12. Mermelada.

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Con un semblante tranquilo la observa correr, reír, saltar, su adorable rostro frustrado cuando esos animalillos se escapan de sus manos... "Recuerdo cuando Kohaku y yo atrapábamos luciérnagas"... Con nostalgia suspira... ¡¡Cuánto tiempo ese idiota estuvo a su lado, compartiendo sus sonrisas, su felicidad, su compañía..!! Esos seis años que ella estuvo en la aldea pudieron ser diferentes... Él debió quedarse a su lado, disfrutar de su compañía, verla crecer... 

Pero no había otra opción... Era un Lord y tenía responsabilidades.. Encontró sus dominios hechos un caos y tenía que instaurar orden para asegurar ahora, la protección y felicidad de ella. Mantenerla a salvo y feliz era todo lo que importaría por los próximos años, mientras su corta existencia se lo permitiera. De no haberla conocido, sus tierras podrían irse al carajo.

Ahora, presa de la curiosidad, una duda se manifiesta en él... ¿Que es lo que Rin pensaba obsequiarle? ¿Por qué tenía que ser después? Voltea a ver a Ah-Un, no parece llevar nada extraño, la analiza a ella... Tampoco lleva nada consigo... Entonces no tiene idea de lo que Rin desea entregarle y la verdad es que no quiere echar a volar su imaginación y pensar cosas inapropiadas en ese momento.

Luego de que ella juega un rato más con esos bichitos, de pronto, comienzan a dispersarse, se ocultan donde les es posible.. Con tristeza ella las sigue, pero cada vez son menos... Decaída se acerca a él. ¡¡Cómo adoraba cada gesto de su hermosa carita!!

Rin: (Triste) Señor Sesshomaru se han ido.

Sesshomaru: Si...

Al estar cerca de él nuevamente percibe ese olor a sangre... La observa discretamente, de arriba a abajo.. Tal vez es la sangre de su pierna que traspaso su ropa, tal vez esa sangre sigue fresca aún.. Si, eso debe ser, no tiene por qué alarmarse, ella no parece estar herida de otra parte, de lo contrario ya se lo hubiera dicho.

Rin: (Se sienta a un lado de él) ¿Por qué de repente se fueron las luciérnagas?

Sesshomaru: Van a refugiarse Rin.

Rin: Pero... Apenas hace un par de horas anocheció... ¿Por qué se van?

Sesshomaru: En un rato más comenzará a nevar... Y será mejor que nosotros también nos retiremos.

Rin: (Sorprendida) ¿Qué? ¿Nevara? (Él asiente) ¿Nos quedaremos a ver la nieve?

Sesshomaru: Puedes verla desde tu habitación.

Rin: Si pero.. Si nos vamos usted no querrá quedarse conmigo.. Nunca he visto una nevada, y me gustaría que estuviera conmigo.

Sesshomaru: (Acaricia su cabeza) Entonces estaré contigo.

Rin: Pero...

Sesshomaru: (Se pone de pie y extiende su mano) Vámonos Rin.. Debes estar bien abrigada.

Rin: (Toma su mano y se pone de pie, luce preocupada.) Si... Pero... ¿Cómo vamos a regresar?

Sesshomaru: Montaremos a Ah-Un.

La verdad es que se sentiría mal si él le dijera que volverán volando y tuviera que dejar a su querido dragón volver solo... Quería viajar en la parte trasera, pero Sesshomaru no se lo permitió ya que quería ver su rostro todo el tiempo que el viaje durase. Nunca más le permitiría estar detrás de él, a menos que hubiera peligro cerca..

A lo largo del camino, Rin le narra a Sesshomaru cómo fue su día, todos los avances que ha habido respecto a los preparativos y su conocimiento sobre sus nuevas responsabilidades.. En verdad parece muy emocionada.. Sin embargo, luego de un rato de silencio, ella parece triste y preocupada. Acaricia su dije de media luna y ve al cielo con preocupación.

Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 4.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora