—Ariadne se percata de inmediato de quien viene hacia nosotras—.
–Ash —gruñe—no lo puedo creer, hay viene la perra esa. Pero dejamela a mi, que bien que le traigo ganas desde la mierda que te puso en el estacionamiento a un día de irte.
–No Ariadne, tranquila esta vez no te metas, no me defiendas si? dejamela a mi yo la voy a poner en su lugar por todas las veces que me ofendió y solo callé. La voy a enfrentar a mi manera.
–¿Quién es? —pregunta insistente Alexandra—.
–Es la persona con quien Gabriel me engañó.
–QUE DEMONIOS —se altera Alexandra— pinche bruja si esta horrible, queda claro que nunca te van a cambiar por algo mejor sino por cualquier gata que se les ponga en frente.
–Ya Alexandra. —alzo la voz—.
–Pero si es cierto hermana.
–Puede ser, pero suficiente.
—Ariadne vuelve hablar—.
–Esta bien Heaven pero donde te dejes pisotear o te quedes callada la que la arrastra soy yo.
–Que intenso. —añade Alexandra—.
—se acerca más Johana y me encuentro cara a cara con ella, le sostengo la mirada y no se la bajo en ningún momento como solía hacerlo hace 2 años atrás—.
La dejo que hable.
–La perra de regreso —ríe sarcásticamente— te fuiste huyendo querida, —sonríe— que débil, no sorportaste ver mi felicidad. A que has regresado? Ya te diste cuenta que me dejó? Venis arrastrarte de nuevo? Venis a mendigar amor? Venis por mis sobras? Venis a quitármelo?.
–No, Johana te equivocas. Estas lejos si crees que soy como vos. Tu calidad de persona y la mía ni siquiera tienen comparación. Seria una falta de respeto hacia mi por supuesto, compararme contigo.
—se rie sarcásticamente—.
–Yo soy feliz, y fui aún más cuando te fuiste. No sabes cuanto, pero cuanto te odio malparida.–Ay Johana me das lástima. Estoy cada vez más segura de que la gente no es mala, es infeliz. El que verdaderamente es feliz no tiene ganas de molestar y mucho menos de odiar.
–Pues tu teoría está errónea. Porque yo soy feliz. Y te odio maldita, te odio.
–Johana no pienso ponerme a tu nivel. Ni siquiera voy a responderte de la misma forma. Aunque debería de aborrecerte por todo el daño que me hiciste no lo hago. Eso de odiar no va conmigo; Dios bendiga hasta al que me maldice. En contra de ti no tengo, ni en algún momento tuve algo, incluso para que te enteres jamás te culpe de nada, pues mi pareja no eras tú sino él y por lo tanto quien me debía respeto era Gabriel.
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Tenías que ser tú.
Random¿Qué tanto podría cambiarte la vida darte cuenta que quién vos creías que lo era todo para vos, resulta ser el todo de alguien más?. Heaven penso que lo tenía todo, un trabajo estable como Higienista en una prestigiosa empresa en los Ángeles, su pro...