Vegetta sabe que su estado no es el más óptimo de todos.
Encerrarse en su habitación a tratar de descifrar el libro codificado por los mismos entes que le están arruinando la vida a todos, oculto bajo una pila de libros, sin ver la luz del día durante horas definitivamente no puede ser sano. Sin embargo, tener un NPC zumbándole (no literalmente) en los oídos tampoco lo es y, henos aquí. No obstante, sabe que hay prioridades. No es tiempo de llorar por Doblas, ni de preguntarse porqué tenía que ocurrirle a la única persona que le había otorgado el nivel de confianza que antes de... todo esto (ajá, no metamos a Willy en la ecuación). La única forma de recuperar a su confidente es terminar con los problemas de una vez por todas.El hombre de la isla flotante parpadea lentamente, cansado. Da vuelta a una página de runas y vuelve su mirada al inicio de los códigos que tiene frente a sí. El libro de Merlon y el que contiene el idioma antiguo no poseen similitudes en lo absoluto.
Bosteza.
ㅡ¿Por qué lo codificaron?ㅡ prueba preguntar. Tyr ha sido extrañamente bueno con él, quizá la solución esté en sacarle información al ente.
"No olvides que puedo oírte, Cari."
"Necesitábamos una excusa para matar a Merlon, ese viejo sabía demasiadas cosas."
La repuesta le sabe a poco, por lo que el amante del morado, irguiendo su espalda luego de sentirla crackear, relame sus labios, cruza sus brazos y observa hacia la nada, como si pudiese ver esa voz que días atrás se había convertido en una parte de sí. No oculta el tono disconforme de su voz, profesando entre un gruñido "pero pudieron haberlo hecho sin tanto drama". La cantarina risa del NPC retumba en sus oídos, rebotando como si se tratara de un eco interminable. Le parece escalofriante, mas no se permite abrumar.
"No teníamos tantas opciones, como no todo puede afectar la consciencia de Luzu..."
"Además, así obtuvimos algo más de tiempo."
¿Qué leches tenía que ver Luzu en todo esto? Vamos, entiende que está hasta la narices de problemas, pero nunca esperaría que alguien como él se deshiciese de Merlon. Y, ¿qué es eso de obtener tiempo? Las preguntas se le atoran en las cuerdas vocales, sólo permitiéndole soltar un suspiro angustiado. Nada responde por completo sus dudas.
ㅡ¿Por qué estás ayudándome?
Aquella risilla que pretende ser amigable vuelve a posarse en la mente del pelinegro, mareándole durante un par de segundos que, en realidad, se percibieron como largos minutos. Vegetta se dice que luego obtendrá su merecido descanso. Sí, claro que sí.
"¿No te lo he dicho, chiqui? Deseo fervientemente ver cómo estalla una guerra civil que hará a todos ahogarse en su propia sangre, pero como aún no se puede, me conformaré con tu amistad."
ㅡSi eso es así, decodifica el libro entonces.ㅡ propone el humano, sintiéndose extrañamente poderoso
Ese es, ciertamente, un problema que nos compete a muchos. Nos vamos muy arriba ni bien logramos encontrar un lugar del cual obtener algo. ¿Qué importa que el beneficio sea para nuestra gente en común? La sensación de tener el poder en nuestras manos nos descoloca y no nos permite pensar en su momento; creemos que ya lo hemos conseguido, que el propósito por el cual hemos trabajado arduamente empezará a ser más simple porque la autoridad está en nuestra batuta. Oh, pese a todo, siempre hay algo que nos trae de vuelta a la realidad.
"No confundas conceptos, hermoso. Tengo prioridades, juju."
"Deberías salir un rato, por cierto."
"...Solo digo."
