Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 4.

27. ¿Dónde está la niña?

Convertido en una esfera de luz, Sesshomaru en pocos segundos arriba al palacio, ingresa por la ventana a la habitación de Rin, desciende y con cuidado la coloca en su futón... No puede dejar de contemplar su carita, su sonrisa... ¡¡Qué no daría por conservar para siempre esa tranquilidad en su rostro!!.. Sin embargo, sabía que se aproximaban días difíciles... Sólo esperaba que ella no resultara afectada de todo este maldito plan de su madre.

Fudo le pidió cuidarla y hacerla feliz. No era necesario que nadie se lo pidiera, sabía que tenía que hacerlo. Sin embargo el camino se mostraba incierto por el momento... Ese hombre no se opuso a su unión con Rin, pese a ser un demonio quien desposaría a su hija... ¿Por qué carajos su madre no podía ser igual? 

"Y más allá de ser diferentes, su amor, eso es lo único que importa." Esas palabras se repetían en su cabeza una y otra vez.. El padre de Rin, sin duda, fue un hombre sabio, comprensivo y que sabía ver lo esencial.. Fue un buen padre.. Educó a Rin de la mejor manera.. Ella reflejaba mucho de lo que percibió en él. 

Piensa ahora en Irasue... Es inevitable no comparar su situación con la de Rin... Para su madre sólo existía la apariencia, el poder, el maldito linaje.. En este momento odiaba pertenecer a ese maldito clan de demonios perro. Sólo quería vivir el tiempo que restara al lado de ella y hacerla feliz.

Recuerda también aquella lista de convocados a la reunión donde se anunciaría su compromiso. ¿En verdad Irasue les está haciendo la invitación?... Debía enviar a alguien a investigar.. Pero no sería ahora... Es que no puede dejar de observar a Rin... ¿Cuánto tiempo podía dormir? Un par de horas quizá... Era mejor quedarse a su lado. Tenía el resto del día para atender otros asuntos.

Con cuidado, tratando de no hacer ruido, se deshace de su armadura y aparta sus espadas.. Se recuesta a un lado de ella... Sólo desea observarla y grabarse bien su rostro y su sonrisa para la eternidad que será el peor de los martirios cuando ella ya no esté.

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Al mismo tiempo, en la aldea de la anciana Kaede, un joven que recién ha llegado de una breve misión, corta un poco de leña para llevarla a su hermana.. Ella está embarazada por sexta ocasión y el mañoso de su esposo no está para auxiliarla en las labores diarias... Afortunadamente, desde hace tiempo, él ya no se marchaba por larga temporadas.

Un poco cansado, decide pausar su trabajo por un momento.. El gato de dos colas que lo acompaña duerme plácidamente, no tiene con quien platicar así que únicamente se sienta sobre un tronco que se encuentra cerca de él.

Observa el cielo, le busca forma a las nubes, y solitariamente sonríe... Una banana, una estrella, un casco de batalla, un perro, un corazón... Suspira al ver esa última figura.. Recuerda entonces el problema en que aquella mujer lo había metido al llegar a la boda de InuYasha diciendo que esperaba un hijo de él. Afortunadamente se había marchado, pero no dudaba que más adelante le causara problemas otra vez.

Y empezaba a creer que era mejor dejar de lado esas cosas... Mujeres, romanticismo, noviazgo... Definitivamente no era algo para él.. Era mejor vivir tranquilamente y no complicarse la vida.

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Irasue en ese momento revisa el pergamino que lleva en sus manos... Ya ha convocado a todos los líderes de los territorios dominados por su hijo. Pero hay unas coordenadas extrañas... Hacia el Sur... ¿A quién pertenecían esos dominios?.. Estaban alejados de las tierras de Sesshomaru. Decide ir a investigar. Se transforma en una esfera de luz y en pocos segundos aterriza ahí.

Se encuentra bajo la sombra de un majestuoso árbol, en el cual hay una marca, tal parece que se llevó a cabo un conjuro en ese tronco... Voltea a su alrededor, era un lugar bonito y tranquilo, pero no había ningún palacio cercano... ¿De qué se trataba esto? ¿Sesshomaru había enloquecido?