Ataraxia | Karmaland | Terminada

C a p í t u l o 1 0 4

||Gracias.||
||Por llegar hasta aquí aún. Me hace ilusión. ♡||
||Por cierto, esta es como una extensión del capítulo anterior porque no podía seguir en su momento. Por lo que quizá sea algo más corto de lo habitual. De todos modos, disfruten. :3||

ㅡ¡Ah! ¡N-no tan fuerte, Ale'by!

ㅡYa- casi.

ㅡ¡Lo enterraste más, maldita bestia!

ㅡFargan.

ㅡ¿Uhm?

ㅡ¿Podrías dejar de gemir mientras te quito los vidrios, tonto?

ㅡYa, perdón.

ㅡSí. Gracias.

Y es que a quién se le ocurre, dice Alex. Mira y que saltar de una ventana. Fargan se come el regaño en silencio. Durante los próximos diez minutos, en los cuales el más bajo se da a la tarea de deshacerse de cualquier astilla que su compañero traiga encima.
Y luego, vuelve a hacerse presente la voz quejosa del muchacho, mientras venda el brazo del mayor.
Insulto tras insulto, un mensaje de sincera preocupación se deja ver, no sólo entre líneas sino de forma literal.

Fargan sonríe. Está bien.
Todo estará bien.

Poco más ocurre en la próxima hora. Ambos comen algo, David se queja a propósito, Alex maldice como de costumbre y todo luce normal.
Sí, se trata de esa normalidad impuesta que surge luego de un acontecimiento muy pesado como para siquiera mencionar algo sobre ello.

Como si los dos quisieran ignorar la carga que traen encima. Porque ambos tienen palabras acumuladas, las cuales no están seguros de poder soltar a tiempo.
Tiempo.
Ya no hay tiempo.
¿Qué hora es?

ㅡAlex, ¿qué hora es?

ㅡEh, como las diez y cuarenta, ¿no?

ㅡ¿No deberías volver a casa? Se va a poner frío y últimamente hay muchos mobs fuera.

En la habitación del de ojos avellana, el pelinegro deduce que algo va raro. Quizá fatal. Observa hacia todas partes, chocando su vista con las blancas paredes que componen la mayor parte del hogar del boomer. No, el ambiente no está mal.

Es Fargan.

Alexby lleva sus manos hacia su nuca, esbozando una mueca avergonzada. Tal vez si...

ㅡEs que, la verdad, pensaba quedarme. No es buen momento para que estés sólo.

ㅡ¿Piensas que no sé cuidarme?

El menor frunce el ceño. El repentino tono a la defensiva sólo le entrega credibilidad a sus sospechas. Ladea una sonrisa y cruza los brazos.

ㅡEs que eres muy viejo. Seguro te olvidas hasta de cómo se respira. Además, ¿me estás echando se tu casa? ¿Después de todo lo que he hecho por ti?

ㅡ¡No! Yo sólo-

ㅡPerfecto. Entonces dormiré en la sala.

El tira y afloja termina con un bufido por parte del dueño de casa.
Bueno, no quería hacerlo así, pero como no hay otra opción...

Una hora más transcurre, con Alex alerta y un Fargan que lleva mucho tiempo fingiendo dormir, mientras intenta no caer ante morfeo en serio.
Aquellos sesenta minutos le sirven para sopesar lo que va a hacer.
A lo largo de los días, muchas cosas perdieron el sentido. La esencia.

De repente, quien miente dice la verdad y quien habla la verdad es el mentiroso. El asesino sólo es una víctima más se un complot mucho más grande que su inteligencia individual y el titiritero ha encadenado a sus títeres.