Un gruñón y rotundo "no" es escupido por el apodado "Dios", vale, le ha quedado claro que después de todo, quien manda por aquí no es él precisamente. Se sienta en el suelo, tomando otro libro de hablas antiguas entre sus manos, intentando encontrar algo que le permita comprender lo que dice el libro redactado por el difunto viejo. Nada, no hay nada. Quince manuscritos lleva ya, para conseguir agrandar aquél vacío que le provoca la angustia de pensar que quizá no vuelva a ver a su Doblas. Que, tal vez, el pueblo reviente en pedazos. Que en realidad, nada de lo que intente servirá de nada porque no es lo suficientemente fuerte, porque el problema va más allá de unos seres del otro lado. Que, puede que en realidad no se trate solo de eso. Que los líos se traducen en errores que nunca quisieron dejar de cometer, y dice "quisieron" para no sentirse tan mal consigo mismo. Oh, ¿no es ese un problema también?
El NPC, insistente, vuelve a proponerle al hombre que salga durante un rato. Vegg, molesto de cojones porque básicamente absolutamente nada parece salirle bien, se niega con fuerza, una vez más. El ente intenta una vez más, recibiendo la ya esperada negativa.
Entonces, solo hay silencio.
La soledad cae en la realidad del pelinegro un vez más, horrorizándose al notar que cada vez son mucho más prolongados esos momentos en los que todo luce quieto, muerto, silente, impasible. Las paredes de su cuarto parecen achicarse constantemente, hasta dejarlo dentro de un cubo en el cual apenas y puede respirar, intentando gritar con voz muda y lágrimas secas imposibles de soltar, escuchando los gritos de sus amigos, que le recriminan sin detenerse "¿podrías ser un buen líder y hacer algo por nosotros de una vez por todas?" Se ahoga. Lleva sus manos a su cuello, sus ojos aparentan estar a punto de reventar.
Entonces su celular vibra.
Oh, sólo se ha quedado dormido.
Al revisar, nota que es Willy quien le llama. No tarda más en contestar. El tono monótono en la voz de su compañero le sorprende. Como si no tuviera suficiente ya con todo lo que le ha estado ocurriendo. El albino le hace saber que está fuera de casa, frente a la extrañamente no destruida puerta principal. El de orbes magenta le hace saber que bajará pronto. Corriendo a asearse, Tyr le recrimina el hecho de que a William le ha hecho caso demasiado rápido, ignorándole a él, en cambio. Un ente que podría destruirlo si quisiera.
Vegetta sonríe; "los amigos no se destruyen".
"¿Ah, no? ¿Y qué con Luzu? Creí que también lo eran. Uis, mala mía, a veces hablo de más."
No está seguro de si ha sido o no su propia consciencia, pero ese pensamiento, tan... repentino, casi tan fuera de lugar, le descoloca. No es momento de desvariar. Se abriga con lo típico. Chaqueta blanca, guantes del mismo tono. Sacude la cabeza, ¿por qué el castaño tendría que ser tan importante ahora? No tiene sentido. O mejor dicho.
No puede encontrar uno.
Sea como sea, Tyr no vuelve a hacer comentarios.
Al bajar a recibir a su amigo, el pelinegro da un respingo, encontrándose por primera vez en mucho tiempo con el rostro demacrado de Guillermo. Se muerde la lengua, no quiere preguntar nada con respecto a su ojo, ni al halo de desgracia que parece rodear a su menor. ¿Hacía cuanto no se veían? No puede separarse de nadie, un día se despiden y al otro han perdido su identidad, la vida, o... la vista. Joder. El que ha estado provocando estragos en los cultivos del pueblo ladea una sonrisa, alzando la barbilla a modo de saludo.
ㅡTú tampoco luces tan guapo, eh, Samuel. Venga, no me mires así. Vamos a dar una vuelta, tenemos que ponernos al día.
Tyr también le había dicho que saliera. La petición no es extraña pero la coincidencia le tiene paranoico.
En este punto, cualquier cosa podría ocurrir.
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tENGAN BONITA NOCHE, LOS AMO.

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Ataraxia | Karmaland | Terminada
FanfictionAtaraxia: Imperturbabilidad. Porque en Karmaland hay de todo menos serenidad. Ni un ápice, siquiera. ¿Qué ocurre cuando los errores olvidados y los fantasmas pisoteados por las olas del tiempo se alzan a gran voz? ¿Qué pasa si los oscuros secretos...