve, todo lo que tenía que decir ya lo dije en su momento y no me quiero repetir demasiado, solo agradecer la confianza depositada en mi grupo no sólo a mi por que sin ellos no estaría aquí, por que somos un gran equipo, no ha sido un camino de rosas hasta llegar aquí pero todos de la mano lo hemos conseguido y ahora nos toca luchar y remar todos juntos para poder encauzar este país y luchar por cada persona sin mirar su estatus sexo, religión por que todos somos iguales todos valemos lo mismo, muchas gracias otra vez.

Se volvieron a levantar con un gran sonoro aplauso, el cual duro bastantes minutos, a Inés se le veía avergonzada aún no llevaba nada bien ser el centro de atención, mire a mi alrededor y yo no era la única que se le saltaron unas cuantas lágrimas, allí estaban todos emocionados hasta mi padre lo vi limpiarse unas lágrimas de emoción.

Después vinieron los discursos de los demás representantes de sus oponentes, hasta que subió Alberto y lo juro me dio pánico, nunca en la vida me podría fiar de él, mire a Inés mientras subia al emiciclo, se la veía tranquila, Vero agarro mi mano.

-Tranquila no se atreverá.

-Eso espero Vero tengo el corazón en un puño.

Alberto hizo lo mismo miro a todos antes de hablar.

-Señoría, señores y señoras diputadas, presidenta.... No tengo mucho que añadir a lo que aquí ya se ha dicho ya, solo me queda felicitarla, aun no lo había podido hacer personalmente ha ganado limpiamente en las urnas, estoy orgulloso, nos conocemos y se perfectamente que lo hará muy bien no me cabe ninguna duda.

Solte todo el aire acumulado debido a la tensión acumulada.

Terminaron los actos Inés era ya oficialmente presidenta del gobierno, se vacíando poco a poco y por fin nos pudimos ir acercando a ella.

-Has estado impresionante amor.

-Buffff estaba como un flan amor.

-No sabes lo mal que lo he pasado cuando ha subido Alberto.

-Ese momento era el que más tranquila estaba, sabía que no iba a decir nada.

-Inésita no nos haces un tour?

-Claro Veronica.

Nos fue enseñando cada parte, me sente en su sillón el que ocuparía durante los próximos cuatro años y que no fueran más, fuimos a su despacho.

-No tienes champán tendremos que celebrar!

-Por supuesto pero en la Moncloa.

-Nos vas a llevar allí?

-Claro yo tampoco la conozco mucho.

Y eso hicimos, todos a la Moncloa, Inés lo había decidido no iba a vivir allí trabaria pero cuando no trabajaba quería estar en casa y se lo agradecía enormemente.

Recorrimos toda la Moncloa, sus jardines habitaciones y despachos, brindamos todos en el gran salón y como sorpresa cenamos un pequeño catering que Inés nos tenía preparado.

A la una de la madrugada se fueron todos sólo ella y yo y los escoltas en la puerta, al cerrar esta quede atrapada con su cuerpo, acariciando mi cara con sus dedos, mi piel se erizo al momento sobre todo cuando uno de sus dedos perfilaron mis labios.

-Por fin solas....

Me susurro al oído para después morderlo.

-Quieres pasar lo que queda de noche aquí.

-Mmmmmm menudo morbazo.

-Solo me refería a dormir.....

-Eso no te lo crees ni tu.

Le di la vuelta empotrandola contra la puerta.

-A ver si entran los escoltas...mejor llévame a esa habitación que tiene una cama enorme para poder devorarte.

-Estamos tardando Lula.

Pero antes de movernos ataque su boca devorandola, entre besos llegamos al destino después de perdernos un par de veces esto parecía un laberinto.

-Hoy mi presidenta va a dejar de mandar y darme a mi las riendas que para eso soy la jefa.

-La jefa manda más que la presidenta.

Con un sutil empujón la tire sobre la cama, sentandome yo encima con sus manos entrelazadas en las mías mirándonos a los ojos esos que brillaban por mi como los míos por ella, me acerque a sus labios otra vez para besarlos despacio entrando mi lengua en su boca y buscando la suya, besándonos con ganas con mordidas de labio, atacando mi cuello suspirando en su oído, con sus manos en mi trasero apretandolo a su cuerpo, mientras mis manos se enredaban en su pelo.

Dimos varias vueltas por aquella tremenda cama igua era yo arriba como ella, las dos queríamos mandar, la desesperación hizo que nos fuéramos quitando la ropa volando por los aires, necesitábamos el contacto con nuestra piel rozarnos, sentirnos, acariciandonos, nuestros gemidos eran uno se ahogaban en los besos desesperados, bailando nuestra cancion favorita, recorrimos nuestra piel con nuestros dedos y con nuestros labios, acabamos al revés las dos queríamos mandar, me metí entre sus piernas como ella lo hizo conmigo, devore su sexo al mismo tiempo que ella, no era nada fácil recibir y dar, pero allí estábamos las dos amandonos como tantas veces, cayendo agotadas como tantas otras por que nunca me cansaría de anar su cuerpo, de vivir su amor, lo nuestro no era sexo era amor puro como el que cada ser humano debería de sentir alguna vez en su vida.

Quedamos recostadas abrazadas cubiertas por una fina capa de sudor, escuchando su corazón.

-Presidenta te amo.....

-Te amo primera dama.

Levante la cabeza de su pecho para mirarla, tenía los ojos vidriosos.

-Amor estas llorando?

-No..... Bueno un poco.... Tranquila es de emoción.... Tengo todo lo que había soñado, te tengo a ti soy muy feliz.

-Y yo estaré aquí siempre para seguir haciéndote feliz igual que tu a mi.

 Primera DamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora