Las había contado.
Setenta y cuatro llamadas y trecientos ochenta y dos mensajes. No se trataba de su orgullo o su dignidad. Esto era sobre explicar las cosas. Sobre decirle a Vegg que no lo estaba culpando por la muerte de Mangel. Pero su compañero se había negado a escucharle.
Sin dioses con los que hablar o amigos para desahogarse, Rubén chocó de lleno con una realidad que había estado ignorando desde hacía ya días.
Se encontraba completamente solo. ¿Era su culpa? ¿Había hecho algo malo? Todos simplemente habían desaparecido.
"Puaj, me estás matando con el sentimentalismo."
"Si ya sabes que todos los humanos dan asco, ¿por qué preguntas si haces mal las cosas?"
"Realmente da igual."
El cerebro de Rubén hizo "click". Un enviado de los dioses nunca diría esas cosas, claro que no. Entonces, ahí, con la cabeza medio hundida en su almohada y su cuerpo siendo arropado tres sábanas, el re-contra-re-mal-teñido soltó un jadeo de completa sorpresa. Resh quiso carcajearse ante la magnífica revelación que había llegado al encéfalo del muchacho. No lo hizo, por supuesto. Además, el "agua le había llegado al tanque" demasiado tarde. Ya todo estaba listo.
"Ya hiciste un pacto conmigo, ¿planeas quebrantarlo?"
"Las consecuencias serían muy malas."
"No para mí, por supuesto."
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Rubén se sintió impotente, esa sensación de estar incapacitado para absolutamente todo le creó un hueco en el estómago, al punto de hacerlo vomitar. Estaba perdido.
"Sin embargo..."
"Puedo ayudarte."
Qué.
¿Qué?
¿Cómo?Incorporó su torso, hasta quedar sentado en la cama. Su espalda, a pesar de estar cubierta por una camiseta, logró percibir cierta helazón. La nieve estaba pronta a aparecer. Deseó volver a acurrucarse entre las cómodas y mullidas sábanas que hasta hacía segundos le resguardaban del frío, sin embargo, el repentino interés del enviad- lo que sea que fuere esa cosa, por "ayudarle" (¿a qué? Ni idea) había captado su atención por completo.
Bien, debería desconfiar de él luego de la última revelación acerca del mismo Reshef, pero no podía. Llevaban tiempo con esa extraña amistad de amor-odio, el ente se había encargado de protegerlo y nunca buscó hacerle daño de ninguna forma, entonces, ¿por qué poner en duda su juicio?ㅡ¿Qué dices?
"La mejor forma de mutilar esos idilios pseudo-emotivos que tienes, ¿sabes cuál es?"

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Ataraxia | Karmaland | Terminada
FanfictionAtaraxia: Imperturbabilidad. Porque en Karmaland hay de todo menos serenidad. Ni un ápice, siquiera. ¿Qué ocurre cuando los errores olvidados y los fantasmas pisoteados por las olas del tiempo se alzan a gran voz? ¿Qué pasa si los oscuros secretos...