ㅡTrae más redstone, que necesitamos a saco.
ㅡPero Vegetta... estás loco.
Rubén jadea cansado. Sus piernas se vencen ante esto, permitiéndose caer al helado suelo, con los brazos extendidos y el pico perdido en algún lugar del laberinto de túneles.
El ojimorado en cambio está mamadísimo. Es imposible que la hora y media de trabajo que llevan le afecte en absoluto.El pelinegro ríe a carcajadas.
ㅡChaval, por si no te has enterado: hay que estar medio loco para vivir en Karmaland.ㅡ alza una ceja y se acerca a su "medio muerto" amigo, dándole un puntapié en sus costillas seguidamenteㅡAnda, levanta que no hemos terminado el circuito.
ㅡUh, no sabes cómo te odio, tío.
Rubius se retuerce dramáticamente en el suelo. El golpe ni siquiera había resultado tan fuerte.
ㅡSabes que no, chiqui.
○●○
Con una antorcha prendida en su mano derecha y el mapa de la Hermandad en la izquierda, Luzu traza el camino con sus pasos.
Camina de forma veloz, pero cautelosa. No quiere arriesgarse a que cualquier oficial le vea y le persiga.La noche no se encuentra especialmente pacífica, pero evita a los mobs de la mejor forma que puede.
El cielo no se ha despejado, por lo que la penumbra resulta espesa. No parece que aquél manto de oscuridad vaya a menguar pronto.
Gira en un par de direcciones, mezclándose entre las sombras de la vegetación.
El castaño revisa el mapa con cierto detenimiento.Parece que va bien.
Se encuentra en las catacumbas. Esas a las que sólo se tiene acceso por el cementerio.
Sus pasos se mantienen firmes aunque la idea de salir corriendo del lugar luzca cada vez más atractiva.Aquél sitio bajo tierra tiene pinta de no haber sido visitado por ningún alma humana en... bueno, bastante, bastante tiempo.
Traga grueso y toma muchísimo aire para disponerse a seguir adelante.
Ojea el mapa por última vez antes de guardarlo en un bolsillo y empuñar su espada.
Sinceramente preferiría usar su arco, pero de ser así tendría que deshacerse del único objeto que le provee de luz por ahora.Se adentra por una cámara vacía. Un frío recorre su espina dorsal; no quería ver aquél cadáver.
Hay dos caminos a elegir, ambos igual de oscuros. Luzu atraviesa directamente el lado derecho, alzándose ante sus ojos un enorme pasadizo.
Mientras camina, aferrado a su arma como si no hubiese un mañana, procura prestar atención a los ruidos que le rodean: sus pasos al andar, generan tanto eco que incluso le produce la sensación de que alguien lo está siguiendo.
Él comprende que esto no es así.
Algún que otro zumbido altera sus nervios. Odia los insectos con todo su corazón.
El leve sonido que genera el fuego de su antorcha es lo único que lo ayuda a mantener un mínimo espejismo de cordura.Observa las paredes. Quizá en busca de algo. Como en las películas, ¿comprenden? Alguna inscripción extraña con letras antiguas que sólo podrían ser traducidas gracias a pergaminos que nadie pudo encontrar jamás, por ejemplo.
La realidad es otra: no hay nada. Sólo ladrillos de piedra con rendijas y musgo colgando de todos los sitios.
Diría "qué decepcionante" pero Borja tiene un acojonamiento que te jodes.

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Ataraxia | Karmaland | Terminada
FanfictionAtaraxia: Imperturbabilidad. Porque en Karmaland hay de todo menos serenidad. Ni un ápice, siquiera. ¿Qué ocurre cuando los errores olvidados y los fantasmas pisoteados por las olas del tiempo se alzan a gran voz? ¿Qué pasa si los oscuros secretos...