Mediodía.
Los pájaros cantan y revolotean alegres. El cielo se encuentra pintado con esponjosas motas blancas.
El ambiente de quietud y parsimonia que se expande por el pueblo ha animado a los aldeanos y al menos procura hacer lo mismo con los héroes.Parece un buen día.
El chico con gorro de oso atraviesa la pradera que prontamente le llevará a la isla del ojimorado, con cierta prisa. Se aferra de las asas de su mochila temiendo que esta se le fuese a caer, ya sea a causa de la velocidad con la que va andando o por el peso que trae encima.
Sonríe al ver a Vege esperando por él en la entrada de su enorme terreno.
Alza una mano y la sacude eufóricamente como saludo, a medida que se va acercando al pelinegro.
ㅡ¡Eh! ¡Señor De Luque!
ㅡDoblas. Que coincidencia encontrarnos por aquí.
ㅡEl destino, el destino.
Ambos ríen cómplices. El dueño de casa hace pasar al otro a su hogar. O bueno. Al "pequeño sótano" de éste.
ㅡCuando te fuiste terminé de crear las conexiones.ㅡ comenta, orgulloso, el de cabellos negrosㅡEspero que hayas traído lo que te pedí.
Rubén se aferra al cuello de su mayor, sonriendo ampliamente. Se acerca, a continuación al oído derecho del pelinegro, para entonces susurrar:
ㅡVege, ¿cuándo te he fallado?
Samuel alza una ceja en plan de "¿lo dices en serio?" Y se deshace del agarre del menor con suma facilidad.
ㅡA ver, ¿por dónde empiezo...?
ㅡPero Vegetta, no se supone que respondas así.ㅡ recrimina el teñido, fingiendo indignacion.
ㅡComo te gusta el bobeito, ¿eh? Anda chaval, que tenemos que hacer mucha dinamita.
○●○
ㅡOh, f...
La cabeza le da vueltas. Siente que tres rinocerontes han pisoteado su cráneo brutalmente (aunque claro, de otra manera no podría ser).
Lleva sus manos a sus ojos, los cuales no ha abierto a causa del maldito mareo que trae encima.
ㅡOkey. Luzu, centrado.ㅡ se dice a si mismo, en un rasposo susurro.
¿Qué ocurrió anoche?
...
Diablos.Y es que habría preferido recordar que se ha casado con un hombre de setenta años en Las Vegas por estar borracho que lograr retener las imágenes que ahora acosan su mente.
ㅡHe estado en la jodida Hermandad...ㅡ nuevamente su voz quebradiza se hace presente, retumbando en las paredes de donde sea que se encuentre.
Refriega sus ojos con el dorso de sus manos, abre estos lentamente.
Un momento.
Extrañamente, se encuentra en su casa. Manolo duerme a su lado y nada parece estar fuera de lugar.
Bosteza, asumiendo un poco más tranquilo que todo ha sido un muy mal sueño.

ESTÁS LEYENDO
Ataraxia | Karmaland | Terminada
FanfictionAtaraxia: Imperturbabilidad. Porque en Karmaland hay de todo menos serenidad. Ni un ápice, siquiera. ¿Qué ocurre cuando los errores olvidados y los fantasmas pisoteados por las olas del tiempo se alzan a gran voz? ¿Qué pasa si los oscuros secretos...