37. Corazones rotos...

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Me despierto de repente y pego un brinco en la cama y —digo entre gritos— quiero irme, quiero irme, quiero a mi mamá —lloro—

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Me despierto de repente y pego un brinco en la cama y
—digo entre gritos— quiero irme, quiero irme, quiero a mi mamá —lloro—.

—La voz de mi madre me habla—.
Ya estoy aquí mi amor, ya estoy aquí. —me abraza—
No llores más pequeña, no más mi niña, no lo vale.

Pienso que es un sueño pero cuando reaccionó y abro los ojos me doy cuenta de que no lo es, es mi madre, esta conmigo y estoy en mi antigua habitación en su casa.

—Estoy confundida no logro entender que hago ahí, ni como llegue, lo último que recuerdo es haberme tomado el calmante que me dio Doña Sugey y haberme dormido en su cama—.

—Le pregunto desconcertada a mi madre—.

–¿Qué hago aquí? ¿Cómo vine? ¿Quién me trajo?.

Narra mi madre:
Nos llamó Sugey, dijo que estabas en su casa y nos necesitabas, que era algo importante y muy delicado pidió que llegáramos solos, sin Alexandra pues era cosa de adultos. Al llegar allá nos contó todo lo ocurrido, dijo que te pidió de favor ir a su casa a buscar a Gabriel porque no respondía el celular y como madre se sentía desesperada pues estaba algo lejos de llegar a casa así que tu fuiste y encontraste una escena desgarradora lo que tu ya sabes. —se queda callada un momento, y se limpia las lagrimas—Cuando ella dijo eso Mateo no podía creerlo, vi su mirada los ojos se le llenaron de rabia, estaba furioso, tenía odio en su corazón. Tu bien sabes que Gabriel era como un hijo para él y el tipo ideal para vos, el corazón se le partió al escuchar a Sugey decir eso, yo me sentí decepcionada, y también algo se rompió dentro de mi. Se levantó inmediatamente del sofá y le dijo a Sugey que lo llevara a donde estabas vos, subimos a su habitación y te encontrabas dormida, te agarró entre sus brazos te chineo y te llevo hasta el auto, pero antes de salir por la puerta Gabriel entro a la sala pidiéndonos perdón y tu padre le respondió con lágrimas en sus ojos: "No te parto la cara por respeto a tus padres quienes son buenas personas y quiero como hermanos, porque si fuera por mi fuera ya estarías muerto esto que le hiciste a mi hija no tiene nombre." Mario y Sugey solo se quedaron callados y lagrimas salían de sus ojos yo no le dije nada solo lo quede viendo y salímos de esa casa.

Venimos a la nuestra y Alexandra empezo hacer preguntas de porque venías así y porque su padre y yo habíamos llorado, quisimos no ocultarle las cosas pues tarde o temprano se dará cuenta, ella también lloró un poco y dijo que Gabriel no te merecía. Amalia también lo sabe, ella también es de la familia y tiene que estar al tanto de lo ocurre con nosotros.

Dónde está mi padre quiero verlo.
—pregunto con lágrimas en los ojos—.

Esta en nuestra habitación no es momento si mi niña, se siente mal. Se siente culpable de tu dolor. Siempre te puso a Gabriel en un pedestal e hizo que vos también lo tuvieras de esa forma y mira como te pago. Dale chance si, tu debes de descansa estas mal mi amor. Me quedaré contigo esta noche y Alexandra también.
—me da un beso en la frente—.

Tenías que ser tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora