Ataraxia | Karmaland | Terminada

C a p í t u l o 1 3

Acomoda su corbata por última vez, ha decidido arreglarse su ondulado cabello, de modo que ambos ojos puedan ser vistos.

Las ojeras le sientan terrible, pero no hay nada que pueda hacer contra ellas. Se burla de si mismo espetando de forma chillona un "¡esto no es una etapa, mamá!"

Abre su puerta de escáner y sale de la calidez de su casa.
A un lado de la entrada, reposan los restos de Muerte, seguro Willy se los trajo temprano. Suspira. Extrañará a su fiel compañero.

Guarda sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón de etiqueta.

Sus ojos, desinteresados, pasean de un lado a otro. Al pie de su fortaleza, el oficial Alex espera pacientemente para escoltarlo hasta el juzgado.
Al llegar junto al policía, ambos empiezan a caminar sin dirigirse la palabra.

El día permanece gris, pero quieto. No hay viento así que las nubes tardarán en disiparse.
La vida en el pueblo continúa tranquila. Los granjeros cuidan meticulosamente sus cultivos, los guardias protegen los alrededores... y gente va y viene comprando lo que necesita.
Cada quien se encuentra en lo suyo.
Todo luce normal. Pocos están conscientes del juicio que está a punto de llevarse a cabo. Por ahora, es mejor así.

ㅡEntra.ㅡ indica el fanático de Star Wars.

El chico con cabello no tan alborotado el día de hoy, analiza a los presentes.

El juez, Auron, ya ha tomado su sitio. Sinceramente se vería un poco más imponente de no ser por la maldición que trae encima. 
Lolito se encuentra en el lugar de los testigos, siendo escoltado por Fargan.

Este último anda perdido en sus pensamientos. De alguna forma, las palabras que el Alcalde le había soltado cuando se encontraron en aquél lugar le habían dejado más tranquilo.

《No te saco de todo esto porque con un intento de asesinato registrado, es imposible que Borja quede impune.》

Alexby le indica al acusado dónde se encuentra su lugar.

Luzu casi puede palpar la sonrisa de triunfo del político electo. Se remueve incómodo en su silla. Quizá no todo salga como planeaba.

Quizá fue muy apresurado el intentar asesinar al Alcalde.

Sólo quizá.

ㅡBueno, vamos a comenz-

ㅡ¡Alto!

Los presentes se alteran. Un sujeto entra pateando las puertas del edificio, estas chocan con tal fuerza en la pared, que todo el lugar retumba. Señala a Luzu con vehemencia y sonríe.

ㅡTú necesitas un aliado. Y ese soy yo.

Auron golpea su mallete insistentemente. ¿Que carajos...?

ㅡ¡Orden en la sala! Vegetta, ¿era necesario armar tal alboroto?

ㅡPor supuesto, señoría. Una persona tan asombrosa como yo merece una entrada triunfal.ㅡ responde de manera cantarina. A nadie más que él le divierte tanto la situación.

Auron voltea los ojos, ciertamente fastidiado. De Luque sonríe con esa superioridad que siempre ha desprendido y camina, gallardo y orgulloso hasta el asiento al lado del acusado.

Observa a Luzu, para entonces guiñarle un ojo.

ㅡMe presento, caballero. Soy su abogado defensor.

Borja sonríe genuinamente, muestra sus mejillas sonrosadas y puede que ahora, tenga el ánimo un poco más elevado. No tiene idea de cómo su compañero podría haberse enterado de todo este asunto, pero no es algo que le resulte importante en este momento.