C a p í t u l o 1 0 7

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||Disfruten, hoy quizá pierdan neuronas porque se viene una ida de olla terrible, creo ;^;. Y no se desesperen, si la explicación no llega con este capítulo, lo hará en el próximo. Reitero que me gustaría ver sus teorías.||
||IMPORTANTÍSIMO: DEBEN DECODIFICAR TODOS LOS CÓDIGOS DE ESTE CAPÍTULO PARA PODER ENTENDER ALGO DE LO QUE OCURRE. Les ayudo: Rot1. Es todo lo que tienen que saber.||

ㅡNo es buena idea. Tienes un jodido brazo roto.

ㅡLo sé.

ㅡY el otro día tú-

ㅡLo sé.

ㅡ¡Pero a todos se les ha ido la pinza! Podrían matarte.

ㅡLo sé.

ㅡ¿Quieres decir otra cosa, cabrón? Al menos hay un subnormal que todavía se preocupa por ti.

ㅡNo. ¿No deberías ver a Jimmy? Ha estado abandonado.

ㅡSabe cuidarse sólo y- ¡ese no es el punto! Hazme el favor de dejar de alejarme cuando lo único que hago es mostrar un mínimo interés en ti.

ㅡ¿Por qué discutimos esto, Alesby? Tú sabes que yo voy a salir de todas maneras.ㅡ Fargan, recargado en alguno de sus cofres con código, procura mediar con Alex.

Que por cierto, es peor que la aduana: no deja entrar ni salir nada por aquellas puertas. Jodido loco.

ㅡMira, aquí sólo hay tres opciones; que nadie muera, que mueras tú o que muera yo. Y la verdad, el último punto no luce tan mal todavía.

ㅡFargan...

ㅡAdemás, no me mata la idea de que te preocupes tanto. No por mí.

El policía chikito siente el instante en que los vellos de su cuerpo se encrispan y su ceño se frunce.

ㅡ¡¿Pero por qué?!

Sabiendo que está a punto de pisar terreno inestable, David endereza su postura, observando fijamente a su compañero. Suspira.

ㅡPorque entonces pasaría lo mismo que con Staxx.

La respuesta es inmediata.

ㅡ¡Eh! ¡No te compares con él!

Una risa ácida es soltada por el mayor; no le ha hecho gracia en absoluto.

ㅡNo lo hago, no podría. Pero pareces metido en un círculo masoquista en donde todos se van y tú te quedas. Deberías parar ya.

El pelinegro guarda silencio, perdiendo sus ojos en algún punto de la blanca pared del hogar del mayor. Mastica sus palabras y piensa en la respuesta de David. Tiene razón, vaya.
Duele pensarlo, pero ignorar ese hecho sólo lo condena a vivirlo una y otra vez. Siempre ha temido eso.
Finalmente, asiente con lentitud.

ㅡBien. ¿Quieres salir a la boca del lobo? Salgamos a la boca del lobo.

ㅡJoder, Alejandro.

ㅡEs lo último que diré.

Bueno.
Es un hecho.

○●○

Las ramas crujen al compás del cruel viento sur. Se avecina otra fuerte nevada.
El panorama es tan triste como incómodo; no hay tiendas abiertas. Los lamentos de los enfermos que no han tenido la dicha de morir retumban en cada columna, no existe el canto de las aves porque todas han caído y la risa jovial de los muchachos paseando por ahí ha desaparecido completamente.

Manos curtidas por el que alguna vez fue el trabajo de muchos (arar la tierra), se ven acariciadas cruelmente por ráfagas congeladas.

Pero ahí están. Decididos, con el carácter inalterable. Dispuestos a partirle el cráneo a cualquiera que tuviese el valor o la cobardía de no oponerse al mandatario actual.
Saben bien que hay gente que busca evitar este conflicto.

Ataraxia | Karmaland | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora