C a p í t u l o 1 - editado

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El nuevo boomer entierra sus oídos en su felpudo gorro de oso. Suelta improperios que probablemente cierta persona le regañaría por decir y masajea, estresado, el puente de su nariz.

Observa a sus hermanos perseguirse insistentemente a lo largo de toda la guarida.
El panorama es ridículo: tanto las sillas como la mesa muerden el suelo, los cofres, dados vuelta, ya no contienen nada porque todos los objetos se encuentran desparramados por el suelo. Las velas de los rituales ya no arden y las puertas con tecnología de escáner de retina se abren y cierran. Se trata de una sinfonía desastrosa que ha empezado a provocarle tirria en los oídos.

ㅡ¡Pero bueno, pero bueno, pero bueno! ¡Fargan!

Aquel albino de boina verde se cubre lo más que puede tras una de las sillas. Como poco le funciona ante la presencia del otro hombre, toma esta y se la parte en la espalda al de máscara de búho.

Fargan hace una mueca, cayendo de cara al suelo. Partir sillas en las espaldas de tipos grandes no suele ser bien recibida.

El rubio cuyo gorro es un furro maldice en silencio, aburrido. ¿Qué habrá pasado ahora para que estos dos terminaran peleando así? No es que Fargan y William tuvieran que buscar demasiadas excusas como para desear arrancarse los órganos, pero de alguna manera siempre parecen empeorar.

ㅡMucho tengo ya con que hayas hecho desaparecer a mi mujer. ¿Y ahora vas y destruyes todo el frente de mi casa?

Rubén piensa que es buen momento para sacar palomitas de maíz, pero ni siquiera hay de eso por la guarida. Y aunque hubiera, probablemente estas dos las habrían vuelto polvo; sus hermanos son como una plaga. Todo lo que tocan lo destruyen.

Willy entrecierra los ojos, acto que pasa desapercibido puesto que en la mente de los demás, el albino siempre lleva los ojos cerrados. Una falta de respeto que alguna vez sólo fue un chiste pero parece volverse más real con el paso del tiempo.

ㅡ¿Me estás jodiendo, no? Creí que lo de "tu mujer" había quedado olvidadoㅡ cruza los brazos y frunce el ceñoㅡ. Además, hace más de tres meses que no pongo minas en tu casa.

ㅡ¿Ah, si?ㅡ Fargan se reincorpora, truena los huesos de su espina dorsal (¿la edad?)ㅡ ¿Quién más podría haber sido, aparte de ti?

El de máscara de búho observa a sus hermanos, inquiriente. Porque sea quien haya sido, le iba a encontrar y habría venganza.

Si Fargan fuera sincero consigo mismo, admitiría que "venganza" no es más que el tipo de etiqueta que utiliza como excusa para hacer explotar cosas. Si la adicción a la polvora es real, le pertenece a este hombre.

Silencio. Un clima de análisis parece reposar repentinamente entre toda la guarida destrozada.
En el fondo, los tres tienen a una sola persona como principal sospechosa.

Y es que sólo Luzu había estado cometiendo... ilegalidades últimamente.

Tanto el albino como el teñido de rubio mantienen una disimulada mirada entre ellos. Actualmente la lealtad de ambos se encuentra dividida.

Porque entre hermanos juraron cuidarse la espalda de quien sea.
Pero Luzu confía demasiado en ellos. Lo suficiente como para asignarles un título y un caballo a cada uno. Ah... "Los jinetes del apocalipsis", ¿no es un nombre algo infantil? Huh. Luzu siempre se ha tratado del tipo de persona que no se puede tomar del todo en serio, ¿no es verdad?

Oh, ya están divagando, que torpes son.

Prefieren callar; nada es seguro y tarde o temprano Fargan daría con el responsable.

Acomodando su máscara, habla, a punto de entregar un veredicto con base en la nada.

ㅡSeguro que fue-

Ataraxia | Karmaland | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora