21. Te noto triste.

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Por este día, Sesshomaru solicitó no ser molestado por absolutamente nadie. Debía buscar una oportunidad para hablar con Rin... No fue su intención levantarle la voz y hablarle de esa manera, pero es que el simple hecho de imaginar una vida sin ella le aterra, le pone de mal humor, le hace desear destruir todo ahora mismo... Incluso destruirse a si mismo.

Ha esperado pacientemente, no ha hecho por interrumpir sus labores, sabe bien que si alguien estaba poniendo mucho empeño en la pronta ceremonia, era ella.. Todo el tiempo preocupada por cometer algún error... ¿Cómo podría hacerlo?.. Si lo único que debía hacer era estar a su lado y con su sonrisa iluminar este maldito mundo.. Pero era Rin.. Esa misma niña que se preocupaba por no pisar y maltratar el pasto, la misma que se entristecía y lloraba cuando sus flores se marchitaban, la misma que buscó un nombre para su dragón pues quería llamarlo de alguna manera.. Para ella los mínimos detalles eran esenciales, y la forma en que le habló sabe bien que podría afectarle por mucho tiempo si no se disculpa con ella pronto.

Desde su habitación la ve caminar presurosa... Lleva algunas cosas entre sus manos... Hojas de papel, tinta... ¿Va a escribir?... Recuerda que hace tiempo, ante un mal entendido, ella le escribió al estúpido de Kohaku pidiéndole ir por ella al palacio.. El miedo se hace presente.. ¿Piensa hacer lo mismo?... Pero es que.. ¿Tanto le afectó?... Debía hablar con ella ahora mismo.

Con cuidado guarda en un cofre ese gran diamante blanco que tenía en su mano.. Toma sus espadas, y a punto de dar un salto por la ventana, ve que alguien sigue los pasos de Rin... ¿Qué quería ese imbécil? ¿Por qué la seguía? ¿No le quedó claro que no quería verlo cerca de ella?... Molesto, desciende.. Al posar sus pies en el suelo, los sigue a distancia.. Lo suficientemente alejado para que él no perciba fácilmente su aroma.. Por fortuna tiene unos excelentes sentidos y podrá escuchar perfectamente todo.

Takeshi: ¡Rin!

Rin: (Voltea, un poco asustada) Ah... Hola Takeshi.

Takeshi: (Se acerca a ella) ¿Cómo estás?

Rin: No muy bien.

Takeshi: ¿Puedo ayudarte?

Rin: No lo sé... (Suspira) ¿Me acompañas al jardín?

Takeshi: Rin.. Sabes que no me es permitido... (Ella lo interrumpe).

Rin: (Tratando de escucharse autoritaria) ¡¡Te lo ordena tu futura Lady!!

Takeshi: (Sonríe) Siendo así...

Rin: Además, necesito un guardia que cuide de mi, podría tropezar, caer y fracturarme un brazo.

Takeshi: (Hace una reverencia) Bien, la sigo majestad.

Y ahora escucha esa risita divertida de Rin..  Detestaba que fuera ese imbécil quien la hiciera sonreír en ese momento.. Ellos no dicen nada, sólo caminan.. Pero el pensar que él la está viendo sonreír, que camina junto a ella, que la puede ver mientras él está ahí, sentado bajo ese árbol, le carcome el espíritu.

Takeshi: ¡Rin cuidado!

Rin se detiene en seco y asombrada ve una pequeña ardilla frente a ella, sujetando una nuez con sus adorables manitas.

Rin: (Impresionada) ¡¡Es hermosa!! (Se agacha para tocarla, pero la ardilla corre). Ooww... Se fue.

Takeshi: Si, creo que difícilmente podrías atrapar una.

Rin: Si.. Bueno... Creo que hay muchas cosas en el mundo que son difíciles.

Takeshi: Rin, ¿Qué ocurre?

Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 4.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora