33. No es una humillación.

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Sintiéndose muy abrumado aún por lo extenso que será este día, Sesshomaru coloca ambas espadas del lado izquierdo de su vestimenta.. Voltea a ver una de sus paredes.. Ahí se encuentran una katana y una daga que fueron sus primeras armas de entrenamiento, cuando era apenas un niño... Por un instante siente un impulso de llevar esa katana consigo también.. Pero no tenía poder sobrenatural alguno. Era inútil.

Unos rasguños en la madera lo sacan de sus pensamientos. Ahora lo recuerda.. ¡El maldito conejo!... Lo saca del cajón para entregárselo a Rin..

Sale de su habitación, ella aún se encuentra dentro de la suya, y Katia sigue con ella... Esperaba que no hablaran de cosas que pudieran afectarla. No quería verla llorar nuevamente.

Con un semblante de preocupación, escucha que la puerta de la habitación nupcial se abre.. Su madre sale de ahí.. Está vestida de una forma muy extravagante.. Sin duda, prefiere mil veces la austeridad y discreción de Rin.. Pensar que su madre pretende unirlo a una mujer que será tan fastidiosa como ella le irrita. No la soportaría un sólo instante.

Irasue: (Lo ve de arriba a abajo) Debiste ataviarte con algo más decente.

Sesshomaru: Hmp. Parecería arlequín como tú.

Irasue: (Ofendida) ¡Grosero! (Avanza hacia él) ¿Qué haces aquí parado como estúpido? Y con ese animal en tus manos.

Sesshomaru: (Serio) No es tu problema.

Irasue: (Finge angustia) ¡¡Ay Sesshomaru!! Me preocupa tu comportamiento.

Sesshomaru: (Gruñe) ¿Por qué no te largas y dejas de molestar?

Irasue: (Sonríe) Eso haré. Entra a tu habitación y usa algo más propio. Te espero en la entrada del palacio.

Sesshomaru: (Desconcertado) ¿En la entrada?

Irasue: Las visitas no tardan en llegar hijo.

Sesshomaru: Son tus visitas, recíbelas tú.

Irasue: (Sonríe con malicia) No querrás ser grosero. Créeme.

Sesshomaru: Soy como se me dé la gana.

Irasue: Está bien Sesshomaru. Sólo luego no te lamentes porque alguien más pague las consecuencias.

Irasue se retira. Esa amenaza era muy clara.. Si no seguía su juego ella le haría daño a Rin.. ¡¡Maldita sea!!.. No tenía otra alternativa más que presentarse ahí. Además, tal vez no sería tan mala idea, así podría acabar con esta estupidez en el menor tiempo posible.

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En la habitación de Rin, ella ha cambiado su ropa en tres ocasiones.. No se siente segura respecto a qué kimono utilizar... El rojo le parece atrevido, el naranja muy llamativo y el rosa muy infantil.

Katia: Rin, tú luces hermosa con cualquiera de ellos.

Rin: (Angustiada) ¡Es que no quiero que vuelva a tener una mala imagen de mi!

Katia: Entonces usa el rosa que llevas puesto.

Rin: (Agacha su cabeza) Me llamará niña otra vez.

Katia: (Trata de animarla) Rin, el color de tu ropa no define quien eres.. Más allá de una prenda de vestir, muéstrate segura y orgullosa de ser tú misma.

Rin: Es que.. Ella siempre luce hermosa e impecable... En cambio yo... Luego de un par de horas mi cabello empieza a desaliñarse, toco mi cara retirando inconscientemente el maquillaje, a veces ensucio mi ropa y ni cuenta me doy.. Pensará que soy muy descuidada y...

Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 4.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora