24. La misma rutina.

80 20 0
                                    

–Esta bien

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Esta bien. Cenemos. —respondo—.

—Caminamos hacia le sala—.

Hola mi niña linda, ¿Como estás?. —pregunta Don Mario—.

Hola Don Mario, bien y usted?.

Feliz con las buenas noticias por los resultados satisfactorios que ha tenido Gabriel. Ya sabias que al paso que va, despertara pronto según los médicos.

Si, claro. —respondo—.

En 3 meses te Graduas mi niña?. —pregunta Doña Sugey—.

Si, en 3. —respondo—.

¡Ay! Que emoción, que orgullosos deben estar Ashly y Mateo y nosotros también.
—dice Doña Sugey—.

De aquí a tres meses pienso que mi Hijo ya despertará. Una vez que te gradúes se enfocan en los preparativos de la boda. —dice Don Mario—.

—hago una sonrisa fingida y me quedo callada—.

Me siento incómoda en su casa, siento impulsos y me los contengo. Quiero decirles que no habrá boda, quiero contarles todo el daño que me ha causado su hijo. Pero me pongo a pensar que no quiero ser yo quien los lastime con esa realidad así que —respiro hondo y me tranquilizo—.

Evidentemente no pienso ir al hospital con ellos. No me gusta mentirles, ni a ellos ni a nadie. Pero tengo que ingenearmelas para excusarme y no ir.

—Saco mi celular mientras Doña Sugey sirve la comida y Don Mario lee el periódico—.

Veo la hora;
6:00 pm.

Pienso y pienso en que inventarles hasta que se me ocurre algo y recurro a Ariadne.

Le escribo en WhatsApp:

Café 911.

—En cuestión de segundos me responde—.

En que te ayudo?.

Necesito que me llames dentro de media hora, fingiendo que estás en mi apartamento que tuviste un gran problema etc,etc.

De una cremora, en 30 te marco.

—Bloqueo mi celular—.

Empezamos a comer, y yo como siempre no tengo apetito solo soy jugar con la comida. Se que he estado bajando de peso y es por esa razón que casi no voy donde mis padres lo notarán de inmediato y pueden hacerme regresar a vivir con ellos y no quiero eso. Se que esta etapa la tengo que atravesar sola, sanarme sola aún así me cueste un mar de lágrimas y mucho dolor. —pienso mientras veo la comida—.

Terminamos de comer, me levanto del comedor y dejo mi celular sobre el, recojo los platos y me dirijo a la cocina para lavarlos.

—Escucho un grito desde el comedor—

Tenías que ser tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora